Se llamaba Juana Galarza de Goicoechea. Vivió entre los siglos XVIII y XIX, y una de sus hijas, Gumersinda Goicoechea, se casó con un joven llamado Javier de Goya, hijo del pintor de la corte, Francisco de Goya y Lucientes. Su consuegro la retrató a lápiz en un pequeño dibujo de 7 centímetros de diámetro que hoy, más de doscientos años después de ser inmortalizada, se ha conseguido autentificar como original del genial pintor aragonés. El certificado de autentificación ha sido firmado, después de tres años de observación, pruebas científicas, análisis y estudios por el equipo de expertos del Centre d’Art d’Època Moderna (CAEM), de la Universitat de Lleida.
Un largo proceso de autentificación
Para certificar la obra como original de Goya, han sido necesarios tres años de observación, pruebas científicas, análisis y estudios por el equipo de expertos del CAEM, de la UdL
Tenés que leerTras casi 10 años, recuperan una obra de Picasso robada en la Galería Nacional de AtenasEl dibujo en miniatura representa el perfil de una mujer madura, vestida a la moda de la primera década del siglo XIX y peinada con el pelo recogido al estilo regencia. La pieza, de gran calidad, fue realizada probablemente en Madrid entre los años 1805 y 1808, “de forma resuelta y dinámica y con un resultado fino y exquisito”, según explica el catedrático de Historia del Arte de la UdL y director del CAEM, Ximo Company, coautor del trabajo junto a la investigadora Jésica Martí Egea. “Sólo podía haber dibujado el retrato alguien muy cercano a la familia Goicoechea y, además, debía ser un artista de gran talento y una mano intuitiva y entrenada, que se hace evidente en la soltura con la que se ha realizado cada uno de los trazos, sobre todo la mata de pelo negro encrespado que corona el retrato”, afirma Ximo Company.
La mujer representada es del entorno directo de Goya y el tipo de pieza –un retrato a lápiz- está dentro de la producción goyesca, opinan los expertos. “Está enmarcado en la evolución de sus retratos y en las formas que utilizaba para su familia. Los trazos no sólo son goyescos, es que son de Goya”, afirman Company y Martí, que han contado con el apoyo del especialista en dibujos goyescos, Eloy Martínez Lanzas de las Heras. En un lateral del dibujo está la palabra Goya, pero no es la firma del pintor, sino de una inscripción identificativa. “La firma y la paternidad de Goya la confiere el propio dibujo”, añaden los investigadores.
Sólo podía haber dibujado el retrato alguien muy cercano a la familia Goicoechea y, además, debía ser un artista de gran talento"
El Retrato de Juana Galarza de Goicoechea, pertenece a un gran coleccionista de arte del siglo XX, cuyos antepasados lo adquirieron como obra de Goya, pero hasta hoy no había pasado por el análisis de los expertos.
Con información de La Vanguardia