“Llegó a Mar del Plata ‘La comedia es peligrosa’, una obra de Gonzalo Demaría bajo la dirección de Ciro Zorzoli. La que será la puesta principal de la temporada del Teatro Auditorium – Centro Provincial de las Artes, tendrá funciones de jueves a domingos de enero y febrero en la sala Astor Piazzolla. La obra es una producción del Teatro Nacional Cervantes, que se encuentra celebrando sus 100 años, y forma parte de la programación organizada por el Instituto Cultural de la Provincia de Buenos Aires”.
El diario La Capital de Mar del Plata es específico. Es eso que se lee. En la función inaugural estuvo el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. Fue aplaudido por quienes se enteraron de su llegada, lo hizo antes que comenzara la función, extrañamente a horario. Lo indicamos, el horario es uno de los defectos de esta temporada. La falta de respeto. Aquí no. Eso es bueno.
Debo agradecer especialmente, muy especialmente, al diario La Capital de Mar del Plata. No había programa de mano. En el día del estreno, con medio Teatro ocupado, con entradas baratas para la temporada (menos de mil pesos, alguien paga la diferencia, sucedió lo mismo con Dady Brieva a 500 pesos y otro tanto sucederá con Susana Rinaldi a 500 pesos, mientras que Romano, Brandoni, Bossi, oscilan de los 2.500 a 1.800) y agradezco al diario que dirige mi amigo Marcelo Passetti, porque en sus páginas están los datos. Estos datos. No había programa de mano. Brieva, como Rinaldi estarán los días que no esté “La comedia”. Dady vuelve en febrero con su unipersonal.
En la obra trabajan: Horacio Acosta, Facundo Aquinos, Paola Barrientos, Julián Cabrera, Julián Cardoso, Roberto Castro, Gaby Ferrero, Andrés Granier, Milva Leonardi, Javier Lorenzo, Tincho Lups, Sergio Mayorquin, Mariano Mazzei, Iván Moschner, Pablo Palavecino y Julián Rodríguez Rona.
Hay más, al ser un trabajo del Estado son muchos los sueldos y eso es bueno para la desocupación y la temporada a la baja, donde nadie llena y tal vez nadie llenará (no viene “Rapsodia Bohemia”, reprograma Fito Páez, hay butacas vacías en Bossi, Fátima, Nico Vázquez y entre 40 y 100 de promedio diario en los otros teatros; “Casi normales”, aún con personal enfermo y sin re estrenar, tal vez junte público porque es una obra multipremiada que lleva varios días sin presentarse. Volvamos a la crónica.
La producción estatal es generosa y necesaria. Completamos el equipo: La colaboración artística es de Victoria Beheran, el entrenamiento en voz hablada de Verónica Grande, el de voz cantada de Ana Kantemiroff, el entrenamiento en percusión de Christian Covre, el entrenamiento corporal y movimiento de Celia Argüello Rena, la música de Marcelo Katz, el diseño de Iluminación de Eli Sirlin, el de vestuario de Julio Suárez y el de escenografía de Diego Siliano.
Todos los mencionados “salvaron” el verano, sueldo y trabajo y lo hacen con entusiasmo, asumen una propuesta que es rara, linda y peligrosa.
La propuesta, con un argumento de época (convención que se rompe y reaparece, se rompe y reaparece) que mezcla actores de una troupe de “Comedia de la Legua” queriendo convertirse en personajes del Estado, junto a un Virrey homosexual, su pareja, un Obispo corrupto, un Alcalde con carácter... raro... y mujeres promiscuas pero leales... o no... junto a oportunistas desleales... sí o sí es, en la suma -hay que aceptarlo- lo suficiente para interesar en su desarrollo. No decepciona. El entusiasmo es mucho.
Suma o quita, según, un vestuario de época y una escenografía practicable que distrae de la trama o la complementa. Paréntesis. Dos públicos en la sala, el que acostumbra a una vida de zarzuelas, comedias musicales , óperas y el vestuario correspondiente junto al que llegó para oír el esquicio y los guiños a la actualidad, con lenguaje coloquial, irreverente y, en algún momento, inclusivo. Nota imprescindible: ése costo de producción es alto, felicitamos la inversión del Estado. No se va a recuperar, es inversión en un mensaje artístico resuelto con lo dicho: entusiasmo, dignidad, profesionalidad. Es entregar lo que se sabe y que se divulgue, al cabo una de las obligaciones del artista.
No puede escaparse (no se escapa) la alusión a quienes manejan la ciudad y el país (el País del Virrey, nadie piensa que es el actual, ejem, ejem, ejem) y cómo son los juegos de “Palacio” con secretos y concesiones por los mismos (una playa de estacionamiento o un teatro en un predio vacío en el centro de Buenos Aires; ejem, ejem, ejem).
Son varios los que juegan a mezclar épocas y formatos desde Mastropiero y una alta jerarquía en los trabajos de Les Luthiers al atrevimiento de Muscari en su búsqueda de una entrada más.
Aquí la aventura es completa. Escenografía, vestuario, lenguaje, actuaciones con el doble juego (texto y guiño al espectador, el eterno desafío de romper la Cuarta Pared) Las canciones (la mayoría) apuntan a reformular lo que pasa, apuntalarlo. La Comedia cierra con un tema: ”El árbol ya fue plantado”. Más conocida como “el laure, laurelé”.
Lagrimita personal. Conocí a Elena Siró, provincia de Santa Fe, en Capitán Bermúdez y Granadero Baigorria, dos pueblos cercanos a Rosario habitaba Elena, poeta popular. Es suya “El árbol ya fue plantado, sin permiso del Virrey, ahora le estamos cantando con guitarra de Laurel”. Estupenda versión de Los Trovadores. Ojalá, cuando impriman un programa para los espectadores, incluyan su autoría.