Jueves 22.8.2024
/Última actualización 17:24
Miguel Ramírez es un colombiano que, a los 24 años, está posicionado como uno de las figuras emergentes en la industria musical. Formado en pregrado en Administración de Empresas en la Universidad de San Francisco (California), y especializado en el Babson College Graduate School of Business de Boston (Massachusetts), ha trabajado con numerosos artistas emergentes, a la vez que compartió proyectos con figuras como Becky G, Bad Bunny, Maluma o Grupo Frontera.
El Litoral conversó con Miguel para conocer su trayectoria meteórica y su mirada de un mundo en constante mutación.
Despegar
-¿Qué te inspiró a iniciar una carrera en la industria musical desde muy joven?
-La música siempre ha sido algo súper especial en mi vida: desde que tengo memoria siempre me ha encantado descubrir la música, tocar algún tipo de instrumento; siempre jugó un papel súper importante en mi vida. A los 14, 15 años empecé a ir a una cantidad de conciertos de los artistas que me gustaban; que descubrí que existía el negocio de la música. Me hice la pregunta de: “OK, esta gente viene, pero, ¿cómo como funciona esto?”. Empecé a hacer muchas preguntas, a investigar, a conocer gente; y me di cuenta que tú puedes vivir en la música desde la parte creativa, como un artista, compositor, productor, etc.; pero también puedes vivir en la parte ejecutiva y el negocio. Y ese fue el lado que me causó mucha curiosidad.
Siempre me consideré muy bueno para hacer negocios, hice mi carrera en Administración de Empresas y mi maestría en lo mismo. Pero fue cuando entra la universidad que conocí a la persona que me metió en el mundo de la música, que fue mi mentor y que me dio las bases para empezar a construir en este mundo. Mi carrera se complementaba con el mundo de la música, y así fue como empecé a trabajar en esta industria mientras sacaba mi carrera adelante.
-¿Cómo fue equilibrar entre completar los estudios en un tiempo bastante récord con poder desarrollar la actividad profesional?
-No fue fácil, pero era un compromiso que tenía con mi familia. Me fui a estudiar fuera del país, y justo el primer o segundo semestre en la universidad empiezo en este mundo de música y era como: “OK, puedes hacer esto, pero no puedes descuidar tus estudios: tienes que graduarte”.
Entonces diseñé un sistema que me funcionaba para las dos cosas, pero si no lo seguía al pie de la letra no iba a funcionar. Mi universidad tenía dos sistemas: podías meter clases lunes, miércoles y viernes o podías meterlas martes y jueves. Opté por meter martes y jueves de 7.30 de la mañana a 10.30 de la noche mis clases; y los demás días me dedicaba al trabajo. Un jueves estudiaba hasta las 10.30 de la noche, y había un evento en Los Ángeles; me montaba en un vuelo a la medianoche, me iba jueves, viernes, sábado, domingo; y el lunes regresaba a estudiar.
Así fue como lo hice durante cuatro años. Le entregué el título a mis papás, saqué mis estudios adelante; y ya en ese momento me dediqué de plano la música.
-Hablabas de tu mentor. ¿Quién fue y cómo fue el contacto?
-Se llama Lucas Barbosa; hoy en día más allá de haber sido mi mentor es mi mejor amigo. Fue muy curioso como lo conocí: es de esas cosas que uno dice “lo que es pa’ uno, es pa’ uno”. Yo estaba volando de Bogotá a Los Ángeles. para ir a empezar mi semestre universitario; él se sienta al lado mío en la silla del avión. y se pone un in ear, que son los audífonos que usan los artistas para tocar en vivo. Y esa fue la señal que me hizo entender que él estaba dentro del mundo de la música: una persona que no está en el mundo de música no compra un audífono tan especializado.
Ese detallito fue el detonante, y las siguientes siete horas tuve conversación con él sobre la industria de la música. Se acabó el vuelo, intercambiamos números, y fue en el verano que le dije: “Me encantaría poder entrar en este mundo, me encantaría aprender, me encantaría ver si existe la oportunidad de trabajar para ti”. Me abrió esas puertas, y empezamos a construir.
Dar el salto
-¿Cómo surgió la oportunidad de trabajar con artistas emergentes como fueron en su momento Nicolás Mayorca, Vibarco y David Nova?
-En ese momento Lucas era el manager de Nicolás, entonces empecé a trabajar ese proyecto. En ese momento, cuando Lucas estaba buscando expandir lo que hacía con artistas emergentes, fue que empezamos a firmar estos artistas como Vibarco y David Nova: fueron dos artistas emergentes que firmamos en conjunto y empezamos a desarrollar durante los años.
Después de un tiempo él aceptó una posición en Sony y yo quedé encargado d estos artistas emergentes, seguí construyendo su carrera a lo largo de los años. Así fue que aprendí, y me di cuenta de que mi pasión es el desarrollo artístico: llegar a un artista que está comenzando su carrera, potencializarla y llevarla al nivel más alto que podamos. Es mi pasión, es en lo que me especializo, y es lo que he venido haciendo a lo largo de los años. Pero esa fue la manera de la que empecé ahí.
-Hubo un momento de quiebre cuando te llamó el equipo de Becky G para convocarte a trabajar.
-Sí, fue muy curioso, porque el equipo de Becky G quería trabajar con Vibarco, el artista que desarrollamos. Nos llamaron para esa reunión, y terminó siendo una oferta laboral que decidí a aceptar. Ahí empecé a trabajar desarrollo artístico para la empresa de ellos (WIP Records), y también proyectos mucho más grandes, un par de cosas con Becky G.
-¿Cómo fue agarrar el puesto de director de manejo y trabajar también con artistas que ya están desarrollados? Era otro desafío.
Es increíble, porque es un mundo diferente al que uno está acostumbrado. Y también fue esa transición de “wow, estoy trabajando con los artistas que admiro, con los artistas que escucho, con los artistas que toda la vida he estado detrás”; y ahora formar parte de eso fue algo impresionante. Fue algo que me ayudó a aprender: mi curva de aprendizaje fue mucho más rápida (eso es otro punto súper importante); y también me abrió muchas puertas, de las que hoy he venido construyendo. Ha sido una experiencia muy bonita.
Ramírez (a la derecha) en un brindis con Becky G y parte del equipo de WIP Records en Medellín. Foto: Gentileza BorderKid RecordsNueva apuesta
-Y de ahí a BorderKid Records.
-Mis jefes se asociaron con Edgar (Barrera) para ayudarlo a desarrollar su disquera, y fui el primer empleado de esa disquera. Empezar a trabajar con ellos era un challenge de: “¿Cómo construimos esto? ¿Qué necesitábamos? ¿Cómo nos apoyamos? ¿Qué artista empezamos a firmar?”.
Más allá de sólo trabajar en la empresa también fue ayudar a construir y aportar mi granito de arena para lo que hoy en día es BorderKid.
-¿Cómo te convocó Edgar a vos en particular?
-Mis jefes se asocian con Edgar y ellos dicen: “La persona que debería trabajar de la mano contigo en el día a día debe ser Miguel”. Y ahí conocí a Edgar: tipazo, hice clic con él y me volví la persona encargada del día a día de alguna de las cosas de él, como también de todo el desarrollo de la disquera y los artistas que teníamos firmados.
-Hablabas de pasar a trabajar con artistas que admirabas, que ya tenían un nombre, como Bad Bunny, Maluma y Christian Nodal. ¿Qué aprendizaje te dio trabajar sobre esas carreras despegadas?
-Creo que el aprendizaje principal de artistas que ya están posicionados es ver los sistemas que ellos tienen; y ver cómo podemos aplicar esos sistemas a los artistas en desarrollo. Eso me ayudó: los cuartos en los que he estado, las puertas que se me han abierto, y las experiencias que he podido vivir; de las cuales, más que estar ahí, siempre intento aprender algo nuevo. Y esas cosas nuevas que aprendo son las cosas que aplico a la hora de manejar a los artistas que desarrollamos, a los artistas que están creciendo; y también a la hora de buscar nuevos talentos y nuevas firmas.
-Bad Bunny tuvo un gran éxito junto a Grupo Frontera con “x100to” de y fue monumental. ¿Cuál fue tu papel específico en esa colaboración?
-Estar en la parte de estrategia en el desarrollo de la canción. Fue muy bonito Lucas ahora mismo trabaja en la disquera de Bad Bunny, y yo trabajaba en ese entonces con Edgar, que estaba muy metido desarrollando al Grupo Frontera. Se presentó la oportunidad en que conectábamos los equipos, salió la canción. Trabajamos muy de la mano, Lucas desde el lado de Rimas y yo desde ese lado; hicimos toda la estrategia de marketing, de distribución, de logística de la canción.
Fue una cosa impresionante lo que pasó con esa canción, ya que logró el número uno en 48 horas y hoy tiene más de un billón de reproducciones. Y en ese momento trabajar con un artista como lo es Bad Bunny, que es el artista número del mundo, se podría decir; con un grupo de artistas de regional mexicano que era relativamente nuevo en ese momento, fue muy especial; y fue muy chévere poder formar parte de la estrategia detrás de eso.
Descubrir y pulir
-¿Qué tenés que encontrarle a un artista a un artista nuevo (o a un artista conocido que se está reinventando) para decir “es por acá”? ¿Cómo se le encuentra ese desarrollo a cada artista?
-No hay una fórmula correcta: cada fórmula es diferente, y la misma no aplica para todos. Creo que el factor común es que la música sea buena y nos apasione, que estamos dispuestos a firmar y a meter el empeño de este lado. A mí personalmente me gusta ver artistas que son súper talentosos, ver cómo ellos orgánicamente ya han podido construir algo por su cuenta, y ver el pequeño movimiento que traen. Eso basta como para tener la visión de hacia dónde van y cómo nuestra visión puede sumar con la de ellos y poder desarrollar.
Que la música sea buena, que haya disciplina, y tengan claro para dónde quieren ir es suficiente para nosotros poder tomar el riesgo y aceptar el reto de desarrollo de un artista nuevo.
-Que haya una pasta de artista, una materia prima.
-Exacto: hay muchos artistas que hoy son los que le terminan enseñando a uno, porque son ellos mismos los que construyen sus carreras en un principio y crean un movimiento por su propia cuenta.
-¿Cómo es agarrar a ese diamante bruto, que ya está generando una cosa, y convencerlos de que confíen en vos para pulir ciertos aspectos para desarrollar la carrera?
-Es muy variable. Tenemos una trayectoria de éxito, muchas veces con eso basta para que confíen en nosotros. Pero también hay artistas que... uno puede manejar muchas carreras, pero ellos sólo tienen una carrera; y por eso para ellos muchas veces es muy difícil confiar en alguien que se les acerca y les promete todo este tipo de cosas. Pero creo que es un people’s business, un negocio de personas, y es esa relación one on one la que ayuda mucho al proceso de una firma, a la hora de descubrir a alguien; y tomar ese diamante y desarrollarlo.
-Y que sientan que estás disponible para ellos.
-Exacto: a veces a veces es demostrarles cómo uno mismo lo quiere más que ellos, y eso es suficiente para que ellos confíen en ti, y empezar a construir juntos.
Presente y futuro
-¿Hay algún proyecto en el que estés trabajando actualmente que quieras destacar?
-Ahora mismo estamos desarrollando los artistas de la disquera: justo acabamos de salir con el álbum de Neeus: sumamente interesante en la diversidad de la música. Estamos estamos construyendo el álbum de Alex Luna, que es otra de nuestras prioridades para la disquera. Estamos construyendo muchos álbumes, para seguir sacando música de alta calidad, y que el mundo pueda ver lo que tenemos para proponer como artistas y también como label.
Y también seguir construyendo mi carrera, para algún día entrar en las listas de los power players y poder seguir ayudando a al talento que merece ser apoyado.
-Toda tu carrera la desarrollaste en la era actual de la industria musical. ¿Cómo pensás que la tecnología está influyendo o está cambiando las formas en que se crea y se experimenta la música?
-Es un arma de doble filo. Hoy tu costo de sacar una canción o mercadearla y volverla viral puede llegar a ser cero. Pero la cantidad de canciones que salen semanalmente, o la cantidad de artistas que estas plataformas tienen, es cada vez más difícil poder figurar ahí. Hay que saber usarlas muy bien, pero son una gran herramienta; y creo que utilizándolas de la forma correcta puedes brillar como artista.
-Hoy una canción puede estar en simultáneo en todo el mundo, pero al mismo tiempo hay que trabajarla: que tiene que tener su videoclip o su visualizer. Hay que ponerle un esfuerzo atrás para que pelee en ese océano de canciones que salen todos los días.
-Exacto. En promedio salen entre 60.000 y 80.000 canciones semanales; obviamente para poder estar en el tope de esas tienes que emplear una estrategia de muchos ángulos diferentes; para poder resaltar tu canción en ese mar de muchas canciones. No es un trabajo fácil: conlleva disciplina de planear a largo plazo, como también a corto plazo; y también de un trabajo en equipo, que es súper importante para el éxito de una canción.
-¿Hacia dónde soñás apuntar tu desarrollo personal?
-Sueño con algún día poder tener mi propia disquera o mi propia empresa de manejo, y poder ayudar a artistas en desarrollo; inclusive trabajar con artistas posicionados con los que ya trabajo hoy en día, bajo mi propia marca. Es una de las metas por las que seguiré trabajando, y tomar todo este aprendizaje que he tenido, y que seguiré teniendo por estos años, para en el momento en que llegue poder aplicarlo de la forma correcta.
-También esa es una una posibilidad del presente: un sello personal o una productora pueden estar trabajando con el artista del momento, fuera de de las majors.
-Sí, cien por ciento. En los últimos años hemos visto como mucho gigantes lo han hecho de manera independiente; y creo que eso ha ayudado mucho al panorama de cómo los artistas ven a las disqueras y de cómo las disqueras se adaptan para poder seguir siendo competitivas. Creo que los tanto las majors como los independientes están haciendo un papel importantísimo a la hora de jugar este juego. Sí, siento que la fórmula ha cambiado, y estamos en una industria más flexible.