Valeria Folini, directora de Teatro del Bardo, dictará el seminario de actuación “La Palabra en Acción” los martes 10, 17, 24 y 31 de agosto de 18 a 20, con cupos limitados y protocolos, en Estudio Barnó. Como previa, este sábado presentará en el mismo espacio “Antígona, la necia”, la emblemática obra de la compañía. De ambas actividades conversó El Litoral con una de las creadoras destacadas de la región.
Gentileza Lucas Ortiz Todas mis dudas, mis problematizaciones, mis aprendizajes van, tarde o temprano a reflejarse en este unipersonal que hago de manera ininterrumpida desde hace 23 años ; cuenta Folini.
La directora, dramaturga y actriz Valeria Folini, referente de la compañía entrerriana Teatro del Bardo, brindará en Santa Fe el seminario de actuación “La Palabra en Acción”. Será los martes 10, 17, 24 y 31 de agosto de 18 a 20, con cupos limitados y protocolos. La propuesta está destinada a actores, actrices, estudiantes de teatro, personas interesadas en la exploración actoral con o sin experiencia. Se dictará en Estudio Barnó (Marcial Candioti 3910); informes y consultas de lunes a jueves de 16 a 20 en el WhatsApp 342 4062166.
Antes, el sábado 7, Folini presentará en el mismo espacio uno de los espectáculos con mayor trayectoria de la escena nacional independiente: “Antígona, la necia”. La obra es una producción del Teatro del Bardo y está escrita y protagonizada por Valeria Folini. Habrá dos funciones, a las 19.30 y a las 21, con aforo reducido y protocolos. Este estandarte de la agrupación Fue construido en su totalidad en la ciudad de Humahuaca, provincia de Jujuy; desde entonces ha pasado por distintas direcciones y variantes, manteniendo a su protagonista; en la ocasión se verá la versión de 2017, dirigida por Walter Arosteguy.
Conflictos y tensiones
-El seminario apunta a una dimensión de independencia con respecto a la dirección y a la dramaturgia. ¿Qué recorte hacés de esa especificidad, desde tu mirada de ser actriz, directora y dramaturga?
-El seminario apunta a generar la idea del actor/actriz creador, autónomo de los designios del autor/a o director/a. Concebimos un teatro de la acción; y la acción nace en la reacción y el conflicto, en todos los niveles de organización del material escénico. Conflicto que se imbrica en los músculos de les actuantes, que tensiona las líneas plásticas en el espacio, que reacciona a las acciones del compañero/a de escena, que se despliega en consonancia con las dramaturgias órgánicas, narrativas y evocativas del espectáculo.
Pero antes, y no primero, el actor o actriz debe vislumbrar cuál es su poética personal. ¿Quién soy yo? ¿De qué materialidades técnicas está constituido mi estar en escena? ¿Qué resortes toco en mí para entrar en estado de actuación? ¿Cuáles son los cuentos que me cuento, las imágenes que invoco, las músicas que me canto, los movimientos que me ponen en acción?
-El título es “La Palabra en Acción”. ¿Cómo es el recorrido que lleva tu propuesta desde la palabra a la acción total del intérprete?
-Aquellas y aquellos que reaccionamos a la hegemonía decimonónica del texto en el teatro y nos enlistamos en las filas de quienes buscan en su quehacer la especificidad de la disciplina, muchas veces caemos en la misma trampa de la que creemos huir. Digo, de una u otra forma, desdeñamos la sabiduría contenida en los textos dramáticos, con todo lo que de estructura y lenguaje nos proporcionan, y perdemos mucho en eso.
La idea de “La Palabra en Acción” es recuperar el valor de la palabra en la acción teatral pero no sólo como palabra dicha (en el diálogo teatral) sino como fuerza motivadora a la creación. Utilizar la palabra como música, como materia sonora, como motivadora de recuerdos y premoniciones, como contradicción y ambigüedad, como cuerpo. Siempre trabajando la máxima de (Vsevolod) Meyerhold que nos guía, construyendo “una plástica que no corresponda a la palabra”.
Estrategias
-¿Cuánto de lo experimentado en la Escuela del Bardo se convirtió en las enseñanzas de este seminario?
-Mucho, sin dudas. Pero te diría que lo que intentaré compartir en este seminario, se fue construyendo en mi propio proceso de formación como actriz (proceso que aún considero incipiente) a lo largo de 37 años. Comencé mi formación con Agustín Alezzo a los 13 años, y desde ese entonces no he dejado de tomar clases, entrenar y/o actuar hasta hoy que tengo 50 años. En realidad, no he hecho otra cosa en mi vida...
-Hablando de la Escuela, en ocasiones anteriores contabas sobre las problematizaciones que habían encarado (“¿Se puede enseñar a actuar? ¿O sólo se puede aprender? ¿Cómo se aprende a actuar? ¿Se puede aprender de cualquier maestro? ¿Se puede enseñar a cualquier persona? ¿Se aprende a actuar en general, o cada tradición teatral requiere metodologías distintas de transmisión y aprehensión del conocimiento?”). ¿Qué “soluciones” encontraste, al menos para un seminario de cuatro encuentros?
-Intentaré en el seminario compartir algunas estrategias que me di a mí misma y a les actores y actrices que contribuyo a formar y que dirijo, para seguir problematizando estas preguntas.
-Creo que la especificidad del teatro es que es una actividad donde el cuerpo (acá caería en la tentación de decir cuerpo-mente, para ser clara y abarcativa, pero ya sabemos que cuando decimos cuerpo decimos la unidad de la persona actuante) es el canal, el instrumento, en muchos casos, la obra misma. Por lo tanto, yo creo que se aprende a actuar, en consonancia con otros cuerpos que nos contagian sus saberes, por vías que nada tienen que ver con lo programático de un plan de estudio o planificación de clase.
El teatro es un arte esotérico. Si queremos aprender a actuar, lo que aconsejo hacer es generarse encuentros de trabajo en la sala con actores y actrices que ya tengan oficio, actuar con ellos y permitirse la contaminación, el contagio. Así se transmitía el conocimiento del arte teatral antes de la proliferación de las escuelas y talleres de teatro.
Dinámica
-En virtud de lo antedicho, ¿está encarado el recorte hacia algunas tradiciones teatrales específicas?
-No. El seminario está encarado en relación al concepto de poética personal enunciado por el director Renzo Casali. Un gran maestro de actores y actrices, director del grupo Comuna Baires, que enuncia que la verdadera felicidad como persona y como actuante, claro, es el conocimiento de la propia poética. Dice él que hay personas que atraviesan la vida sin conocerla y que en eso radica la infelicidad. Otros la descubren de grandes, y oímos comentarios de adultos que dicen “si yo hubiese sabido eso a los 20”... Otros la conocen intuitivamente, algunos intentamos encontrarla y en ese trabajo se basa nuestra formación, como personas y artistas.
-¿Qué ejercicios se plantean, y cómo tuvieron que adaptarse por la situación de protocolos?
-En relación a los protocolos por el Covid somos muy respetuosas y respetuosos de todas las restricciones, uso del barbijo, distanciamiento, aireación de los espacios, lavado de manos y demás cosas que todos conocemos. Los ejercicios se adaptan a estas restricciones que las tomamos como obstrucciones creativas.
Gentileza Lucas Ortiz Antígona, la necia fue la última obra que el grupo presentó en Santa Fe antes de la pandemia; el Ciclo Bardero que iniciaba se retomará este año en septiembre y octubre.
“Antígona, la necia” fue la última obra que el grupo presentó en Santa Fe antes de la pandemia; el “Ciclo Bardero” que iniciaba se retomará este año en septiembre y octubre.Foto: Gentileza Lucas Ortiz
Aprendizaje constante
-“Antígona, la necia” fue la última obra que habías podido hacer en Santa Fe como actriz antes de la pandemia. ¿Cómo es volver a girar, especialmente con uno de las obras insignia del grupo?
-La función en La Sala Marechal de “Antígona” que mencionas, era la primera de un “Ciclo Bardero” que debimos suspender en marzo 2020 por la pandemia. Fue una función muy hermosa para mí porque me encantan las funciones de “Antígona” en Santa Fe. Algunas de ellas fueron icónicas en mi trayecto. La que hicimos en la presentación de la revista virtual del grupo Andamio Contiguo por ejemplo, que dio pie a una de las críticas de la obra que más me emocionan, la que hizo Roberto Schneider.
En relación a esto te cuento que el Ciclo suspendido en 2020 vuelve los viernes de septiembre y el primer viernes de octubre a La Marechal y estamos felices por eso.
Este año, la obra ya volvió a girar, como vos bien indicás, llegó hasta Puerto Madryn nuevamente, y siempre fue maravilloso hacerlo (me encantan los viajes y más si incluyen funciones) pero hoy viajar y encontrar nuevos públicos tiene un gusto a aventura reencontrada, a nuevo aunque sea antiguo, que parece se disfruta dos veces.
-¿Cómo atravesó o creció la obra por este período particular, y por paso por el ciclo “El desmontaje infinito”?
“Antígona, la necia” es un poco mi espectáculo-escuela. Todas mis dudas, mis problematizaciones, mis aprendizajes van, tarde o temprano a reflejarse en este unipersonal que hago de manera ininterrumpida desde hace 23 años. Y en este período pandémico que nos toca atravesar, hemos todos aprendido y cambiado. Intuyo que “Antígona” también cambió, pero tocará decirlo a quienes la espectan, tal vez.
“El desmontaje infinito” fue una instancia de abrir la cocina de los espectáculos al público que estaba en la Escuela del Bardo en forma presencial y también a personas de distintas geografías que participaban a través del streaming. Fue muy enriquecedora la experiencia, tanto que la repetimos este 2021 y planeamos seguir haciendo este Ciclo con los espectáculos de repertorio del grupo que aún no participaron.
En movimiento
-Este año pudieron girar con “El corazón del actor”. ¿Cómo fue esa experiencia, después de las restricciones?
-La experiencia fue muy satisfactoria ya que la respuesta del público fue muy buena. En todas las funciones tuvimos sala llena, lo que nos hizo pensar que la gente quiere y elige ver teatro, aún con miedo y restricciones. Creo que el público empieza a dimensionar que el teatro es una actividad cuidada y segura y sobre todo necesaria para ejercitar los encuentros, que nos son vitales como personas.
-Siguieron activos a pesar de todo, con la solidez que tiene ser un grupo “de repertorio”. ¿Están trabajando en nuevos espectáculos?
Este año estrenamos ya cuatro espectáculos: “Extraño tu perfume”; “Plétora, la memoriosa” en coproducción con Gitce (Tandil); “Llevo todo conmigo”, en coproducción con la Escalera Teatro (Puerto Madryn); y “El Rastro, tras la huella de Isidro Velásquez”; y estamos ensayando y prontos a estrenar cuatro espectáculos más.
Es tiempo para nosotros de encerrarnos a ensayar y producir, a la vez de volver a hacer funciones en nuestra Escuela del Bardo y comenzar nuevamente a girar. Ser un grupo “de repertorio” es una estrategia de producción que nos funcionó antes y nos sigue funcionando ahora para seguir construyendo nuestra profesión.