Roberto Schneider
Roberto Schneider
Dos hermanas viven bajo el mismo techo junto a su madre. Las tres son personas débiles que no han podido desprenderse de la experiencia traumática que significa -al menos para ellas- seguir viviendo. Las hermanas intentan seguir creciendo, pero la madre quiere otro destino para sus hijas.
Ya en “Amigas”, su anterior obra, Omar Jacquier se declaraba profundo conocedor del espíritu femenino. Ahora, en el Foro Cultural Universitario, esas dos hermanas fracasadas en sus vidas y ciertamente algo desequilibradas, manifiestan su única defensa en el afecto que mutuamente se profesan. Y es en este afecto y en la idealización de algunos momentos rescatados de la chatura de su infancia idealizados a fuerza de buena fe, donde se refugian para defenderse de un futuro carente de esperanzas. Claro, está junto a ellas, sobre ellas, la mirada inquisitoria de la madre que todo lo puede, incluso doblegarlas. La pieza se interna en un universo femenino carente de ideales, en el que prevalece la monotonía. También es necesario decir que la presión que ejerce el entorno es muy fuerte, por lo que las emociones son expresadas en sordina.
El mayor mérito reside en las actuaciones. La problemática realista de la puesta tiene cierto vuelo que colabora en el éxito de los resultados. Jacquier tiene la habilidad para no entregarse al sentimentalismo y aprovecha lo mejor de su texto en beneficio de la totalidad. El director apuntala formalmente el texto con su puesta. La mínima utilería sintoniza con los ánimos y el escenario se ilumina o aproxima su lejanía siguiendo los progresos del diálogo escénico.
El director propone sobre el escenario una batalla sorda, feroz, minuciosa, que examina aspectos de la condición humana. La indagación es lúcida y al mismo tiempo terrible. Los climas lucen claros. Las actuaciones, ya lo dijimos son excelentes. Marcela Cataldo y Mariana Mathier son las dos hermanas nada inocentes y sí perversas mientras Marta Defeis es la sinuosa madre. Las tres tienen ausencia de amor, y se les nota. Fernando Belletti es el asistente de dirección, Marcela Catado y Omar Jacquier son los autores del diseño de luces y Elisa Martínez diseñó el muy buen programa de mano. En síntesis, un espectáculo recomendable.