El domingo se estrena una versión santafesina, a cargo de Julián Bruna, de la obra teatral “Érase una vez un rey”, escrita por el chileno Oscar Castro Ramírez.
Gentileza Julieta Correa Debajo de un puente, en un acotado universo de cartones, latas y botellas, los personajes entablan un juego maquiavélico.
Este domingo, el grupo santafesino “Los portatuttos” estrenará “Érase una vez un rey”. Se trata de una versión santafesina de la obra del chileno Oscar Castro Ramírez, convertida en un clásico teatral latinoamericano. La presentación será a partir de las 20 en las instalaciones del Centro Cultural Francisco “Paco” Urondo (Junín 2457).
Gentileza Julieta Correa
Foto: Gentileza Julieta Correa
Julián Bruna tiene a su cargo la dirección de esta propuesta, que coloca la mirada sobre la esencia de los vínculos humanos y el poder. En apretada síntesis, “Érase una vez un rey” es la historia de unos marginales que se ganan la vida juntando cartones. Mientras imaginan situaciones para opacar sus miserias a uno se le ocurre jugar a ser rey, una semana cada uno. Ese juego revelará la oscura ambición por el poder.
Bruna reveló que se topó por primera vez con la obra hace unos siete años, en Chile. “Me divirtió muchísimo, me gustó el texto y como estaba planteada la dirección. Desde ese momento, me quedé con ganas de hacerla algún día. Fueron pasando los años y me pareció que este era el momento”, dijo.
Desde su misma concepción, “Érase una vez un rey” emerge como una crítica sobre el poder, el abuso de poder y la codicia por permanecer en el poder, a toda costa. “Es un tema que sigue tocando de cerca y que está presente en todas las clases sociales. De hecho, en este caso, son unos vagabundos los que experimentan con el poder”, explicó Julián.
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Foto: Gentileza Julieta Correa
“Son personajes que están sumergidos en la miseria, no tienen nada más que su pequeño mundo. Algo que está bien marcado en la obra es que el mundo de ellos es ese mientras que la realidad, el afuera, está en otro lado. Así, están todo el tiempo con miedo a salir. Se sienten protegidos en su burbuja, donde empiezan a experimentar con el poder, acentuando todavía más las miserias”, sintetizó el director.
Un mundo de cartón
Las características de la puesta se fueron definiendo en los ensayos, con el aporte del director y de los actores. “Ellos tienen mucha trayectoria y propusieron ideas interesantes. La obra está ambientada debajo de un puente, algo que acá nos toca muy de cerca. Allí, construimos un mundo de cartones, botellas y latas, del cual también surgió el vestuario”, destacó.
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Foto: Gentileza Julieta Correa
Por su propio recorrido profesional, Julián incorporó a la obra una fuerte impronta vinculada con el clown. “Uno de los personajes es más clownesco, el otro más bufonesco, pero siempre dentro de ese ámbito. A la vez, nos permitimos jugar mucho con elementos melodramáticos y humorísticos”, detalló.
Créditos
A la dirección de Julián Bruna, se suman las actuaciones de Demián Sánchez, Ariel Eier Pic y el propio Bruna, el trabajo como vestuarista de Verónica Ritvo. Nicolás Decarlini cumple funciones como técnico y productor, mientras que Camila Ocampo se desempeña como ilustradora y Lucía Savogin como maquilladora.