Miércoles 31.3.2021
/Última actualización 10:23
El jueves 8 de abril llegará a salas comerciales el segundo largometraje de la directora Mayra Bottero. Se trata de “Una casa lejos”, protagonizada por Stella Galazzi, Valeria Correa, Alicia Muxo y el recientemente fallecido Carlos Rivkin. El film cuenta como Graciela, quien tiene todo resuelto para por fin retirarse lejos de la ciudad después de jubilarse, descubre que su padre mantiene en secreto una extraña relación con una chica de la calle.
“Escribí el guión porque me sentí muy conmocionada con una imagen que me contaron, que es la de un anciano perdido con un bebé en brazos. Me impactó mucho. Me lo imaginé y sentí que era parte de una película. Por eso traté de darle una historia, una narración a ese momento, para que pudiera convivir con un relato de una hora y media en un largometraje”, contó la directora en una charla telefónica con este medio.
-¿Ahí fueron apareciendo los personajes que se integran a la trama?
-Son todos personajes que yo he conocido. Que tienen nombre propio en la vida real, pero nunca se encontraron. Los reuní en esa historia. Graciela, que es la protagonista, lleva el nombre y tiene mucho de lo que a mí me generaba mi propia profesora de Literatura. A Sabrina, que es la chica que vive en la calle, la concebí pensando mucho en una joven que conocí hace muchos años, que tenía una situación muy complicada familiar y social. Muchas de las cosas que ella me contó las incluí en el personaje. Así pasó con casi todos los personajes, que tienen su correlato con la realidad.
Gentileza producciónFoto: Gentileza producción
-En un tipo de películas como “Una casa lejos” el trabajo con los actores debe ocupar un lugar fundamental.
-Es lo que más me ilusionaba, la dirección de actores. Para mí era muy importante que todo estuviera puesto en lo que ellos necesitaban para armar sus personajes, para apropiarse de ellos. La propuesta de cámara y de cómo íbamos a retratar el paisaje donde ellos se movían, tenía que ver con lo que necesitaran emocionalmente. Por eso la cámara siempre es tranquila y rígida. Son puestas prolijas para que ellos se muevan en el espacio.
-Se lucen más los actores que vos detrás de la cámara.
-No hay tanto de la emoción pasando por el dispositivo cinematográfico. La idea es que ese dispositivo los pueda retratar. De cualquier manera, si la cámara fuese en mano y se estuviese moviendo todo el tiempo, podríamos decir lo mismo.
-Pero me parece que el estilo que elegiste acompaña el tono de la historia.
-La película es de personajes y todo estuvo pensado para que ellos pudieran lucirse lo más posible. Por suerte, los cuatro protagonistas se apropiaron rápidamente. Se entendieron rápido y no fue un trabajo para nada forzoso. Pudimos ensayar bastante. La primera vez que leímos el guión todos juntos fue un momento hermoso. Todo el equipo pudo escuchar la voz de los protagonistas y ellos sentir lo que esas líneas generaban en un montón de personas. Arrancamos con mucha comodidad, fue un trabajo increíble.
Gentileza producciónFoto: Gentileza producción
-Pienso que muchos de los temas que abordás en la película adquieren otras lecturas en este nuevo contexto de pandemia. La vida de los adultos mayores, la soledad, la necesidad del encuentro, las personas en situación de calle.
-Y el deseo de irse. Los que vivimos en la ciudad, queremos escaparnos a un lugar lejano. Es lo que empieza deseando en la película el personaje de Graciela. Cómo si el hecho de irse alcanzara para sanar todo lo que está mal en la Humanidad. Eso es bastante loco. Cuando estábamos realizando la película, en lo que más me enfocaba emocionalmente era en la problemática de la situación de calle. Era lo que más me conmovía. Desde ahí trabajé todo. Y es algo que ahora está muy evidente por la situación que atraviesa la salud. Me parece interesante que la película acompañe lo que está pasando.
-El proceso de la película llevó varios años y comentaste que nunca hubieses pensado que ibas a “experimentar el miedo a que los cines no vuelvan a abrir nunca más”.
-Sigo con un miedo terrible a que la segunda ola nos suspenda un minuto antes. Espero que eso no ocurra. Nuestro objetivo cuando terminamos la película, era estrenar en mayo de 2020. Esa fecha rápidamente se suspendió. Pero incluso cuando se empezaron a abrir las actividades culturales, los cines siguieron cerrados. Entonces sentía mucho miedo de que en el negocio de la exhibición se produjeran cambios rotundos.
-Además, imagino que cuando concebiste la película, pensaste siempre en un formato de exhibición como una sala de cine. Un encuentro presencial con el espectador.
-Si. Porque es el momento de escucharlos. Cuando las personas se emocionan o se ríen. El placer está ahí, en esa experiencia. Saber que alguien se reunió con otro ser querido para esa cita, para ese momento. Que hubo un ritual de prepararse para ir al cine. Y tantas otras cosas.
-Claro. En todo caso, si tuvieras durante el proceso de preparación de la película la certeza de que va a ser estrenado bajo estos nuevos formatos de las plataformas, trabajarías de otra manera.
-Hay muchos cuidados técnicos que son específicos para una pantalla grande. Desde lo básico, en que formato decidís grabar y después el cuidado de los efectos, de la limpieza que se hace de las imágenes. La mezcla de sonido se hace pensando en las salas, no toda la gente tiene un sistema 5.1 en sus casas. Se pierden muchísimas cuestiones que también son narrativas. Los tiempos de realización dentro del cine son muy largos y no creo que necesiten ser tan largos si vas a estrenar directo en plataformas.
Gentileza producción Mayra Bottero, directora y productora de cine.Mayra Bottero, directora y productora de cine. Foto: Gentileza producción
-El lado triste del estreno es la muerte reciente de Carlos Rivkin, quien actúa en la película.
-Nos dio mucha bronca. Esa es la sensación. Porque nos faltaban muy poquitos días para el estreno. Lamentablemente, él no llegó a ver la película. Stella y Valeria la habían visto antes incluso de que la terminemos, pero él no. Igual, creo que será un hermoso homenaje porque su trabajo está muy bien.
-Es una buena forma de despedirlo: mostrarlo en su mejor faceta.
-No paraba de trabajar. Vivía de actuar y todo el tiempo estaba actuando. Realmente, era una persona de acción, de poner el cuerpo. Tenía mucho rodaje.