El músico rosarino Germán Roffler presentó su nuevo álbum, titulado “Túneles”, donde combina elementos del folklore litoraleño, de la música popular sudamericana y el jazz moderno. El propio compositor contó detalles de su nueva placa, dónde usa la metáfora como recurso fundamental.
Gentileza Nano Pruzzo Rosario es como un hervidero de un montón de músicas , afirmó Roffler al repasar sus distintos ascendientes artísticos.
El músico rosarino Germán Roffler presentó “Túneles”, su nuevo disco. Se trata de una especie de travesía de ocho canciones que fueron creadas en 2019 y grabadas en la ciudad de Rosario, entre los meses de abril y diciembre de 2020. Además del lanzamiento del flamante álbum en plataformas digitales, Roffler prepara la salida del video-álbum de Túneles, que está programado para estrenarse durante diciembre a través de su canal de Youtube.
En una charla con este medio, el compositor rememoró los trazos centrales del proceso que desembocó en “Túneles”. “Las canciones que componen el disco las hice casi todas en 2019, un año en el cual viajé bastante. Las pensé, al momento de escribirlas, desde varias puntas. Me divierte mucho hacer ejercicios creativos, poner ciertos límites y después ver qué pasa. Y utilizar la metáfora como un recurso fundamental para escribir las letras”, afirmó.
El otro aspecto que tuvo siempre presente al momento de componer fue mantenerse siempre cerca del folclore de la provincia de Santa Fe. “En esta zona tenemos ritmos cercanos a Buenos Aires, cosas del folklore más tradicional y una historia muy fuerte de la canción. Me interesaba ver qué pasaba con eso desde la guitarra, que es el instrumento que quiero y con el que siento más cercanía”, detalló.
Gentileza producción
Foto: Gentileza producción
Un hervidero de músicas
Las influencias musicales de Roffler, que se expresan en el disco, tienen una relación muy directa con el contexto en el cual se moldeó su vocación, esa ciudad de Rosario en la cual confluyen diversas movidas, vinculadas con el tango, el folclore, el rock y el jazz. Lo cual se suma a su formación académica en la Universidad Nacional de Rosario, bajo una línea más bien clásica. Y a una tradición vinculada con haber escuchado a cultores de la canción con fuerte identidad regional, como Jorge Fandermole.
“Rosario es como un hervidero de un montón de músicas”, consideró Germán durante un tramo de la entrevista. Y en ese punto se explica, en parte, su interés por tratar de generar un contenido musical con un ancla en su ciudad natal. “Defender estos lugares como espacios de producción cultural con sus propias características”, destacó.
Gentileza Federico Tinivella
Foto: Gentileza Federico Tinivella
Creaciones propias
Siete de las ocho canciones que integran el disco llevan la firma de Roffler, salvo “Destino de estrellas”, gestada junto a Juan Barreto, cancionista uruguayo que vive desde hace mucho tiempo en Rosario. “Lo rítmico fue muy importante al momento de hacer las canciones. Después, tuve presentes cosas muy brasileras. Escuché mucho a Tom Jobim, Chico Buarque, Caetano Veloso. A veces me da la sensación de que todo eso se mezcla en las canciones en sí mismas, porque cuando uno las escribe tiene todo eso atravesado”, consideró.
Diversidad de aportes
“Túneles”, que dentro de la discografía de Roffler viene a ser la placa sucesora de “Soles azules a secas” (2018), fue grabado en los estudios Cetear por Martín Actis, mezclado por Guillermo Madrafina y masterizado por Daniel Ovié. Cada uno de ellos dejó su huella. El arte de tapa, a su vez, estuvo a cargo de Nano Pruzzo y Fernando Bottazzini.
Gentileza Nano Pruzzo
Foto: Gentileza Nano Pruzzo
Intervinieron los músicos Nicolás Constantín, Fermín Suárez, Emanuel Marquiore, Rocío Giménez López, Lucio de Rosa, Fernando Silva, Pablo Devadder, Yamile Baidón, Andrea Bertoldo, Facundo Salazar, Joaquín Ortega, Bruno Ferrúa, Juan Barreto y Mati Vant.
Roffler valoró la participación de cada uno de ellos. “Tenía pensado a quienes quería invitar para que hicieran tal o cual cosa, cada uno aportó sus miradas y sus colores. Fue como si estuviera pintando una pared y hubiera reservado un espacio para cada uno de ellos. Me gusta mucho eso de invitar a alguien a jugar un juego y que el otro pelee, en el buen sentido, con esas reglas”, finalizó.