De la Redacción de El Litoral
sucesos@ellitoral.com
Marcos David Leiva aceptó dos años de prisión efectiva, mientras que Miguel Orlando Leiva deberá cumplir dos años y un mes de pena.
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El juez penal Nicolás Falkenberg presidió hoy una audiencia de procedimiento abreviado en la que fueron condenados Marcos David “Pitu” Leiva (29) y Miguel Orlando “Nano” Leiva (40), acusados por el homicidio de Fabricio Echagüe (32), ocurrido el 29 de marzo en las calles del barrio Centenario.
“Concretamente son dos años de prisión para Marcos David Leiva y dos años y un mes de prisión para Orlando Miguel Leiva, en ambos casos de cumplimiento efectivo y, en el caso de Orlando Leiva, con declaración de reincidencia lo que implica que llegado el caso no va a poder hacer uso de la libertad condicional”, resumió el fiscal de Homicidios, Jorge Nessier, al término del acto.
Debió pasar medio año hasta que las partes se pusieran de acuerdo para la firma del acta que pone punto final al caso.
Con el consentimiento de los imputados, sus abogados Raúl Berizo y Sebastián Nitti, aceptaron la propuesta de la fiscalía que esta mañana fue puesta a consideración del magistrado.
Reincidentes
“La Fiscalía había imputado la figura delictiva de homicidio respecto del hecho ocurrido el 29 de marzo de este año en el que resultara víctima Fabricio Echagüe -repasó el Dr. Nessier-; sin perjuicio de ello con el devenir de la investigación todo hacía prever que se había configurado lo que se denomina homicidio en riña. O sea, un enfrentamiento donde diversas personas hicieron uso de armas de fuego. Donde los imputados resultaron con heridas de bala y Fabricio Echagüe resultó fallecido”.
A propósito de la figura penal empleada, Nessier especificó que “al no poder establecerse quién fue el que dio muerte a Echagüe la figura que el Código Penal prevé es la de homicidio en riña, lo cual indudablemente registra una previsión punitiva en el Código Penal muy inferior (a la de homicidios simple). Es una pena sumamente atenuada y es así que se arribó a un acuerdo sobre la base de las penas previstas en el Código”, reiteró el funcionario.
Siguen presos
En cuanto a las consecuencias reales que la sentencia impone a los imputados de apellido Leiva, el fiscal fue categórico: “los dos permanecen detenidos”.
También hizo una distinción entre la situación de ambos, dado que “una vez que se cumpla el plazo con respecto a Marcos Leiva -que no tiene declaración de reincidencia-, habrá un momento en el cual podrá solicitar la condicional si se dan una serie de condiciones; en el caso de Orlando Miguel Leiva no puede acceder a la condicional, sin perjuicio de que eventualmente podrá hacer uso de algún otro beneficio como una libertad anticipada”, detalló.
El “Orejón”
La causa tuvo en sus comienzos un tercer imputado, el “Orejón” Marcelo Osmar Caparelli (27), el cual estuvo detenido hasta mediados de junio, pero quedó en libertad tras una audiencia de revisión de la prisión preventiva.
“Nosotros oportunamente lo habíamos imputado y se había dictado prisión preventiva” no obstante lo cual “su situación era bastante más confusa en cuanto a su participación en el hecho”, dijo el fiscal Nessier sobre Caparelli. “Los testimonios eran evidentemente más débiles y cuando se llevó a cabo una audiencia de revisión de la preventiva para los tres imputados, el juez la confirmó para los dos Leiva pero no así respecto de Caparelli al entender que no había elementos suficientes y la investigación no había avanzado”.
Actualmente “la fiscalía no ha dispuesto el archivo o el sobreseimiento” de el “Orejón” “pero hoy por hoy los elementos que tenemos no son suficientes” para continuar con la acusación, completó el entrevistado.
Internados y heridos
Los dos Leiva -Marcos y Orlando-, ingresaron heridos de bala al hospital Cullen el domingo 29 de marzo en horas de la noche. Aunque las heridas no eran de gravedad, permanecieron internados por algunas horas e inmediatamente quedaron detenidos, dado que frente a su casa de la calle Tarragona al 600, esa misma noche habían matado a Fabricio Echagüe.
Lo que en un principio se evaluó como una refriega entre barras de fútbol (los Leiva pertenecen a la barrabrava del Club Colón), luego se supo que comenzó con una pelea de mujeres que se convirtió en tiroteo cuando terciaron los hombres, al parecer de dos bandos contrarios.