“Mi abuelo me contó que cruzó la laguna caminando”. Cuántas veces se habrá escuchado este relato del siglo pasado en boca de algún santafesino. Aquello cuenta de bajantes históricas del río Paraná, que dejaron a la laguna Setúbal, el símbolo de la ciudad, casi en seco. La del ‘44, la de los ‘60, y más acá en el tiempo, la del 2009, entre otras marcas.
El quiebre se dio en la década del ‘70 (ver gráfico), en coincidencia con el cambio del régimen de lluvias y la activación de las represas, entre otros factores. Es por ello que durante la primera mitad del siglo pasado hubo marcas inferiores al cero, en cambio luego de los ‘70, el mínimo registro hasta hoy era el de 2009, con 1,53 m.
Ese récord de la “modernidad” fue superado en las últimas horas por más de medio metro, con la marca de 0,98 m. y se convirtió así en la máxima bajante hasta el momento de los último 50 años. Y si bien lo que ocurra a futuro es casi impredecible, todos aseguran que puede bajar aún más.
“La bajante que podemos observar actualmente es la más importante de los últimos 50 años. Sin embargo, en años anteriores a la década del 70, a partir de la cual se produjo un incremento en el régimen de lluvias de la Cuenca del Plata, hubo bajantes mucho más significativas. Por ejemplo, en 1944, la altura del río estaba casi un metro por debajo del 0 de la escala del puerto local”, comentó José Macor, docente e investigador de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la UNL, quien dirige el Centro de Informaciones Meteorológicas (CIM) de dicha facultad.
Tenés que leerPor qué baja el río y cómo puede cambiar el paisajePor su parte, Carlos Ramonell, docente e investigador de la FICH, acotó: “En esta bajante se debe descartar como causa la influencia de las presas brasileñas. En 1944, la situación fue peor que la actual y no sólo para la Cuenca del Plata. Fue la mayor sequía registrada en toda la llanura pampeana y las presas no estaban construidas”.
Con este panorama, en las últimas horas los privilegiados vecinos de los dos o tres edificios que se levantan sobre la Costanera Oeste y tienen la Setúbal a la vista advirtieron la aparición de “un manchón oscuro en el corazón de la laguna”. El Litoral hizo sobrevolar la zona con el drone y confirmó la presunción: una gran lonja del fondo de limos y arcilla había emergido.
Tenés que leerHacía 50 años que la Setúbal no tenía un caudal tan escasoEl tipo de fondo lagunar que apareció ahora es similar al sector que ya había emergido durante los últimos días y durante la bajante anterior (en diciembre pasado) en toda la zona frente a barrio El Pozo y el Parque Tecnológico, en el límite norte de la Costanera Este.
En la laguna Setúbal hay charcos y menos agua
Con la aparición de esta lonja del fondo de la laguna habrá que aguardar ahora el comportamiento del nivel del río Paraná en la zona para saber si continúa en descenso y permite observar a simple vista el lecho lagunar con mayor énfasis. Este es el fenómeno que tantas veces se escuchó, de boca en boca, entre los vecinos de la ciudad que buscan en el “arcón de los recuerdos” aquellas postales.
Por la bajante del Río Paraná, volvió a aparecer la malla protectora del túnel
medía este martes el río Paraná en el hidrómetro del Puerto de Santa Fe
El Río Paraná ya está por debajo del metro en Santa Fe