Por Pablo Rodriguez
Con la bajante de las aguas del espejo de agua, nuevamente surgen entre las ruinas del viejo hotel, rastros de lo que supo ser la Belle Époque en el extremo de Santa Fe. Esta vez, los tesoros fueron hallados por un vecino de Firmat que decidió donarlos a uno de los dos museos con los que cuenta el lugar turístico.
Por Pablo Rodriguez
La cabecera del departamento General López, sigue siendo una fuente inacabable de recuerdos, tesoros y patrimonio. Con el el viejo hotel en el centro de la escena, Melincué vuelve a sorprender y ahora lo hace con testimonios vivientes de la época más brillante en el sur provincial.
Desde hace unos días, los vecinos de la localidad y la región, comenzaron a tomar nota a través de las redes sociales de los hallazgos que realizó un vecino de la ciudad de Firmat, el señor Andrés Bolasini y que van a formar parte de la exclusiva muestra existente en el Museo Histórico Regional “Francisco del Prado”. Se trata de un lote de botellas, frascos y tinteros encontrados enterrados en la isla de la Laguna.
Según explicaron autoridades del museo, puede ser que a simple vista, “solo sean objetos de vidrio”, pero cada uno conlleva “una historia escondida” de alguien del pasado que estuvo allí. Entre los objetos que Bolasini donó al pueblo de Melincué, se encuentran frascos de medicina de boticario, licores y tinteros, además de piezas de porcelana y loza con sellos de Inglaterra, Bélgica y Francia.
“Esto nos transporta a esa época dorada, en donde no existían las cajas de medicamentos sino los preparados medicinales de algún boticario conocido. Tampoco existían las biromes para escribir una carta , sino tinta en tinteros traídas desde Inglaterra, en reemplazo de los actuales mensajes de texto”, detallaron.
Aseguran, que estas piezas datan de más de un siglo de historia “enterrados en la arena de una isla que supo ser el centro de los sueños y la alegría”. “Melincué tiene en sus entrañas, un tesoro de historias que merecen ser contadas”, valoraron.
La mayoría de las piezas están selladas, lo cual indica que fueron parte de la lujosa vajilla con que contaba el hotel en sus comienzos y que era frecuentado por la élite de la época. “La laguna y el tiempo devoró el pasado glorioso enterrando su esplendor, cuando Melincué fue el primer lugar turístico de Santa Fe y cita obligada de los terratenientes que tenían sus estancias en nuestro rico sur santafesino”, agregaron
Sitio espiritual
Desde el 2001 en Melincué, se encuentra constituida la Comunidad Indígena Mocoví, integrada por 80 familias, que por lazos familiares, históricas, culturales se instalaron principalmente en el barrio San Urbano. Desde entonces, se comenzó a desarrollar un proceso de reparación de identidad, para mantener sus raíces culturales. Entre estos proyectos de recuperación se encuentra un vivero forestal y una huerta intercultural.
El pueblo Mocoví, si bien no es de esta región, se fue adaptando con el correr del tiempo. El trabajo intercultural que se viene desarrollando, implica tener una buena relación con la sociedad, en base al respeto de las creencias y de su historia. La laguna de Melincué, supo ser un sitio sagrado por los pueblos originarios, durante generaciones indígenas.
Se sabe que por allí anduvieron Ranqueles, Mapuches, Pampas y Borogas. Actualmente, prevalece el pueblo Mocoví. El trabajo realizado en el pueblo por el cacique de la comunidad, Ariel Araujo, logró mantener este espíritu y esta cultura casi extinta y van hacia un proceso de franca recuperación de sus derechos.
La comunidad indígena de Melincué se llama “Noagué Noa Nonot’i” que significa “Cuatro Vientos”. Es para resaltar que desde la gestión del actual presidente comunal, Silvio Garbolino, acompaña y todos los proyectos para ayudar a la comunidad a recuperar su identidad.