Un nuevo análisis de los residuos del interior de antiguas vasijas de cerámica del siglo XI y XII halladas en Jerusalén ha revelado que pudieron haber sido utilizadas como granadas de mano.
Según los investigadores, las vasijas fueron lanzadas contra las fortalezas de los cruzados para producir fuertes ruidos y brillantes destellos de luz.
Un nuevo análisis de los residuos del interior de antiguas vasijas de cerámica del siglo XI y XII halladas en Jerusalén ha revelado que pudieron haber sido utilizadas como granadas de mano.
La investigación, dirigida por el profesor asociado de la Universidad de Griffith, Carney Matheson, confirmó que algunos recipientes contenían aceites y medicinas, y que otros contenían aceites perfumados, lo que coincide con investigaciones anteriores sobre el uso de los recipientes.
Sin embargo, sus hallazgos también revelaron que algunas de las vasijas contenían un material inflamable y probablemente explosivo, lo que indica que podrían haber sido utilizadas como antiguas granadas de mano.
Este material analizado dentro de las vasijas podía haber sido un explosivo antiguo desarrollado localmente, según Matheson.
"Esta investigación ha demostrado el uso diverso de estas singulares vasijas de cerámica que incluyen antiguos artefactos explosivos", dijo.
Explicó que estas vasijas fueron lanzadas durante la época de las Cruzadas como granadas contra las fortalezas de los cruzados, produciendo fuertes ruidos y brillantes destellos de luz.
El científico puso de relieve que se usó un material explosivo inventado localmente y no pólvora negra inventada en China y que fue llevada a Oriente Medio y Europa en el siglo XIII.
"Una mayor investigación sobre estas vasijas y su contenido explosivo nos permitirá comprender la antigua tecnología explosiva del periodo medieval y la historia de las armas explosivas en el Mediterráneo oriental", concluyó.