En un hospital de Barcelona nacieron Daniel y María. Un nacimiento más de los tantos que asisten los médicos encargados de traer a este mundo a esos pequeños en los que depositamos la esperanza de un mundo mejor.
Pero en este caso reservaban una sorpresa que maravilla al mundo entero. Durante un instante y a poco de nacer se tomaron de las manos mientras compartían la misma cuna.
Entrelazaron sus dedos con tal fuerza que dieron tiempo a las enfermeras que los cuidaban para que, con la autorización de sus padres, les saquen una foto.
Una médica explicó que "Es un gesto precioso para recordar. Es un reflejo para sobrevivir".
Fuente: www.lavanguardia.com