Repercusiones diversas son las que dejó el atentado a Cristina Fernández de Kirchner a metros de su propio domicilio, donde un hombre le gatilló en el rostro y por fortuna el disparo no salió.
Es una de las palabras más utilizadas luego del impactante episodio ocurrido a metros de la casa de la vicepresidenta de la Nación. Los antecedentes en el país.
Repercusiones diversas son las que dejó el atentado a Cristina Fernández de Kirchner a metros de su propio domicilio, donde un hombre le gatilló en el rostro y por fortuna el disparo no salió.
Uno de los puntos que desencadenó este episodio fue la utilización del término “magnicidio”, el cuál hace referencia al tipo de homicidio que podría haberse dado.
Según lo que indica la Real Academia Española (RAE), es un nombre masculino que significa “muerte violenta dada a persona muy importante por su cargo o poder”. En base a la etimología, proviene del latín “magnus” (grande).
Por otro lado, el Gran Diccionario de la Lengua Española de 2022 lo define como “asesinato de una persona importante por su cargo, por su poder o por su importancia política” y agrega un segundo significado: “asesinato de gran número de personas”.
De la legislación penal argentina se desprende que quienes cometieran o intentaran cometer este delito les correspondería pena perpetua, es decir, 35 años de cárcel, más reclusión permanente, sin posibilidades de revisión.
Haciendo un repaso de la historia argentina, se resalta como primer episodio de similares características el que sufrió el general Juan Manuel de Rosas el 27 de marzo de 1841, cuando estaba al frente de la Gobernación de Buenos Aires.
Mientras que uno de los más recientes intentos de magnicidios fueron los sufridos por el expresidente Raúl Alfonsín, a quien se le contabilizan tres sucesos particulares.