Los microplásticos que se desprenden de vehículos en carreteras podrían contaminar los océanos tanto como los procedentes de los ríos, según un estudio publicado este martes.
Los microplásticos que se desprenden de vehículos en carreteras podrían contaminar los océanos tanto como los procedentes de los ríos, según un estudio publicado este martes.
El trabajo publicado en la revista científica Nature Communications intenta por primera vez estimar la cantidad de plástico procedente del tráfico automotor (fricción de los neumáticos y uso de los frenos) que se dispersa en el aire y decanta en otro lugar gracias a las corrientes atmosféricas.
Los investigadores evaluaron la cantidad de estas partículas derivadas de la industria petrolera (etileno, propileno), producida por el transporte por carretera, combinada con simulaciones de la circulación atmosférica.
Según ellos, un tercio de estos microplásticos (entre 40.000 y 100.000 toneladas) terminan cada año en el océano, contra unas 65.000 toneladas de microplásticos son vertidos en el mar por los ríos.
No obstante, los expertos notan una falta de datos para validar sus modelos.
Estas emisiones de microplásticos proceden principalmente de América del Norte, Europa y Asia sudoriental.
Según el estudio, una parte importante de esta contaminación, transportada por el aire, es probable que termine en el Ártico, donde las partículas coloreadas, que absorben más rayos del sol que la nieve, podrían tener un impacto en el derretimiento del hielo.