"Yo debía acompañar a una amiga a las Torres Gemelas… Y ese mismo día me dijo no iba a ir"
Carmen es una cubana que vio cómo se levantaban las Torres y también vio cómo se derrumbaban. “Al segundo avión lo ví perfectamente cuando viró para estrellarse…”, cuenta entre lágrimas.
"Yo debía acompañar a una amiga a las Torres Gemelas… Y ese mismo día me dijo no iba a ir"
Carmen es una cubana que llegó desde muy chica a vivir en Nueva York, con una historia familiar muy especial por todo lo que debió atravesar desde el momento en que decidieron abandonar su país. Carmen tiene también vivió una situación muy especial aquél 11 de setiembre de 2001, el día que cayeron las Torres Gemelas luego de un atentado terrorista. La suerte o esas cosas que tiene la vida, hicieron que no sea una más entre las casi 3.000 almas que perdieron la vida aquél día.
“Yo tenía 15 años en 1973, ya vivía en Nueva York y ví cómo se construían las torres gemelas porque estaba en edad escolar y pasaba siempre por allí. Ví cómo las levantaban y también ví cómo cayeron. Ese 11 de setiembre de 2001 fue un día bellísimo, en mi trabajo estaban haciendo un arreglo y escuchamos un ruido, como si fuese una viga que había caído. Salimos y nos dijeron que no fue una viga, que había sido un avión que se estrelló contra una de las torres. Fuimos derechito al río, al Hudson, que estaba ahí cerquita, a unos pocos pasos, y allí ví el otro avión, que venía derechito y de pronto viró y se dirigió a la otra torre. Al segundo avión lo ví perfecto. Me quedé paralizada”, cuenta Carmen.
“Cada vez que me acostaba a dormir veía el avión que entraba de lleno a la torre”, agrega, dejando notar que eso le duró mucho tiempo y que es una imagen que hoy mantiene todavía muy clara.
Pero lo peor –o lo mejor- es lo que ahora señala: “… Ese día tenía que ir a la torre a acompañar a una amiga mía, que debía concurrir por trabajo. Yo también solía ir seguido por mi trabajo… Ella me llamó a la mañana y me dijo que no iba a ir… Teníamos que reportarnos en el piso 102, o sea uno de los últimos. Si íbamos, hoy estaría muerta… Mucha gente amiga o conocida, murió ese día. Eso me provoca mucha emoción…”, finaliza esta mujer cubana conmocionada y que hoy, a casi 23 años de aquél atentado, aún la moviliza hasta las lágrimas.