El equipo estudió a 746 adultos tsimané de entre 40 y 94 años. Los investigadores escanearon sus cerebros para averiguar cómo cambia su volumen con la edad. Los resultados se compararon con datos similares de residentes en Europa y EEUU.
Un equipo internacional de investigadores ha descubierto que los miembros de la tribu indígena tsimané, que viven en el norte de Bolivia, tienen cerebros más sanos que las personas de misma edad de Europa y Estados Unidos.
El equipo estudió a 746 adultos tsimané de entre 40 y 94 años. Los investigadores escanearon sus cerebros para averiguar cómo cambia su volumen con la edad. Los resultados se compararon con datos similares de residentes en Europa y EEUU.
Resultó que la diferencia de volumen cerebral entre los tsimané de mediana edad y la tercera edad es un 70% menor que la de los residentes de los países occidentales. Es decir, el cerebro se atrofia y envejece más lento, lo que reduce el riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Además, la inflamación no tiene un efecto tan fuerte en el cerebro tsimané.
"Los tsimané nos han proporcionado un experimento natural asombroso sobre los efectos potencialmente perjudiciales de los estilos de vida modernos en nuestra salud", dijo el autor del estudio, Andrei Irimia, profesor asistente de gerontología, neurociencia e ingeniería biomédica en la Escuela de Gerontología Leonard Davis de la USC.
Los autores creen que la mayor tasa de pérdida de tejido cerebral en los europeos se debe a un estilo de vida sedentario y a una mala alimentación. La tribu tsimané prácticamente no tiene acceso a la atención médica pero sus miembros son físicamente activos y comen alimentos ricos en fibra, como verduras, pescado y carnes magras.
"Estos hallazgos sugieren que la atrofia cerebral puede ralentizarse sustancialmente por los mismos factores de estilo de vida asociados con un riesgo muy bajo de enfermedad cardíaca", agregó Irimia.
Los tsimané llamaron la atención de los científicos cuando un estudio anterior descubrió que tienen corazones extremadamente sanos en la vejez. Resultó que los tsimané tenían la menor prevalencia de aterosclerosis coronaria entre de cualquier población conocida por la ciencia. También se comprobó que no tenían factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. La baja tasa de enfermedades cardíacas está probablemente relacionada con su estilo de vida.
El estudio sugiere que el estilo de vida sedentario y las dietas ricas en grasas y azúcares de la mayoría de las personas de los países industrializados las hace vulnerables a enfermedades degenerativas como el Alzheimer.
"El tsimané puede servir como base para un envejecimiento cerebral saludable", resaltó el autor del estudio Hillard Kaplan, profesor de economía de la salud y antropología en la Universidad de Chapman.
La investigación se publicó en el Journal of Gerontology, Series A: Biological Sciences and Medical Sciences.