A un año de la invasión de Rusia a Ucrania, cuál es la situación de la guerra y quiénes están involucrados
Lejos de la conciliación y más cerca de expandir el conflicto a nuevos frentes, la OTAN y China se mantienen cautelosas. El regreso de la primavera en Europa será nuevamente clave.
Militares de la brigada de la Policía Nacional de Ucrania "LUT" (Furia) en la ceremonia dedicada al primer aniversario de la invasión rusa de Ucrania, en Kiev. Crédito: Servicio de Prensa Presidencial de Ucrania
Este viernes se cumple un año del 24 de febrero de 2022, cuando Rusia inició la invasión a Ucrania desde el este, desatando el mayor conflicto bélico de la última década, y en consecuencia, resquebrajando las relaciones bilaterales entre las principales potencias.
Lejos del objetivo de Vladimir Putin de tomar Kiev en sólo unos días y también con cierto fracaso en la contraofensiva ucraniana, el presente de la guerra en el este de Europa parece alejarse cada vez más de algún acuerdo de paz.
La participación activa de la OTAN para reforzar la armada del Volodimir Zelenski y el crecimiento del aporte de elementos por parte de Irán al Kremlin en los últimos meses no han hecho más que echar más leña al fuego.
Zelenski condecorando a un miembro del servicio ucraniano en la ceremonia dedicada al primer aniversario de la invasión rusa. Crédito: Servicio de Prensa Presidencial de Ucrania
Si bien, el título de Tercera Guerra Mundial resulta descabellado, especialistas de La Haya, la ONU y observatorios políticos de Ucrania coinciden en que el fin “no está a la vista” y que existe un “miedo real” de un mayor incidente.
Involucrados directos e indirectos
La avanzada rusa sobre el oriente ucraniano tuvo un aliado de relevancia al comienzo de la guerra: Bielorrusia. Su posición geográfica (al norte de Ucrania) y su condición de “estado satélite” de Moscú lo definió como el principal apoyo.
El aporte del gobierno de Aleksandr Lukashenko se orientó más por el lado logístico que por el armamentístico. En las últimas semanas, el presidente le indicó a Rusia que era capaz de fabricar sus aviones de guerra en su territorio.
Putin y Lukashenko en un encuentro el pasado mes de diciembre en Minsk. Crédito: Sputnik / Pavel Bednyakov
En una común jugada cautelosa, intentó posicionarse de forma más conciliadora. Aseguró que sólo se unirá al conflicto si es atacada y el propio mandatario se ofreció a ser mediador en una cumbre Biden-Putin.
A la par, desde el Servicio Estatal de Guardia de Fronteras de Ucrania (GPSU) indicaron que unos 11 mil soldados rusos están albergados en suelo bielorruso y que existe un plan de llegar a Kiev desde el norte.
Otro frente que este 2023 figura cómo elemento de importancia es Transnistria, el estado pro-ruso independiente de Moldavia que se encuentra en la frontera suroeste de Ucrania.
Este territorio podría ser una vía de acceso desde occidente para los rusos. En la reciente visita del presidente estadounidense a Polonia y Ucrania, se comunicó que algunos informes indican que el plan del Kremlin sería tomar el aeropuerto de la capital moldava, Chinisáu, y utilizarlo como base para la ofensiva por Transnistria.
Un punto clave es que Moldavia, al igual que Ucrania, no forma parte de la Unión Europea ni de la OTAN, por lo que cualquier movimiento de Europa o Estados Unidos debe ser cauteloso ya que Rusia posee tropas y armamento en territorio transnistrio.
El rol de China
Otro partícipe silencioso es el gigante asiático. En medio de algunos contratiempos con Estados Unidos por los particulares objetos voladores en cielo norteamericano y la movilización mutua en aguas cercanas a Taiwán, el gobierno chino mantiene su postura inicial a un año del inicio.
El reciente encuentro entre el director de la Oficina de la Comisión de Exteriores del Partido Comunista de China, Wang Yi, y el secretario del Consejo de Seguridad de Rusia, Nikolái Pátrushev, demuestra que los orientales pretenden mantener los lazos con Moscú, a los cuales definieron como “maduros y fuertes como una roca”.
Wang Yi junto a Vladimir Putin este jueves. Crédito: Sputnik/Anton Novoderezhkin
Su posición resulta ser más una crítica hacia el accionar estadounidense, que un interés en el avance ruso sobre Ucrania.
"La crisis de Ucrania no es lo que China desearía ver", declaró recientemente el propio Wang. El funcionario aclaró que su nación no eligió ser una espectadora o echar leña al fuego, y mucho menos explotar la crisis: "Seguirá manteniéndose firmemente del lado del diálogo y la paz".
Sobre la participación de Estados Unidos, la última manifestación oficial de China no lo nombra directamente, pero sí insinúa que algunas fuerzas no desean ver que las conversaciones de paz tengan éxito o se ponga un fin al conflicto: "no les importan las vidas del pueblo ucraniano, ni los daños que sufra Europa".
Lo cierto es que el presidente de China, Xi Jinping, planea visitar a Vladimir Putin en Rusia. De momento se desconoce si habrá algún anuncio oficial, si acordará un aporte económico-armamentístico “por detrás” como Irán o sólo se trata de una movida diplomática para sostener las relaciones a pesar de la guerra.
La ruptura del tratado de desarme nuclear
Cuando se habla de “miedo real”, la mayor referencia se hace ante la posibilidad de un desastre nuclear en puerta. La suspensión de Rusia del Nuevo START (Tratado de Reducción de Armas Estratégicas) con los Estados Unidos es el hecho más cercano a este incidente.
Seguida a esta medida, Putin anunció en una conferencia de prensa en el marco del feriado Defensor de la Patria que avanzará con la llamada triada nuclear de misiles basados en tierra, mar y aire.
Además confirmó que este 2023 se llevarán a cabo las primeras pruebas de los misiles balísticos intercontinentales Sarmat, un arma capaz de transportar múltiples ojivas nucleares. En septiembre, el mandatario indicó que de ser necesario, usará armas de este calibre.
"Continuaremos con la producción en masa de sistemas Kinzhal hipersónicos basados en el aire y comenzaremos con el suministro masivo de misiles hipersónicos Zircon basados en el mar", detalló el presidente ruso.
Ante la ruptura, Joe Biden remarcó que fue “un gran error”, pero que “no cree que esté pensando en usar armas nucleares o algo por el estilo".
La primavera en Europa
El final del invierno en el viejo continente es una mala noticia para ambos bandos. Hace semanas se conocían manifestaciones de medios de comunicación rusos que se lamentaban el fracaso del plan de “congelar” a Europa ante la escasez de gas.
Por el fin de estación, del otro lado también existe temor de un incremento de la ofensiva del Kremlin en la provincia de Donetsk, en la región del Donbass, donde Ucrania había logrado fortalecerse.
Reclutas militares ucranianos participaron de oraciones, bendiciones y un minuto de silencio junto a las tropas británicas y canadienses en el este del Reino Unido. Crédito: Henry Nicholls / Reuters
El control de la localidad de Bajmut parece ser uno de los ejes estratégicos del conflicto actualmente.
Por parte del gobierno de Zelenski se espera la llegada a Kiev de un destacado cargamento de tanques, aviones de combate y misiles de largo alcance desde diferentes puntos de Occidente.