El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, ha anunciado que el país retirará su propuesta de negociar un programa de facilidad ampliada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ante la escalada de violencia derivada de las negociaciones, en las que se incluía la eliminación de varias empresas estatales.
"Convoco a los distintos sectores que respaldan las vías institucionales para que abramos un diálogo nacional, en el que me involucraré personalmente. Entendiendo la situación que enfrentamos, el Gobierno no seguirá adelante con su propuesta inicial de negociación con el FMI", ha expresado el mandatario en su cuenta de Twitter.
El plan que el país diseñaba con el organismo multilateral buscaba inyectar recursos por 1.750 millones de dólares (unos 1.500 millones de euros) a las arcas públicas, en medio de la crisis derivada de la pandemia, de los cuales el país ya ha recibido 508 millones de dólares (432 millones de euros).
Las protestas surgen por los términos implícitos en las negociaciones con la institución, donde se incluía un ajuste económico en el que se contemplaban impuestos a las transacciones bancarias, a la propiedad, los salarios o las remesas, entre otros.
Además, el plan recogía la venta de la Fábrica Nacional de Licores y del Banco Internacional de Costa Rica, así como el despido de unos 7.000 trabajadores públicos y la revisión del diseño de los órganos desconcentrados para eliminar duplicidades.
Ante varios días de bloqueos en las carreteras costarricenses por parte de grupos que han protagonizado actos vandálicos, el presidente ha hecho una llamada al diálogo respaldada por las vías institucionales.
"Con dolor he visto los focos de violencia y vandalismo desatados en los últimos días. Violencia y vandalismo que categóricamente condenamos, porque nada de eso tiene que ver con el ideal de paz y de democracia de nuestro país, esa no es ruta costarricense", ha señalado el mandatario.