¿Quiénes definen las próximas elecciones en Estados Unidos?
¿Quiénes definen las próximas elecciones en Estados Unidos?
Lunes 2.11.2020
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Última actualización 22:12
En la victoria de 2008 de Barack Obama el voto joven y de la minoría negra fueron centrales; en 2016, los trabajadores y trabajadoras sin educación universitaria le dieron triunfos clave a Donald Trump. Ahora, en 2020, con una participación que podría ser récord, las campañas presidenciales de Estados Unidos usaron toda su artillería para ganarse a estos sectores.
Un segmento de la población que quedó en la boca de todos cuando la ex candidata demócrata Hillary Clinton perdió hace cuatro años, tras una masiva movilización durante las elecciones primarias a favor de su rival, el veterano senador Bernie Sanders, fueron los jóvenes de entre 18 y 29 años.
Dicho segmento tuvo solo dos picos de participación desde que la edad legal para votar se bajó de 21 a 18 años en 1972: en 1992, un 52% sufragó y ayudó a elegir por primera vez al demócrata Bill Clinton. Y en 2008, cuando un 51% se movilizó por Obama. En 2016, la participación de este sector cayó a un 46%, según datos del Centro de Información e Investigación sobre Aprendizaje y Participación Civil. Pero ahora, en muchos estados (algunos de ellos claves y definitorios), los jóvenes ya superaron sus números de votación anticipada de 2016.
"Hay 88 millones de millenials (nacidos entre 1981 y 1994) y Generación Z (entre 1994 y 2010), que son la generación más diversa, étnica y racialmente de la historia de Estados Unidos, también es la más educada y por eso enfrenta muchas dificultades económicas", explicó la profesora Elizabeth Matto, del Centro para la Participación Política de la Juventud en el Instituto de Política Eagleton (Universidad de Rutgers, Nueva Jersey).
Para la académica, esta generación de jóvenes tiene una tendencia a identificarse mayoritariamente como progresista, aunque no responde a los llamados de lealtad partidaria como sus padres y abuelos, como demostró la derrota de Hillary Clinton. Pese a que este año los jóvenes volvieron a apoyar masivamente a la campaña fallida de Sanders, Matto cree que la historia no se repetirá.
"Sospecho que no será el caso este año porque este electorado ya tiene más experiencia. Además, en los últimos seis meses, los jóvenes vieron de manera directa y dramática cómo las decisiones de las autoridades afectan su vida, tanto por la pandemia como con la crisis económica", sostuvo la profesora, quien destacó especialmente tres subgrupos.
"Las jóvenes negras suelen tener una participación muy alta, vimos un aumento en los últimos años entre las jóvenes latinas y, según los últimos estudios, vemos que podría haber un crecimiento importante a favor del candidato opositor, Joe Biden, de los jóvenes latinos", afirmó. El otro segmento que no respondió completamente a los llamados de lealtad partidaria en 2016 a favor de Clinton fue la minoría negra, históricamente uno de los sectores de la sociedad estadounidense con mayor participar electoral.
Para Biden, este voto es clave ya que, como destacó el doctor y profesor emérito de Ciencia Política de la Universidad Howard, en Washington, Lorenzo Morris, "ningún demócrata ganó el voto blanco desde Lyndon Johnson (1964) y Obama hubiera perdido sin el voto negro en 2012". Después de un crecimiento sostenido en la participación, el llamado voto negro cayó más de cinco porcentuales entre las elecciones legislativas de medio mandato de 2012 y la presidencial de 2016.
Pero, según un reciente estudio del Centro de Investigación Pew, uno de los más respetados del país, las posiciones sobre el tema racial se polarizó mucho más en estos cuatro años. "Hay encuestas que dicen que el 80% de los votantes creen que Trump tiene prejuicios raciales y, aunque Biden no emociona a todos, su vínculo con Obama le genera una imagen favorable", explicó Morris.
"Además, el movimiento Black Lives Matter (Las vidas negras importan) también está generando conciencia de participar a lo largo de las comunidades negras, hispanas y de otras minorías", agregó el profesor. Tras 2016, la mayoría de los analistas coincidieron en que el empujón final que necesitó Trump para ganar la Presidencia se lo dieron sectores de trabajadores blancos sin formación universitaria, especialmente en el antiguo y deprimido cordón industrial del noreste del país, en donde la recuperación económica del gobierno de Obama no le llegó a todos.
Al mismo tiempo que el número de estadounidenses blancos en capacidad de votar ha disminuido en las dos últimas décadas en todo el país, los potenciales votantes latinos han crecido en muchos estados, incluso en algunos de los actualmente considerados en disputa para las presidenciales: Nevada, Texas, Arizona y Florida.
Un reciente informe del Centro de Investigación Pew, uno de los más respetados del país, destacó que dos de cada diez ciudadanos que pueden registrarse y votar en Florida son latinos, una cifra que casi duplica la de 2000, año en el que ese estado sureño quedó en el centro de una de las peores disputas electorales de la historia estadounidense.
En Arizona, en tanto, los latinos ya representaban hace dos años, casi un cuarto (24%) de los adultos en condiciones de votar. En el año 2000, eran apenas un 16%. A nivel nacional, los potenciales votantes latinos pasaron de representar un 7% a nivel nacional a un 13% hace dos años, mientras que el segmento de blancos pasó del 76% al 67%, los negros apenas crecieron un punto porcentuales y alcanzaron un 13% y los asiáticos duplicaron desde un 2% hasta un 4%.
Aunque ningún segmento poblacional es considerado monolítico, el llamado voto latino tiene características especiales que lo hacen muy heterogéneo de estado a estado y según el país o nación de referencia que posee la persona.