El paradigma de las minas explosivas, un arma que no distingue civiles de militares
Las minas terrestres suelen ser clasificadas simplemente como antipersonales o antivehículos. Sin embargo, su presencia en el suelo abre un sinfín de factores a considerar en el campo de batalla en tiempo presente y futuro.
El paradigma de las minas explosivas, un arma que no distingue civiles de militares
Los ingenieros militares son los encargados de facilitar el avance de la tropa de sus Fuerzas, por ejemplo tendiendo puentes. También son quienes deben evitar, ralentizar o imposibilitar el avance de las tropas enemigas. En este último punto, cuentan con diversas capacidades y recursos, entre ellos las minas. El Litoral tomó nota en diversas visitas en primera línea y en la zona gris ucraniana, de jalones y carteles que indican la presencia de este tipo de artefacto letal. También es un tema recurrente en las conversaciones de los vecinos de aquellas zonas y de los militares que combaten para detener el avance ruso.
Sabiendo de su presencia, el proceso de control y posterior retiro está supeditado siempre a que la fracción que las colocó haya recibido, procesado, cumplido e informado correctamente las indicaciones del nivel superior. De esta manera, sería muy fácil saber dónde pisar con tranquilidad y dónde operar su retiro. Sin embargo, en época de crisis, ese escenario ideal se cae por la borda y por ello, una vez finalizados los conflictos bélicos, se da lugar a un extenso trabajo de remoción de minas.
Si bien las minas antipersonales están prohibidas, de esto tampoco hay certezas. “En la guerra vale todo” dice la reflexión popular, y lo que está ocurriendo entre Rusia y Ucrania da cuenta de su veracidad. Ahí el primer punto para maximizar la preocupación en el tema. Por otra parte, si bien se necesitan varios kilos fuerza para detonarlas, las minas antivehículos suponen un gran riesgo con el paso del tiempo, debido a la erosión, el impacto de combates cercanos y demás vectores que puedan alterar su funcionamiento. Estos simples ejemplos de un combo gigantesco, hacen que la presencia de minas tenga que ser lo más acotado posible luego de una guerra, ya que implican millones de hectáreas en desuso; ergo, un empuje negativo para una economía ya comprometida. Además del riesgo de muerte para los lugareños, claro.
El accionar ucraniano para retirar las minas. Crédito: Viacheslav Ratynskyi / Reuters
No es menor remarcar que la Organización de las Naciones Unidas enumera que la colocación de minas terrestres “corta caminos, lo que impide a los niños ir a la escuela y a los agricultores trabajar la tierra; obstaculiza el desarrollo económico y social; priva a la población de sus medios de subsistencia; dificulta la reconstrucción después de la guerra; bloquea el despliegue seguro del personal de mantenimiento de la paz y la prestación de la ayuda humanitaria.
A la hora de retirar las minas, la ONU incluso convoca a militares retirados – contratados como civiles – para que coordinen el trabajo de campo y el desarrollo en general de la actividad. En el caso de Argentina, fuentes autorizadas de la Dirección de Ingenieros e Infraestructura del Ejército destacan a El Litoral que la Escuela de Ingenieros tiene un centro de instrucción donde se actualiza todo lo concerniente a la temática. A nivel latinoamericano, Colombia con el centro Tolemaida es el más avanzado en este sentido.
Para entender algunos pormenores de este tipo de armamento, se transcribe a continuación algunas preguntas respondidas por el coronel de ingenieros del Ejército Argentino José Luis Bina.
- ¿Quién asegura que una zona esté libre de minas?
- Los estados que instalan son los responsables de su remoción y de la posterior certificación que ese terreno se encuentra libre de minas. Hasta que no caminan sobre el terreno trabajado, nadie confía. Para eso se trabaja con ONGs, equipamiento especial y hasta con perros y ratas entrenadas para buscar los detonadores. Es un trabajo que lleva mucha preparación, inversión y tiempo.
Los detectores de metales complementan la labor. Crédito: Viacheslav Ratynskyi / Reuters
- ¿Pero hay una organización aparte que controle un poco que este factor se cumpla?
- No existe durante el conflicto un ente responsable de la correcta y precisa ubicación. Luego del mismo, Naciones Unidas sí tiene los organismos para controlar la remoción de las minas. Por ejemplo el Servicio de las Naciones Unidas de Actividades relativas a las Minas, que coordina todo lo específico a la materia.
- Muchos hablan del tiempo que se tarda en quitarlas, por caso lo que pasó luego de la Guerra de Malvinas…
- Para tener una idea, librar de minas Afganistán, llevaría aproximadamente 200 años.
A la finalización de las hostilidades siempre hay que sumar, sin dudas, las bajas producidas post conflicto por la cantidad de minas diseminadas en la zona de guerra.
- ¿Es lo mismo minar donde se da el encuentro de bandos que donde todavía sólo hay predominancia civil?
- Existen campos minados ofensivos y campos minados defensivos. En los que se colocan delante del campo de combate no hay delimitación, solo registro. En los que se colocan las minas dentro del campo principal de combate sí se delimitan con pasos y calles, ya que ahí circula el grueso de la propia tropa.