Pero el de Ucrania no es el único conflicto armado actualmente en el mundo.
Se trata de guerras entre Estados, como en el caso de Ucrania, o guerras civiles en las que facciones definidas cuentan con apoyo de diferentes Estados, y que se encuentran activas al momento en el mundo. No se han tenido en cuenta conflictos internos ni las llamadas guerras contra las drogas o grupos criminales.
El ataque de Rusia a Ucrania
Tras meses de acumulación de fuerzas militares de Rusia en la frontera con Ucrania, el 24 de febrero comenzó la invasión rusa del territorio ucraniano y desde entonces ambos países libran una guerra.
Al momento, fuerzas rusas avanzan desde el norte, este y sur sobre las principales ciudades ucranianas, incluyendo la capital Kyiv y Járkiv.
Ucrania, ex-república soviética independizada en 1991, mantiene una tensa relación histórica con Rusia, y en los últimos años se ha estado acercando a Europa y Estados Unidos, llegando incluso a manifestar sus intenciones de ingresar en la OTAN.
Moscú ha citado a la expansión de la OTAN en Europa del Este como una de las principales causas de la escalada, así como también su apoyo a los separatistas prorrusos que pelean en Donbás una guerra civil con el Gobierno ucraniano desde 2014.
La guerra civil en Siria comenzó en 2011, luego de que el Gobierno del presidente Bashar al Assad (hijo del anterior presidente Hafez al Assad, que gobernó el país 30 años) reprimiera violentamente una serie de manifestaciones en el país, y numerosos grupos opositores tomaron las armas.
Con el tiempo se configurarían cuatro grandes facciones: el régimen sirio —apoyado por Rusia—, las fuerzas kurdas, los grupos opositores (como Jaish al Fateh, una alianza entre el Frente Nusra y Ahrar-al-Sham) y el grupo Estado Islámico en Iraq y Siria (ISIS, por sus siglas en inglés).
Hasta el momento, la guerra civil ha provocado al menos 350.000 muertes, según estimaciones de la ONU, además de 6,6 millones de desplazados, de los cuales 5,6 millones están como refugiados en países cercanos.
Los rebeldes hutíes se levantaron en 2015 y expulsaron al Gobierno de Yemen de la capital, Saná, dando inicio a una guerra civil que aún persiste.
Al momento los hutíes, apoyados por Irán, controlan una parte del territorio y se enfrentan al Gobierno yemení, apoyado por una coalición liderada por Arabia Saudita.
De acuerdo con estimaciones de la ONU, a 2020, cerca de 233.000 personas han muerto en Yemen desde el inicio de la guerra civil, 131.000 de las cuales perdieron la vida por causas indirectas.
Etiopía entró en una espiral de tensiones entre el Gobierno central y la región de Tigray —con la que existe un conflicto histórico— en 2018, tras la llegada al poder del primer ministro Abiy Ahmed.
En noviembre de 2020 el primer ministro ordenó una operación militar contra el Frente de Liberación Popular de Tigray (TPLF).
Eritrea se sumó luego a las operaciones contra el TPLF, dando inicio a un conflicto regional que aún persiste y en el cual se han hecho numerosas acusaciones de atrocidades contra la población de Tigray.