Este sábado comienza la 18° cumbre del Grupo de los 20 (G2O) en Nueva Dehli, India, país en el que su primer ministro Narendra Modi preside el foro internacional de forma rotativa.
En medio del posible ingreso argentino al BRICS, cambios de nombre en el país de la sede y tensiones entre potencias, se reúnen los principales mandatarios del mundo.
Este sábado comienza la 18° cumbre del Grupo de los 20 (G2O) en Nueva Dehli, India, país en el que su primer ministro Narendra Modi preside el foro internacional de forma rotativa.
El encuentro que se extenderá hasta el domingo se da en medio de crecientes tensiones entre las principales potencias, ausencia de mandatarios, un cambio de nombre en el anfitrión y el posible ingreso de Argentina (junto a otros países) al BRICS, organismo que posee sus propias grietas.
Con pocos logros directos en las últimas cumbres, el encuentro rige más como un evento protocolar y con foros de manifestaciones más que de acuerdos. La invasión de Rusia a Ucrania, la carrera de financiamiento y posicionamiento Estados Unidos-China y las rispideces particulares han truncado los posibles acuerdos.
Otros de los frenos directos que tendrá esta edición son el lógico ausente de Vladimir Putin; reemplazado por el ministro de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov; y el faltazo de Xi Jinping por el escalado conflicto con India (discusiones de antaño por fronteras y actual acercamiento indio a EE.UU.), que será suplantado por el primer ministro, Li Qiang.
A pesar de que en primera instancia no se esperan importantes concertaciones ni pactos, desde la Casa Blanca le dieron la “bienvenida” a la Unión Africana como miembro permanente del grupo, un compromiso estadounidense desde el año pasado y una jugada interesante teniendo en cuenta las crecientes revueltas en los países del Sahel en dicho continente.
En lo que respecta al protocolo de los temas a tratar, la agilización de los objetivos impuestos en 2015 sobre la llamada Agenda 2030 tomará mayor protagonismo. También figuran la transformación tecnológica y el desarrollo de la infraestructura pública digital y las medidas necesarias para que el desarrollo sea liderado por las mujeres.
El G20 posee en este 2023 a 19 países como miembros permanentes y a la Unión Europea (UE) en representación de otros 17 países. Actualmente hay nueve invitados de todos los continentes y se espera la inclusión de la Unión Africana en términos similares a los de la UE.
Aún sin la oficialización completa de la adhesión de las nuevas naciones al BRICS, se empieza a conformar un nuevo mapa mundial. A pesar de que la organización de naciones emergentes pretende no polarizar con el G7, la comparación resulta inevitable.
Alberto Fernández regresa a la actividad protocolar a nivel internacional tras la ausencia en la cumbre del BRICS, a la cual tampoco se hizo presente el canciller Santiago Cafiero, a pesar de que se debatía el ingreso de Argentina.
Por aquel entonces, Casa Rosada comunicó que el viaje no se justificaba ante la ausencia de la temática en la grilla protocolar entre Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
La última vez que el presidente argentino participó de un acto fuera del país fue en la asunción del presidente de Paraguay, Santiago Peña, el pasado 15 de agosto.
No se espera que el rol de Fernández durante este fin de semana sea protagónico en ningún aspecto, potenciado por la condición de la cumbre y la agonía de su gestión.
Sí dará lugar al primer contacto directo con mandatarios como el presidente brasileño, Lula da Silva, tras la invitación formal a la Argentina de adherirse al BRICS. La fotografía con el par sudamericano podría repetirse con los de Arabia Saudita, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Etiopía, los otros invitados.
Podría darse también, principalmente por el interés mediático de Estados Unidos, un nuevo diálogo (al menos frente a las cámaras) de Joe Biden con Fernández, luego de la cumbre en marzo de este año.
El interés hacia Argentina en los últimos meses se encuentra en la ola creciente, indirectamente proporcional a su condición interna.
La incertidumbre sobre su futuro estatal y la postura a nivel internacional que puede tomar la siguiente gestión ponen en stand-by los posibles diálogos que se darían este sábado y domingo. Los mensajes que involucren a Argentina podrían darse hacia el exterior y de manera pública más que en el seno de la comitiva que se encuentra en Nueva Delhi, teniendo en cuenta que es uno de los “elementos” de atracción en el ajedrez actual.
Con cierta inocuidad por parte del mandatario argentino, que igualmente defenderá el ingreso al BRICS, se desarrollará una cumbre con cierta tensión en la que el país se ve involucrado.
Jugando con los acuerdos vigentes y la necesidad de cercanía con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), mientras se acerca al Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), Argentina queda en medio de una serie de disputas que mantienen viva la “silenciosa” carrera entre estadounidenses y chinos.
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