Miércoles 31.7.2019
/Última actualización 20:35
El primer ministro británico, Boris Johnson, culminó este miércoles su gira debut por el país con una visita a Irlanda del Norte, convertida en el principal escollo para el Brexit y en el mejor ejemplo de las crecientes tensiones en las cuatro naciones del Reino Unido por la traumática salida de la Unión Europea (UE).
Luego de recorrer Inglaterra y de enfrentar protestas y oposición política en Escocia y Gales, el premier conservador, que asumió la semana pasada, se reunió en Belfast con los líderes de los cinco partidos políticos norirlandeses para discutir el Brexit y su otro gran desafío en la región: cómo avanzar en la restauración del gobierno local.
Los 1,8 millón de habitantes de Irlanda del Norte están siendo gobernados desde Londres desde hace dos años y medio, luego de que los partidos católicos y protestantes que comparten la administración local se pelearan por un proyecto de ley y el gobierno británico suspendiera la autonomía.
La disputa pronto se amplió a las cuestiones culturales y políticas que separan al sector pro británico, mayormente protestante, del sector pro-irlandés, de predominio católico.
"Haré todo lo posible para ayudar a ponerlo de nuevo en funcionamiento", señaló Johnson sobre el gobierno de la región. Sin embargo, no se espera una pronta solución.
Los críticos dicen que Johnson no puede jugar un rol constructivo porque su gobierno en minoría depende del apoyo, en el Parlamento de Londres, del Partido Unionista Democrático (DUP), la agrupación pro-británica más grande de Irlanda del Norte, que es pro-Brexit.
Mary Lou McDonald, líder del partido nacionalista irlandés Sinn Féin, acusó a Johnson de ser el "cadete" del DUP.
"Nos dice que va a actuar con imparcialidad absoluta. Le hemos dicho que nadie cree eso", agregó, citada por BBC.
El triunfo del Brexit en el referendo de 2016 tensó los vínculos entre las cuatro naciones del reino. En Inglaterra y en Gales, la mayoría votó por irse, pero en Escocia e Irlanda del Norte ganó el "No".
El gobierno nacionalista escocés quiere celebrar un referendo de independencia, y los nacionalistas de Irlanda del Norte dicen que debería haber un referendo sobre unificación con la república de Irlanda en caso de un Brexit sin acuerdo.
Sin embargo, Johnson aseguró que sacará al Reino Unido de la UE en la fecha prevista del 31 de octubre incluso sin un acuerdo con el bloque, y su vocero dijo que hoy reiteró eso a los líderes norirlandeses, para desagrado del Sinn Féin.
"Le dejamos en claro que el intenso planeamiento que nos dice que está llevando a cabo con respecto a un Brexit abrupto debe incluir la pregunta constitucional" de una unificación entre Irlanda del Norte e Irlanda, dijo Lou McDonald a BBC.
Economistas dicen que un Brexit sin acuerdo dañará la economía del Reino Unido y desestabilizará políticamente a Irlanda del Norte, la única región del país con una frontera terrestre con la UE.
Un acuerdo de divorcio alcanzado entre Londres y Bruselas naufragó por el complejo asunto de la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda, que es parte de la UE.
En el límite no hay controles, lo cual es crucial para la economía de la isla y apuntala un proceso de paz que puso fin a décadas de violencia sectaria en Irlanda del Norte.
El Reino Unido y la UE prometieron que no habrá controles fronterizos tras el Brexit, pero disienten en cómo lograrlo.
La disputa hundió a la libra en su menor valor en más de dos años. La moneda cerró hoy en 1,22 dólares, con una ligera alza con respecto a ayer pero aún en su menor nivel desde marzo de 2017.