Dos manifestantes fueron heridos en Myanmar durante la represión de una marcha contra el golpe de Estado
Ocurrió en Mandalay, en el centro del país. La policía le disparó a un grupo de personas que protestaba contra la junta militar que derrocó a las autoridades democráticas a principio de febrero. No pudo precisarse si las fuerzas represoras usaron munición real o balas de goma.
Dos manifestantes fueron heridos en Myanmar durante la represión de una marcha contra el golpe de Estado
Sábado 20.2.2021
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Última actualización 18:22
Dos personas resultaron heridas este sábado en la ciudad de Mandalay, en el centro de Myanmar (antigua Birmania), cuando la policía disparó contra un grupo de manifestantes que protestaban contra la junta militar que a principios de mes dio un golpe de Estado. Así lo informó la agencia noticiosa AFP, que citó como fuente a uno de sus fotógrafos, quien, sin embargo, no pudo precisar si las fuerzas de seguridad disparaban munición real o balas de goma durante la protesta, que tuvo lugar en un puerto de la ciudad.
El viernes, una joven manifestante falleció días después de haber sido herida en otra manifestación contra el golpe de Estado del 1º de febrero en este país, lo que la convirtió en la primera víctima mortal de la represión de las protestas. La junta militar del país del sudeste asiático multiplicó las detenciones y volvió a cortar anoche Internet, ignorando las condenas internacionales por la muerte de la joven, convertida en icono de los manifestantes prodemocracia.
Casi tres semanas después del golpe que puso fin al gobierno civil de la líder Aung San Suu Kyi y a diez años de frágil democracia, las condenas internacionales y el anuncio de nuevas sanciones no han logrado doblegar a los generales. Hubo apagón de Internet por sexta noche consecutiva, antes de ser restaurado en la mañana de hoy. La enciclopedia en línea Wikipedia fue bloqueada en todos los idiomas.
Los arrestos continúan con cerca de quinientos cincuenta detenidos en menos de tres semanas, incluyendo responsables políticos, funcionarios huelguistas, monjes y activista, según una ONG de asistencia a los presos políticos. Solo una cuarentena ha sido liberada.
El Departamento de Estado estadounidense condenó "la violencia contra el pueblo de Birmania", tras la muerte de la joven Mya Thwate Khaing, de 20 años, quien fue herida en la cabeza el 9 de febrero pasado, durante una manifestación en Naipyidó, la capital administrativa. Falleció tras pasar diez días en cuidados intensivos. Según los médicos, lo que mató a Mya fue una herida de bala, pero las autoridades aseguran ese día que solo utilizaron proyectiles de goma.
Joven asesinada, nueva heroína
Ante la negación oficial, la hermana de la joven, Poh Poh, pidió que la gente prosiga el combate. "Por favor, súmense al movimiento de protesta para que se logre (la restitución de las autoridades democráticas)", dijo Poh Poh a los periodistas. Por otra parte, para este domingo estaba previsto un servicio funerario en honor a Thwate Khaing, que se ha convertido en todo un símbolo para los manifestantes prodemocracia, por lo que los mensajes de apoyo al reclamo de su hermana se sucedían en las redes sociales: "Es nuestra heroína", "recen por nuestra mártir".
Las protestas congregaron en las dos últimas semanas a centenares de miles de birmanos en todo el país. Son pacíficas, pero las fuerzas del orden no han dudado en utilizar cañones de agua, gases lacrimógenos y balas de goma para disolverlas. Por eso mismo, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea se reunirán este lunes para analizar eventuales medidas contra el ejército birmano.
Hasta ahora, Estados Unidos, Reino Unido (la antigua potencia colonial) y Canadá han anunciado sanciones contra algunos generales. Mientras tanto, China y Rusia, aliados tradicionales del Ejército birmano en Naciones Unidas, consideran la crisis como un "asunto interno" del país.
El miedo a las represalias está muy vivo en Birmania donde los últimos dos levantamientos populares de 1988 y 2007 fueron reprimidos a sangre y fuego por el ejército. Pese a ello, se mantienen los llamados a la desobediencia civil, y médicos, profesores, controladores aéreos y trabajadores ferroviarios siguen en huelga, aunque son los principales objetivos de las detenciones.
Suu Kyi, de 75 años, a la que no se ha vuelto a ver desde su detención, está acusada de haber importado ilegalmente walkies-talkie y de violar una ley sobre la gestión de catástrofes naturales. Los militares justificaron el golpe de Estado por supuestos fraudes masivos durante las elecciones de noviembre de 2020, que ganó por aplastante mayoría el partido de Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz en 1991.