El gobierno panameño es otro de los que ha tenido en las últimas horas significativos cruces de declaraciones con el futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El canciller panameño Javier Martínez Acha expresó que "el canal de Panamá es parte de la lucha" del país por su soberanía plena y "una conquista irreversible", haciéndose eco de lo dicho por Trump, quien manifestó que "no descarta recurrir al uso de la fuerza militar" para recuperar el control de la vía interoceánica.
El gobierno panameño es otro de los que ha tenido en las últimas horas significativos cruces de declaraciones con el futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
En tal sentido, el canciller panameño Javier Martínez Acha expresó que "el canal de Panamá es parte de la lucha" del país por su soberanía plena y "una conquista irreversible", haciéndose eco de lo dicho por Trump, quien manifestó que "no descarta recurrir al uso de la fuerza militar" para recuperar el control de la vía interoceánica.
"Reitero lo que ya ha dicho el presidente José Raúl Mulino: la soberanía de nuestro canal no es negociable y es parte de nuestra historia de lucha y una conquista irreversible", expresó Martínez-Acha durante una declaración a la prensa.
A su vez, añadió que "cuando el presidente electo (Trump) asuma el cargo", el próximo 20 de enero, "la relación de los Estados Unidos y Panamá se manejará por los canales formales, habituales y correspondientes".
En rueda prensa este martes, a Trump se le preguntó si descartaba el uso de "coerción militar o económica" para lograr su objetivo de recuperar el control del Canal de Panamá y de la isla de Groenlandia (en este caso en desmedro de Dinamarca), a lo que respondió "no, no puedo asegurarles que descartaré ninguna de esas dos opciones".
Panamá conmemoró el 20 de diciembre el 35 aniversario de la invasión estadounidense al país para capturar al dictador Manuel Antonio Noriega bajo cargos de narcotráfico, lo que dejó entre 500 y 4.000 muertos. El país centroamericano abolió su Ejército tras esa incursión extranjera.
El presidente electo de Estados Unidos también ha reavivado el interés por Groenlandia con declaraciones que sugieren la posibilidad de anexar la isla ártica mediante medidas militares o económicas.
La intención, que ya había manifestado durante su primer mandato, ha generado inquietud entre los aliados europeos, especialmente en Dinamarca, país al que pertenece Groenlandia.
Pese a que la isla goza de autogobierno y aspira a la independencia, el ministro danés de Asuntos Exteriores, Lars Lokke Rasmussen, descartó la idea de que Groenlandia se convierta en un estado estadounidense, subrayando que cualquier decisión sobre su futuro recae únicamente en los groenlandeses.
La respuesta europea ha sido contundente. Francia y Alemania han reafirmado su compromiso con la inviolabilidad de las fronteras, mientras que Dinamarca minimizó la posibilidad de una crisis política o militar, aunque mostró disposición para dialogar con Estados Unidos sobre cooperación en el Ártico.
Sin embargo, la amenaza de Trump ha tensado las relaciones y reavivado el debate sobre la soberanía de Groenlandia.
Paralelamente, el rey de Dinamarca, en su rol conciliador, se reunió con el primer ministro groenlandés para abordar el creciente impulso independentista en un contexto donde la isla sigue afirmando que "no está a la venta".
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