Protestas propalestinas en Estados Unidos: ¿ecos de Vietnam?
Las universidades estadounidenses se han convertido en las últimas semanas en epicentro de una ola de manifestaciones contra la violencia en la Franja de Gaza. Tal es su impacto, que están siendo comparadas con aquellas que surgieron contra la intervención norteamericana en el sudeste asiático en los 60 y 70. Podrían ser indicativas de un cambio de paradigma social, aunque paralelamente generan sus propias resistencias internas.
Protestas propalestinas en Estados Unidos: ¿ecos de Vietnam?
Las protestas en los campus universitarios de Estados Unidos contra la violencia en la Franja de Gaza han ido en aumento con el correr de los días. Las manifestaciones han llevado a la formación de campamentos en los campus y a numerosos arrestos: los enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los manifestantes están perturbando las universidades de todo Estados Unidos.
Casi 300 manifestantes fueron arrestados en la Universidad de Columbia y en el City College de Nueva York. En Columbia, los agentes desalojaron a los manifestantes de los campamentos y de un edificio ocupado. La universidad pidió a la Policía de Nueva York que permanezca en el campus hasta el 17 de mayo.
Unos "contramanifestantes" atacaron un campamento propalestino establecido en el campus de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) cuando estallaron enfrentamientos. Estos atacantes serían "hombres blancos, adultos, con problemas de calvicie", tal como los describió el youtuber mexicano Diego Ruzzarin, por lo que no pertenecerían al ambiente universitario, sino que serían "grupos de choque" de fuera del campus.
Primeras Reacciones
Las protestas en el campus hacen que algunos adolescentes y padres reconsideren sus decisiones de inscripción a la universidad, según se quejan en las casas de estudios. Una de sus mayores preocupaciones son las próximas ceremonias de graduación. Las autoridades universitarias han respondido a las protestas contra la violencia en Gaza de diversas maneras. En algunos casos, las administraciones universitarias han adoptado medidas obstructivas y represivas frente a las protestas. Por ejemplo, en la citada Columbia, los agentes desalojaron a los manifestantes de los campamentos y de un edificio ocupado.
La Universidad de Sur de California canceló el tradicional discurso de graduación de su estudiante más destacada (valedictorian), la musulmana Asna Tabassum, que ha abogado a favor de los palestinos.
La Universidad de Sur de California (USC) generó críticas y protestas cuando canceló el tradicional discurso de graduación de su estudiante más destacada (valedictorian), la musulmana Asna Tabassum, que ha abogado a favor de los palestinos. La medida se produjo después de quejas de que su presencia en las redes sociales era antisemita. "La universidad me ha traicionado y ha cedido ante una campaña de odio", dijo Tabassum al LA Times. Como valedictorian de 2024, un honor otorgado a un estudiante graduado basado en sus altos puntajes académicos y su participación en la vida del campus, Tabassum fue invitada a dirigirse a aproximadamente 65 mil asistentes en una ceremonia de graduación el 10 de mayo.
El rector de la USC, Andrew Guzmán, dijo que la decisión "no tenía nada que ver con la libertad de expresión", sino que citó preocupaciones de seguridad relacionadas con "el actual conflicto en Medio Oriente" en una carta en la que rescindía la invitación. La Universidad de Michigan, por su parte, anunció en su página web que designará una zona especial para los activistas fuera de los lugares en los que se realizarán las ceremonias de graduación, añadiendo que no intentará impedir las protestas pacíficas, pero que tomará medidas si se producen actuaciones ilegales.
La periodista española Carmen Parejo Rendón, en su artículo "Protestas propalestinas en Estados Unidos: ¿Un nuevo Vietnam, un nuevo macartismo?", cuenta lo siguiente: "El pasado 26 de abril en el Curbed del New York Magazine, la periodista Adriane Quinlan denunciaba que al menos 53 estudiantes de los que habían sido detenidos tras su puesta en libertad, tuvieron conocimiento que la universidad había decidido suspenderlos y desalojarlos inmediatamente de las viviendas habilitadas en el campus en la Universidad de Columbia. 'Debido a que la vivienda es uno de los recursos más limitados y codiciados en la ciudad de Nueva York, es un motivador increíblemente poderoso para someter a los estudiantes a su voluntad', cita el artículo sobre las declaraciones de uno de estos estudiantes. Por otra parte, la imposibilidad de acceso al campus también impide llegar a citas médicas para recoger recetas, algo que está provocando que estudiantes que requieren de medicación no puedan acceder a la misma" .
Mientras tanto, el presidente Joe Biden rompió su silencio y condenó la "violencia" en las protestas propalestinas. Al mismo tiempo, los estudiantes estadounidenses ven que las protestas se han extendido a las universidades de Francia, Reino Unido y España, donde las tomas universitarias reclaman a las autoridades académicas que apoyen las movilizaciones de sus alumnos.
Reflejos del pasado
Estas manifestaciones, que han llevado a la formación de campamentos en los campus y a numerosos arrestos, están siendo comparadas con las protestas contra la guerra de Vietnam en los años 60 y 70. Este fenómeno podría indicar un cambio de paradigma en la sociedad estadounidense. Al igual que en aquel entonces, los estudiantes están utilizando su voz y su presencia para expresar su descontento con un conflicto bélico percibido como lejano, pero en el que (en diferentes grados) está implicado Estados Unidos, su "Estado Profundo" y el complejo militar industrial.
Estas protestas podrían ser indicativas de un cambio de paradigma en la sociedad estadounidense. Un cambio de paradigma, según el filósofo estadounidense Thomas Kuhn, implica la aceptación de una nueva teoría para explicar el mundo que nos rodea. En este caso, podría estar relacionado con la forma en que la sociedad estadounidense percibe y responde a los conflictos internacionales. Al igual que durante la guerra de Vietnam, las protestas actuales podrían estar señalando un cambio en la actitud de la sociedad hacia la guerra y la violencia; también un cambio en la forma en que la sociedad percibe y responde a los conflictos internacionales en los que su país está inserto (que son casi todos: la superpotencia anglosajona hace "colada como en la loba" en todos los continentes, dirían nuestros ancestros).
De hecho, varios de los reclamos están relacionados con los convenios de las casas de estudios con (en este caso puntual) Israel y sus empresas, tanto en lo que corresponde a financiación (los capitales privados que aportan a los programas de estudios) como en lo tocante a los acuerdos de investigación y desarrollo). También se mete la campaña electoral en el medio: los universitarios, incluyendo jóvenes musulmanes y judíos que no comulgan con el sionismo religioso tardío, se cuentan en un potencial electorado demócrata, que a Biden podría escurrírsele entre los dedos.
Cuenta Parejo Rendón: "El pasado 9 de noviembre, bajo los lemas 'Dejen vivir a Gaza' y 'No en nuestro nombre', se produjo una de las imágenes más icónicas de las protestas en Estados Unidos contra el genocidio en Gaza, con la concentración en la base de la Estatua de la Libertad de la organización Jewish Voice for Peace. ¿Sería una forma de antisemitismo silenciar las voces de estos judíos estadounidenses, solo por el hecho de ser, en efecto, judíos?".
Pero también comenta: "En el amplio movimiento contra el genocidio en Gaza podemos ver el recuerdo de lo que fueron las protestas en Estados Unidos contra la Guerra de Vietnam; desgraciadamente, también vemos estos días el referente histórico de la persecución política en el país norteamericano que, intercambiando en su relato propagandístico 'comunista' por 'antisemita', vuelve a socavar derechos fundamentales de la población estadounidense".
Se refiere así a la persecución contra directivos universitarios bajo la consigna de no hacer lo suficiente para "combatir el antisemitismo" (incluyendo la dimisión de la presidenta de la Universidad de Pensilvania, Elizabeth Magill, en diciembre de 2023, o de su homóloga en Harvard, Claudine Gay, en enero de este año); a las presiones sobre los firmantes de cartas de solidaridad con Gaza, incluyendo penalidades laborales futuras; las críticas a actrices como Melissa Barrera y Susan Sarandon; o la detención de la candidata presidencial del Partido Verde, Jill Stein.
Estas manifestaciones podrían ser un indicativo de un cambio de época en marcha. Solo el tiempo dirá si este se consolida, y cuál será su impacto en el futuro de la sociedad estadounidense. Quizás allí se juegue parte del devenir histórico en el corto y mediano plazo.