2020, Año I de la Pandemia entre otras cosas, ha sido el de más suicidios en la historia de España desde 1906, el primero del que se tienen datos: 3.941 personas enviadas a la muerte por su pesadumbre, su hastío y su desesperanza.
Aunque aún faltan cifras, los expertos creen que el aumento de suicidios en 2020 es extensible a otros países, un efecto de lo mundial de la pandemia y sus crisis.
2020, Año I de la Pandemia entre otras cosas, ha sido el de más suicidios en la historia de España desde 1906, el primero del que se tienen datos: 3.941 personas enviadas a la muerte por su pesadumbre, su hastío y su desesperanza.
Hablamos de la primera causa de muerte no natural en España. Y en jóvenes de entre 15 y 29 años, la primera después de los tumores por 30 personas de diferencia. El suicidio consumado casi triplica (2,7) por primera vez los muertos por accidente de tráfico. Y produce 13,6 veces más muertos que los homicidios y 90 que la violencia de género en su resultado de muerte.
Aunque en términos relativos, 2014 arrojó 8,31 suicidios por cada 100.000 habitantes sobre una población de 46,5 millones de personas, los 8,27 de 2020 por cada 100.000 habitantes sobre 47,3 millones hacen que nunca haya habido tantas automuertes en España. Los 3.941 suicidios de 2020 suponen un ascenso del 7,4% con respecto a 2019. Y eso significan 270 muertes más en un solo año.
¿Por qué? ¿Ha sido la pandemia?
"La crisis Covid es un factor de riesgo contextual que se suma a la multicausalidad del suicidio. La Covid no genera el suicidio, es un factor más. Y, dicho esto, la pandemia ha afectado a los factores de riesgo que ya conocíamos y ha amenazado a los factores de protección, como la cohesión social. Necesitaremos más años para comprobar empíricamente que la Covid influye. La hipótesis es que sí. Pero no es inevitable. Estamos a tiempo. Hay que aprobar planes estatales y políticas de prevención ya".
Es el psicólogo clínico Miguel Guerrero, responsable de la Unidad de Prevención e Intervención Intensiva en Conducta Suicida y coordinador de la Unidad de Salud Mental Comunitaria de Marbella, que incrusta estas comillas para resumir la incidencia de la pandemia: "La Covid es una tormenta que hemos atravesado todos, pero unos en yate y otros en una barca de remos. La pandemia no ha sido democrática, ha afectado más a los más vulnerables".
Tirando de terapias propias y de investigaciones colectivas, Guerrero ve lo que ha pasado en 2020. Y es mucho: "Se han incrementado los factores de riesgo de suicidio. Han aumentado los trastornos mentales, la depresión, la ansiedad, el insomnio... Y han empeorado los trastornos mentales graves debido a las barreras asistenciales, la caída de la presencialidad, la no buena telemedicina... El sistema sanitario ha puesto muchas barreras. Se han desviado los recursos destinados al Covid en detrimento de la Atención Primaria y la Salud Mental. La situación económica, el desempleo y la pérdida de ingresos generan incertidumbres y muchos problemas. Históricamente, sabemos que un aumento del 1% del paro genera un aumento del 0,8% en las tasas de suicidio. Yo puedo facilitar una terapia, pero no una casa y hay gente que viene a la consulta en coche porque vive en el coche. También ha crecido el consumo de drogas y alcohol, un factor importante sobre todo en gente joven. Y, por último, las experiencias traumáticas han tenido un coste: duelos, enfermedad en sí, violencia doméstica y de género... Todo esto unido a la soledad ha hecho que la gente quede atrapada en los problemas. Y piense más en quitarse la vida".
Los datos recabados por el INE casi a final de 2021 hablan de un 2020 con récords tristes. Por primera vez hay más de 1.000 muertes de mujeres y se dobla el suicidio en niños
Aunque, como en todos los países, los hombres (2.930) se siguen suicidando tres veces más que las mujeres (1.011) y ellas lo intentan tres veces más que ellos (Observatorio del Suicidio en España), es la primera vez que se superan las 1.000 muertes en mujeres. El suicidio en mujeres de 50 a 59 años (254) ha subido un 27%. Sólo en 12 meses, el suicidio en mayores de 80 años (548) ha subido un 20%. Y esta muerte propia ha crecido el doble en menores de 15 años, la primera vez que se suicidan 14 chicas y chicos: 7 en 2019 y 14 en 2020.
"La Covid ha generado incertidumbre, dramas psicológicos y físicos, pérdidas de familiares, inestabilidad socioeconómica, desestructuración, desinformación, dificultad para la regulación emocional en personas que tenían problemas previos o sobrevenidos y falta de atención a quienes estaban en tratamiento. Y todo eso, sin canalización social. Esperábamos máximos históricos por las características de 2020 y lo que va de 2021".
El psicólogo clínico Luis Fernando López es codirector del Proyecto ISNISS de investigación de conductas autodestructivas, autolesión y suicidio del Programa de Doctorado de Psicología de la Salud de la UNED, coordinador del Programa Hablemos de... suicidio del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid, miembro y socio fundador de la Sociedad Española de Suicidología y autor de publicaciones como Duelo, autolesión y conducta suicida.
"Hay datos muy graves. El de los ancianos se vincula a la soledad y la desesperanza, factores habituales pero agravados con la pandemia. Y el de los menores de 15 años nos indica que no es verdad que los chavales hayan llevado bien la pandemia. Se dice pero es mentira. Vemos muchas autolesiones, trastornos emocionales, trastornos de conducta alimentaria, adicciones e ideación suicida, un pensamiento sobre la muerte más habitual del que había antes. Yo lo veo en consulta".
Aunque aún faltan cifras, los expertos creen que el aumento de suicidios en 2020 es extensible a otros países, un efecto de lo mundial de la pandemia y sus crisis.
Pero si hablamos del nuestro, la radiografía que hace la Fundación Española para la Prevención del Suicidio revela que en abril de 2020 (confinamiento duro) hubo un 18% menos de suicidios que en abril de 2019 y en agosto (desescalada), un 34% más que en el agosto del año anterior. "Se esperaba para 2020 una disminución significativa en coherencia con la generalizada de accidentes de tráfico y homicidios provocada por el confinamiento (ya que éste dificulta el suicidio tanto en la vía pública, porque estaba prohibido deambular por ella, como en los domicilios, al estar en compañía). No obstante, parece que después del confinamiento se ha producido un efecto rebote".
La cartografía del suicidio muestra a Asturias a la cabeza, pero en aumento proporcional coloca a otra comunidad en la cúspide de esta muerte: en el País Vasco los suicidios han aumentado un 30% en un año.
El Observatorio del Suicidio en España cita a la OMS y otros estudios epidemiológicos para calcular unos 20 intentos por suicidio consumado y entre un 5% y 10% de personas con ideación suicida en algún momento de su vida. "Eso significa que en un año podrían producirse en torno a 80.000 intentos de suicidio en España y que entre dos y cuatro millones de personas posean ideación suicida a largo de su vida. España no posee ningún plan o estrategia estatal para la prevención del suicidio".
Con información de El Mundo