Viernes 20.8.2021
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El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov, aplaudió la intención del movimiento talibán, que tomó el poder el domingo último en Afganistán, de mantener conversaciones con las otras fuerzas políticas del país. "Saludamos las declaraciones de los talibanes de que quieren dialogar con las otras fuerzas políticas de Afganistán", dijo el canciller ruso, en rueda de prensa realizada tras una reunión con la canciller del gobierno de Unidad Nacional de Libia, Najla al Mangoush.
Lavrov precisó que se había anunciado ya un encuentro en el que participarían Abdullah Abdullah (jefe del Consejo para la Reconciliación Nacional), el ex presidente Hamid Karzai y Gulbuddin Hekmatyar, líder del partido islámico Hezb-e-Islami.
Moscú promoverá el diálogo entre las distintas fracciones y buscará que se traduzca en hechos concretos, aseguró el jefe de la diplomacia rusa. Lavrov ofreció también reactivar la mesa de diálogo de Moscú que involucraba a representantes de los cinco países centroasiáticos, China, Estados Unidos, India, Irán, Pakistán, Rusia y los bandos beligerantes afganos.
"De momento no hemos hecho una propuesta oficial, pero la eficacia de este formato que acompañaba las negociaciones afganas era reconocida por todos y estamos dispuestos a relanzarlo si se considera necesario", consignó Lavrov. El ministro ruso lamentó que el presidente afgano Ashraf Ghani no se esforzara para cumplir los acuerdos alcanzados con los talibanes.
Culpan al ex presidente Ghani
"Pasó lo que pasó. Cuando los políticos no pueden trabajar con eficiencia, aumenta la tentación de resolver el problema por la fuerza", enfatizó el ministro. A su vez, la portavoz del Ministerio de Exteriores de Rusia, María Zajárova, culpó a Ghani por haber desaprovechado durante estos años la posibilidad de realizar un proceso de paz interno, con la participación de todos los grupos políticos y étnicos de Afganistán.
"El presidente Ghani, que huyó de su país y se apareció poco después en los Emiratos Árabes Unidos, indudablemente lleva la responsabilidad por lo que está ocurriendo", dijo Zajárova en rueda de prensa. El 15 de agosto, el movimiento talibán, que está proscrito en Rusia, tomó la capital afgana precipitando la caída del gobierno de Ghani, que era apoyado por Estados Unidos y otros países de la OTAN.
Los insurgentes, que ahora quieren el traspaso completo del poder para ellos, ya anunciaron estar dispuestos a un diálogo nacional, para "formar un gobierno transparente, inclusivo e islámico". Obviamente, a juzgar por la experiencia vivida entre 1996 y 2001, gran parte de las potencias de occidente duda de sus reales intenciones.
La caída de Ghani se produjo a dos semanas de la retirada completa de las tropas estadounidenses del país centroasiático tras casi dos décadas de intervención. Las fuerzas de Estados Unidos y sus aliados de la OTAN invadieron Afganistán en 2001, tras los atentados contra el World Trade Center y el Pentágono, y con el argumento de la lucha contra el terrorismo.