Donald Trump y Angela Merkel pidieron a las autoridades estatales de sus países mayor cautela al momento de ordenar el alivio de las medidas de cuarentena para evitar la propagación del coronavirus.
Donald Trump y Angela Merkel pidieron a las autoridades estatales de sus países mayor cautela al momento de ordenar el alivio de las medidas de cuarentena para evitar la propagación del coronavirus.
En su rueda de prensa diaria, Trump lamentó la decisión de Brian Kemp, gobernador de Georgia, quien anunció que a partir del viernes permitirá la reapertura de gimnasios, centros de bowling, salones de tatuajes, barberías, salones de manicura y otras pequeñas empresas.
“Le dije al gobernador de Georgia, Brian Kemp que estoy muy en desacuerdo con su decisión de abrir ciertas instalaciones que están en violación con las directrices de la Fase Uno”, para reasumir las actividades emitida la semana pasada. “Lo respeto y le dejaré tomar su decisión. ¿Yo haría eso? No. Las mantendría (cerradas) un poco más. Quiero proteger la vida de la gente”, dijo Trump.
La crítica es inusual para el mandatario, teniendo en cuenta que se trata de un gobernador de su mismo partido. Trump no realizó comentarios sobre Ron DeSantis, jefe estatal de Florida y también republicano, quien anunció una flexibilización de las restricciones.
En la conferencia de prensa de la Casa Blanca, el principal experto en enfermedades infecciosas del país, Anthony Fauci, dijo que si pudiera aconsejar al gobernador de Georgia, “le diría que debería tener cuidado. Y le aconsejaría que no se limitara a encender el interruptor y se fuera”.
El gobierno de Trump estableció la semana pasada un plan gradual para que Estados Unidos regrese a trabajar observado las directrices que limiten en la medida de lo posible la dispersión del coronavirus. Antes del reinicio deben pasar 14 días de disminución de las cifras de infección.
El gobierno federal alemán y los líderes de las 16 regiones del país acordaron la semana pasada que las tiendas con espacio de hasta 800 metros cuadrados podrían reabrir desde el lunes, y que algunos niños podrían empezar a volver a la escuela a partir del 4 de mayo, dando prioridad a los estudiantes de último año.
En un emotivo discurso ante el Bundestag, la canciller dijo este jueves que apoyaba plenamente estas medidas, pero que estaba “preocupada por su aplicación”, por lo que expresó un reproche: “A veces parece muy rápido, o incluso demasiado rápido”.
Su intervención llegó con algunos líderes regionales, especialmente Armin Laschet, del estado más poblado de Alemania, Renania del Norte-Westfalia, presionando para un retorno mucho más rápido a la vida normal. Laschet lleva mucho tiempo abogando por la reapertura de parques infantiles, escuelas y guarderías.
La tasa de nuevas infecciones ha ido frenando, aunque Merkel advirtió que “aún caminamos sobre hielo fino, uno podría decir que el más fino”.
“Es precisamente porque las cifras dan lugar a la esperanza que me siento obligado a decir que este resultado provisional es frágil”, dijo Merkel al Parlamento. “Todavía estamos lejos de estar fuera de peligro. No estamos en la fase final de la pandemia, pero sí en el comienzo. Viviremos con el virus durante mucho tiempo”.
Merkel dijo al parlamento que la decisión de “restringir las libertades personales” para combatir el virus había sido una de las más difíciles de su mandato como canciller, e instó a la gente a ser cauta ahora que se levantaban las restricciones.