El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, prorrogó este jueves la declaración de emergencia nacional que su país decretó en 2003 luego de la invasión de Irak para justificar el despliegue masivo de fuerzas militares y la asignación de millonarias partidas presupuestarias.
En esta nueva prórroga anual y como ya es costumbre desde hace casi dos décadas, el mandatario estadounidense argumentó que la actual situación en Irak representa una "inusual y extraordinaria amenaza" para Estados Unidos, según la agencia de noticias DPA.
El documento firmado por Trump, sostuvo que la emergencia es necesaria para hacer frente a la "amenaza" que representan para los estadounidenses "los obstáculos a una reconstrucción ordenada de Irak, la restauración y el mantenimiento de la paz y la seguridad en el país y el desarrollo de instituciones políticas, administrativas y económicas en Irak".
Tanto el demócrata Barack Obama como el republicano Trump prometieron poner fin a la guerra en Irak y retirar a sus tropas de ese país de Medio Oriente. Sin embargo, ninguno de los dos cumplió de verdad con esa promesa.
A principio de año, las fuerzas estadounidenses mataron en Bagdad, en un ataque con drones, a uno de los generales más poderosos de Irán, que había ganado influencia en la región a partir del combate contra el Estado Islámico.
La muerte de Qasem Soleiman desató una ola de protestas en Irak y otros países de la región y hasta desató un rechazo mayoritario en el parlamento a la presencia militar de Estados Unidos en el país.
Pese a la escalada de tensión inicial y a que Estados Unidos abandonó tres bases militares, la presencia militar de la potencia en el país sigue siendo importante: al menos 5.200 militares.
La prórroga anual firmada por Trump es una nueva prueba de que esto no cambiará por ahora.