“La guerra cambia absolutamente todo” fue la primera frase que esbozó el director de uno de los hospitales de Kiev en diálogo con El Litoral en Ucrania. “La guerra es la cosa más horrible que puede vivirse y tener lugar. Nunca jamás he pensado estar en estas circunstancias”, contó el médico.
Sin embargo, remarcó la gran labor del hospital y de todos los trabajadores a más de un año de la invasión rusa. “Gracias al apoyo de diferentes países, del gobierno local y del gobierno central hicimos lo imposible. Hicimos todo para que el hospital funcionara en estas condiciones y el tamaño de trabajo es increíble. Hicimos en semanas lo que se hace durante años”, relató y continuó “gracias a un esfuerzo gigante logramos en semanas tener sistemas autónomos de agua, de calefacción y reservas de petróleo para la luz”.
“No solo en nuestro hospital, esta situación implica un trabajo muy duro para los médicos, para el gobierno, para las enfermeras, para la gente que repara las tuberías de los sistemas de calefacción, para todos”, aclaró.
Pese a las circunstancias, el director del hospital advirtió: “Es muy difícil decir que no podíamos prestar algún servicio o medicamento porque teníamos todo gracias al apoyo que llegaba por parte de todo el mundo y del gobierno”.
En esa línea reflexionó: “la guerra simplifica las cosas, existe la vida o muerte, los tuyos o los otros, por eso cuando los rusos bombardearon los almacenes de medicina, muchísimos negocios y empresas privadas nos han regalado los insumos que necesitábamos”.
“Mientras tengamos por lo menos un edificio funcionable vamos a seguir prestando servicio para los ciudadanos de Kiev”, afirmó.
Uno de los soldados heridos que habló con El Litoral.
El inicio, la parte más difícil
“El inicio de la guerra fue el tiempo más horrible de mi vida”, contó el director del nosocomio y agregó que “había desesperación, miedo, incertidumbre. Nadie fue preparado no solo físicamente sino moralmente para una guerra”.
“Cada uno actuaba según su educación, su psicología, sus capacidades mentales”, contó a la vez que manifestó que “una parte del personal del hospital no salió a trabajar pero cerca del 80% continuaron, sobrepasaron el miedo e hicieron todo lo posible para que el hospital funcionara”.
En base a estas situaciones recordó: “No sabes que va a pasar por la tarde, por la noche ni mañana, escuchábamos explosiones y nos preparamos para el combate en la calle. Tienes miedo por tu familia, hijos, padres, abuelos.
“Es muy difícil trabajar en esas condiciones. Esa incertidumbre de los primeros días fue lo más difícil”, cerró.
"La defensa del país", una de las frases que más repiten los soldados.
Soldados heridos
“Dump” y “Cobra” son dos militares ucranianos que fueron heridos en guerra y están transitando sus días en el hospital de Kiev. Ambos dialogaron con El Litoral y contaron que esperan recuperarse para volver a defender a su país.
“Tengo 20 años y al inicio de la guerra me alisté a las fuerzas armadas de Ucrania junto con mis amigos de la residencia estudiantil. Estudiaba en la universidad de transporte pero no me imaginaba vivir esto”, relató Dump, herido en su rodilla izquierda.
“Como hace un año fui herido y luego de recuperarme me gustaría regresar al ejército y ayudar a mi país. Estaba entrando en una posición y ocurrió un bombardeo de artillería y de un tanque y un proyectil me golpeó la rodilla”, contó acerca de su situación.
Para cerrar dejó un mensaje a todos los jóvenes del mundo: “Hay que defender y proteger el país, hay que luchar por sus derechos y siempre resistir y proteger el país donde naciste”, indicó.
Por su parte, Cobra tiene 40 años y fue herido casi de la misma manera pero en su espalda. El militar ucraniano tiene dos hijos y sin embargo, quiere volver a la guerra una vez recuperado.
“Al inicio de la guerra me alisté a las fuerzas de defensa territorial y luego cambié a las fuerzas de asalto de Ucrania. Tenía mi negocio en Kiev pero la guerra destruyó todo”, contó Cobra.
“Hice el servicio militar obligatorio y ahora después de 20 años tengo las armas en mis manos nuevamente. Mis hijos estaban muy preocupados (cuando se alistó), no es algo fácil pero quién va a hacerlo si no lo hacemos nosotros. Recibí mi herida protegiendo una posición y en un bombardeo recibí un fragmento de un proyectil de tanque en la espalda”, relató.
Consultado por si ya era suficiente lo que había dado por su país o si volvería al ejército una vez recuperado afirmó: “Será suficiente solamente cuando ganemos la guerra, quiero regresar al ejército y continuar sirviendo”.
Sin luz ni agua
El enviado de El Litoral llegó a la ciudad de Kharkiv, ubicada a 50 kilómetros de la frontera con Rusia. La localidad se encuentra bajo ataque y se quedó sin servicios de luz y agua.