Estados Unidos superó los 150.000 muertos por COVID-19. Alcanza el trágico récord en medio de un desalentador panorama. Las víctimas diarias exceden el millar, la mitad del país presenta alzas en la cifra de muertes y los contagiados rozan los cuatro millones y medio.
Los legisladores, mientras tanto, intentan sin éxito sacar adelante un nuevo paquete de estímulos, cuando la ayuda extra de 600 dólares semanales para los millones de desempleados caduca este viernes. En una conferencia, Donald Trump tuvo un momento para lamentar que los índices de aprobación del doctor Anthony Fauci sean superiores a los suyos. “No le gusto a nadie”, dijo. “Debe ser mi personalidad”, agregó.
Tenés que leerTrump habló de la posibilidad de postergar las elecciones presidenciales de EEUUDurante más de un mes los expertos en salud alertaron de la disparada de los contagios en varios puntos del país, concentrados principalmente en el sur. Trump solía defender que los nuevos picos en los casos respondían a un mayor alcance en las pruebas para detectar COVID-19.
Pero los científicos, entre ellos Fauci, advertían de que el asunto iba más allá y que el alza de las muertes llegaría más tarde. Desde principios de julio comenzaron a aumentar la cantidad de víctimas fatales mientras que los contagios comenzaron a estabilizarse en cerca de 65.000 por día. Ahora ya son 24 estados y el Distrito de Columbia los que presentan escaladas en sus cifras de muertos.
Florida, Arkansas, Oregon y Montana alcanzaron su récord diario este miércoles. La tasa de mortalidad volvió al mismo nivel que a comienzos de junio, cuando era significativa, pero el país parecía despedirse de lo peor y varios territorios ya tenían en marcha sus reaperturas.
Fauci, el principal científico del grupo de trabajo que asesora al presidente estadounidense, dijo a la MSNBC que los Estados deberían considerar pausar sus procesos de reapertura o revertirlos.
La semana pasada, el país llegó a los cuatro millones de casos de coronavirus, duplicando el número total de infecciones en solo seis semanas. Desde entonces ya se sumaron prácticamente 500.000 más y se transformó en la zona del mundo con más muertes por COVID-19, superando la marca de las 50 mil víctimas fatales del 27 de abril y la de los 100.000 el 27 de mayo.