Paula Galinsky - Clarín
Testimonios de familiares y allegados a los chicos que se encuentran internados luchando por su vida en lo que fue la fiesta Time Warp.
Paula Galinsky - Clarín
Si bien Micaela Polivoy (20), Nicolás Laitán (23) y Leandro Espinoza (19) (tres de los intoxicados durante la fiesta electrónica Time Warp de Costa Salguero) no se conocían, ayer sus familiares estaban juntos. Unidos por las circunstancias y el dolor y acompañándose en las peores horas de sus vidas en el segundo piso del Hospital Fernández a la espera de cualquier novedad sobre sus seres queridos, que se encontraban internados allí en estado crítico.
Mientras, en el Argerich, todo era angustia: entre rezos y lágrimas aguardaba por un nuevo parte médico la mamá de Nicolás Garzón (24), otro de los hospitalizados graves por el consumo de estupefacientes (tenía en el cuerpo marihuana, cocaína y anfetaminas) que, al cierre de esta edición, permanecía con asistencia respiratoria mecánica y con pronóstico reservado.
En tanto, en el Rivadavia, los padres, hermanas y amigos de Damián Carlos Enrique Sedeillan (17) se mostraban más esperanzados ya que el menor había entrado en muy mal estado y ayer presentaba una leve mejoría.
Micaela estaba de festejo: el miércoles pasado había cumplido 20 años, y el viernes había decidido salir a bailar con los amigos que conservaba del secundario Saint Jean, de Villa Urquiza. Para el sábado el plan de esta adolescente, que vive en Saavedra junto a su mamá y su hermano, era celebrarlo en familia, algo que finalmente no pudo concretar tras descompensarse en el predio de Costa Salguero. “Empezó a convulsionar alrededor de las 5.30 del sábado y, por lo que sabemos, un patovica la metió rapidísimo en la ambulancia y gracias a eso pudieron estabilizarla”, contó un amigo de la familia. “Si bien pasó las horas más críticas, está intubada, con mucha fiebre y complicada del hígado y los riñones”, agregó la misma fuente, que precisó que en el lugar la acompañaban sus padres, su hermano mayor, tíos, primos y amigos del colegio.
En el Hospital Rivadavia, otra familia completa aguardaba el horario de visitas para ver a Damián. Este joven, oriundo de Villa del Parque y empleado de una pizzería, había ido a la fiesta en grupo. “Eran como diez chicos, nosotros conocemos a dos que son Tomás y Facundo, compañeros del Instituto San José, de Caballito, donde terminó el secundario el año pasado”, contó su mamá Sandra Mendiondo, quien se enteró de lo que le había ocurrido el sábado a las 7.15 por una médica del centro de salud que la llamó desde el celular de su hijo.
“Cuando llegamos nos lo encontramos atado de pies y manos, sin sus zapatillas, temblando y con los ojos blancos. También tenía una mano lastimada y un moretón en la espalda, creemos que le pegaron”, contó Vanesa, una de las seis hermanas de Damián, el único menor de edad de los internados. Ella también detalló que no era la primera vez que el joven asistía a este tipo de fiestas y que, en esta ocasión, “había llevado al lugar pastillas y había comprado más en su interior”.
Por la fuerte intoxicación que sufrió este chico que, según sus padres, habría consumido la droga Superman, llegó inconsciente aunque ayer empezaba a recuperarse. “Se salvó de milagro, todavía no podemos creer que se haya despertado. Por suerte, está mejor, charlamos un rato y hasta pudo comer algo. Igual sigue delicado y en terapia porque está mal del hígado y tiene problemas de coagulación”, agregó su mamá.