Lejos de los textos académicos y las galerías de arte, Ramiro Ghigliazza usa sus obras de arte para difundir la historia Argentina. "Humanizar a los próceres" es su ambición.
Es una reconstrucción digital realizada por Ramiro Ghigliazza, el artista de Morón que ya había revelado los rasgos de San Martín. La sorpresa: el color de los ojos y el pelo.
Lejos de los textos académicos y las galerías de arte, Ramiro Ghigliazza usa sus obras de arte para difundir la historia Argentina. "Humanizar a los próceres" es su ambición.
Esa misión, con la que se topó casi de casualidad, ahora lo llevó a inaugurar en el Monumento a la Bandera de Rosario el primer cuadro de Manuel Belgrano hecho con realidad digital: una técnica de reconstrucción de imágenes que convierte el retrato más famoso del prócer en lo más parecido a una foto. "Las miradas son un reflejo de la historia de cada persona. A Belgrano nos lo enseñaban como el creador de la bandera, pero no nos contaban quién fue", dice Ghigliazza, que el año pasado se volvió conocido por haber modernizado el rostro de José de San Martín con un cuadro que llegó al convento de la Batalla de San Lorenzo, al Congreso y al despacho del presidente Alberto Fernández.
"No nos enseñaban que usó esa bandera aunque se lo prohibían desde Buenos Aires, que sin ser militar ganó batallas importantísimas para la Independencia, que quería un país unido e igualitario, y sufrió mil problemas de salud", continúa Ghigliazza, que sin pretenderlo se volvió un divulgador de la historia.
Ramiro Ghigliazza comenzó su misión de "humanizar a próceres" por la curiosidad de su hijo Teo, que le preguntaba por el verdadero rostro de San Martín. Foto: Juan José García. Nació y se crió en Morón, y estudió en el instituto Inmaculada, de Castelar. Ahora, en esa y otras escuelas de su barrio esperan que pase la pandemia para invitarlo a dar charlas. Hoy vive en Pueblo Esther, cerca de Rosario, y gracias a la curiosidad de su hijo Teo (8) alternó su trabajo de diseñador gráfico con un proyecto titánico: actualizar la imagen de San Martín y llevarla a todas las escuelas rurales del país y a las ciudades del mundo donde vivió. "Eso está más pendiente y vigente que nunca", dice Ramiro, pero el año belgraniano lo demoró.
"El Concejo Deliberante de Rosario me encargó que hiciera lo mismo con Belgrano. La idea era inaugurar el cuadro con un gran acto en el Monumento a la Bandera. Por el coronavirus no se pudo, pero armamos un video que fue muy emotivo filmar, y que presentamos este jueves", cuenta Ramiro, que tiene 45 años.
El nuevo rostro de Manuel Belgrano
En la filmación hablan de Belgrano los historiadores y docentes Roberto Colimodio, Felipe Pigna, Miguel de Marco y Juan Marcelo Calabria, algunos de los que colaboraron con Ghigliazza para su versión del prócer. Después, mientras la cantante Marisel Cuatrini entona la canción Saludo a la Bandera y los veteranos de Malvinas de Rosario la izan, el autor del cuadro sube las escalinatas del monumento y descubre su obra. "Me basé en el cuadro de Francois Carbonnier, el más conocido", dice Ramiro. Se trata de uno de los pocos retratos para el que Belgrano posó, en 1815 en Londres, durante una misión diplomática.
Ghigliazza cotejó aquel cuadro con los testimonios escritos de Celedonio Balbín, amigo de Belgrano y uno de los pocos que lo acompañaron hasta el final de sus días. "Lo describe diferente: siempre habla de él como rubio, aunque los cuadros que conocemos lo muestran castaño. Pudo haber pasado que Belgrano se mojara el pelo para peinarse, o que como ya tenía 45 años lo tuviera un poco más gris", explica Ghigliazza.
En su obra también reflejó la descripción de Balbín de una "tez muy blanca", marcas en la piel y una fístula en el ojo derecho, que frecuentemente le causaba lagrimeo o supuración. "Sus ojos son otra cuestión misteriosa. Carbonnier los pintó color miel, o marrón claro, pero Balbín decía que eran azules", cuenta el diseñador, que trabajó con colaboradores y tardó unos cinco meses en perfeccionar sus 40 ensayos hasta llegar a una versión definitiva. "También es posible que le cambiaran levemente al sol, como a mucha gente", conjetura.
El cuadro original presentado mide 2 metros por 1,70 y quedará instalado en el Concejo Deliberante de Rosario, frente al monumento que recuerda el 27 de febrero de 1812. Aquel día, a orillas del Paraná y motivado por la reciente creación de la escarapela que él había impulsado, Manuel Belgrano hizo jurar a sus dos baterías de soldados (llamadas Libertad e Independencia) por primera vez ante la bandera enarbolada que vencerían a los enemigos.
Después, el Triunvirato de las Provincias Unidas del Río de la Plata le ordenaría desecharla y "abandonar su entusiasmo patriótico", pero Belgrano la guardó y llevó como emblema a las batallas de Salta y Tucumán, fundamentales en la posterior emancipación de la Patria. Fue por eso, por su aporte a la Revolución de Mayo, su entrega física y sus propuestas educativas y de igualdad con los pueblos originarios que Ramiro Ghigliazza le agregó otro detalle simbólico a su obra.
"Un brazo de Manuel está envuelto con la bandera celeste y blanca. Fue mi forma de decir que fue uno de los primeros en ponerse la Patria al hombro", cierra el artista.