¿Cómo surgieron los barrios del cordón oeste de Santa Fe? ¿Qué implicancias tuvo para la capital de la provincia la incorporación de estas zonas? ¿Qué historias guardan aquellos primeros pobladores del oeste? Son sólo algunas preguntas que el historiador local, Miguel Ángel Dalla Fontana, responde en su último libro.
Se trata de la tercera publicación de “Ciudad Invisible”, donde el investigador pone el ojo en los barrios del Cristo Obrero. Con esta edición, el escritor cierra simbólicamente el círculo de la trilogía; antecedida por “La zona roja de barrio Sunchales” y “Piquete, Las Flores y sus barrios”. En un extenso y distendido diálogo con El Litoral, el autor reveló el hilo conductor de su reciente trabajo.
La vía, una frontera geográfica y simbólica dentro de la ciudad. Foto: Gentileza Miguel Dalla Fontana
El oeste
El autor deja entrever que las publicaciones anteriores no tendrían un vínculo entre sí, pero en el fondo guardan una conexión: las tres indagan en sectores del oeste capitalino. “La íntima relación está marcada por la marginalidad y la pobreza en ese sector. Todo lo que se construyó en el oeste es invisible a los ojos, muchos no lo quieren ver”, arrancó Dalla Fontana.
La lupa del investigador se posó en Barranquitas Oeste, Villa del Parque, Santa Rosa de Lima, San Lorenzo y el Arenal, que formaba parte de éste último, según explicó. Se formaron como espacios muy humildes y “rancheríos”.
—¿Cómo se originan, entonces, estos barrios marginales?
— Para poder explicar por qué se conformaron estos barrios, que en la década del ‘60 eran villas miserias como tal, hay que remontarse a crisis económicas en tiempos de Onganía que afectó a productores de caña de azúcar y algodón del norte santafesino, Chaco, Formosa, y Santiago del Estero.
Esa situación significó el cierre de establecimientos de los cuales sus trabajadores protagonizaron una especie de éxodo hacia las grandes ciudades. Esto no pasó solamente en Santa Fe, también ocurrió en Rosario, Buenos Aires, Tucumán.
La gente fue llegando a esos lugares ya sea invitado por un familiar o amigo, corría la información que había fuentes laborales tanto para el hombre como para las mujeres. Se quedaron en Santa Fe, sobre tierras municipales.
— Con los “nuevos” vecinos instalados, faltaba urbanizar el sector...
— Esto también tiene una necesidad básica que va de la mano de la vivienda, que es el agua potable, el dispensario, la guardería y la parte educativa. En ese cordón aparece el grupo de Sacerdotes para el Tercer Mundo donde hacen un trabajo maravilloso no sólo religioso sino también humano.
Arman los colegios parroquiales y gratuitos, entonces surgen los padres Osvaldo Catena, Osvaldo Silva, Luis Amézaga. Todo esto le da una identidad, todos trabajan por un bien común. Se sienten identificados como “villeros”; humildes trabajadores que tienen que conseguir elementos básicos para seguir viviendo.
El Padre Osvaldo Catena, uno de los máximos referentes de los barrios del cordón oeste. Foto: Gentileza Miguel Dalla Fontana
—¿Además del contexto histórico, tal como lo hizo en los libros anteriores, éste tendrá historias, testimonios, fotografías?
— Hay muchas particularidades y singularidades. Fotografías, poesías, canciones que reforzarán y mejorarán la lectura del libro y le dará al lector la fluidez necesaria para entender el proceso. Se publicarán más de 50 imágenes inéditas (N. del R: algunas de las cuales acompañan este artículo que gentilmente compartió Dalla Fontana) que le dan ese toque de ilustrar mucho de estos procesos.
Quienes llegaron del norte santafesino y otras provincias se instalaron en el cordón oeste de la capital provincial. Foto: Gentileza Miguel Dalla Fontana
Entrevistas, con fotos en mano
En otro tramo del reportaje, el historiador santafesino comentó una “táctica” que usó para recolectar la información que posteriormente vertió en el libro. “Hice más de 10 entrevistas y las hice a partir de descifrar, desarmar, desentrañar cada fotografía. Cada vez que me encontraba con los entrevistados les mostraba las imágenes con las cuales yo iba a trabajar”, contó Dalla Fontana.
“Pudimos contar lo que estaba invisible en el registro fotográfico. Hay dos o tres imágenes que me impactaron como la de una gran laguna que estaba en el medio de Villa del Parque y que fue un símbolo de lucha y recuperación de una comunidad”, reveló el escritor.
Y siguió: “Esa laguna por mucho tiempo formó parte del paisaje natural y ellos (N del R: los nuevos habitantes que llegaron) fueron rellenándola para lograr un nuevo espacio a ocupar. Tenía aproximadamente unas tres o cuatro manzanas. Dividía el barrio hacia Blas Parera al oeste”.
Entre las páginas del libro, entonces, Dalla Fontana desarrolla historias particulares para conocer de primera mano cómo surgieron estos barrios. “Con la laguna pasó que un día apareció el dueño de esas tierras y hubo litigio”, comentó.
El libro presenta además de las historias, imágenes inéditas de los primeros pobladores de ese sector. Foto: Gentileza Miguel Dalla Fontana
Resistencia
El arribo de estas personas, la formación y posterior consolidación de los barrios aquí nombrados generó una especie de resistencia en la sociedad santafesina. De ello también da cuenta Dalla Fontana en su libro.
“En general, la palabra ‘villero’ está muy caracterizada en los ‘60 y ‘70. Una frase que resonaba por aquel entonces era ‘están del otro lado de la vía’. Era una especie de frontera que hoy ya está terminada. En aquel tiempo era saltar todos los días para incorporarse al mundo ‘más civilizado’ donde muchas cosas lo podían deslumbrar”, destacó el escritor.
Y agregó: “Hay que pensar que muchas de estas personas venían del campo, entonces había costumbres, modismos, tradiciones y formas de hablar que muchas veces se delataban. Entonces, había un sector de la ciudad acomodado que resistía todo esto. La clase media también resistió esta llegada”.
En ese sentido, el entrevistado explicó que los “nuevos” vecinos del oeste “trabajaban en el Mercado de Abasto, como albañiles, changarines, empleadas domésticas, no tenían formación para incorporarse en tareas especializadas”.
Miguel Dalla Fontana charló gentilmente con El Litoral.
Visibles
La misión de la investigación plasmada en este tercer libro propone, entonces, quitar ese velo, romper las fronteras simbólicas y, finalmente, hacer visibles las historias de vida de quienes le dieron inicio a los barrios del cordón oeste de la capital santafesina. Contexto histórico, entrevistas, poemas, imágenes inéditas; un combo perfectamente organizado para conocer estos pormenores de los barrios antes mencionados.
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