Vino a Rosario Ceferino Reato, entrerriano de Crespo, periodista e investigador periodístico. Presentaba uno de sus libros, el más reciente: "Masacre en el comedor". El libro se ocupa de una investigación escondida, desahuciada, desaparecida de la historia argentina. Una bomba terrorista, de hecho asesina, que mató muchas personas en un comedor policial. Policías de bajo rango comiendo – a bajo costo – y volados en pedazos por una bomba asesina. Un ataque de quienes querían imponer su idea política por el terror, esto es: terroristas.
Veamos de quien se trata. Ceferino Reato (1961, Crespo, Entre Ríos) es periodista y licenciado en Ciencia Política. Fue redactor en la sección Política Nacional del diario Clarín; editor jefe en Perfil; corresponsal de la agencia internacional de noticias ANSA en San Pablo, Brasil, y consejero de prensa de la Embajada argentina ante el Vaticano. Actualmente, es editor ejecutivo de la revista Fortuna; conduce el programa Retweet en FM Cultura y participó del ciclo Intratables, de América TV.
En 2008, publicó "Operación Traviata", que relanzó los libros de investigación periodística y reabrió la causa judicial sobre el asesinato del sindicalista José Ignacio Rucci. En 2010, "Operación Primicia" -acerca del debut del Ejército Montonero- reveló las controvertidas y millonarias indemnizaciones a los familiares de guerrilleros muertos en el ataque a un cuartel en Formosa durante el gobierno constitucional de Isabel Perón.
En 2012, la versión original de "Disposición Final" -la confesión del ex dictador Jorge Rafael Videla sobre los desaparecidos- se convirtió en un documento histórico. En 2013, "¡Viva la sangre!" conmocionó con su retrato despiadado de la Córdoba del '75, entre la "patria socialista" y la constitución del ADN de la dictadura.
En 2015, publicó "Doce noches", sobre la gran crisis de 2001, una bisagra para el país, en la que se sucedieron cinco presidentes en apenas doce jornadas. Y en 2017, salió "Salvo que me muera antes", sobre la muerte de Néstor Kirchner y el nacimiento del "cristinismo". En 2020, fue el turno de "Los '70, la década que siempre vuelve". Todos sus libros se volvieron rápidamente best sellers y siguen renovando sus lectores.
En 2017, fue distinguido por la Fundación Konex como uno de los cinco mejores periodistas de la última década en el rubro Investigación. Cuando enseñaba periodismo, decía a mis alumnos: uno es el periodismo de coyuntura, que tiene fecha de vencimiento, cierre y premura; otro, el periodismo de investigación, que solo concluye con el acopio de datos y su redacción cuando… pues cuando se acopien todos, porque –además de su importancia- no tienen fecha de vencimiento.
El primer punto de este encuentro con Ceferino (aclaración necesaria: respeto a pocos colegas, uno de ellos es Reato) es re-discutir dos puntos de vista. El relato comienza en 1946-1947, refuncionalizando el 17 de octubre de 1945. Reato sostiene la década de los '70 como funcional y originante del relato kirchnerista. Diferencia. Creo que el kirchnerismo es una versión más del peronismo. Reato lo nota diferente y diferencial. Cruce sustantivo: el peronismo colorea desde 1945. El peronismo se diferencia desde el terrorismo de la década de los '70.
Hay, en esta charla que tuvimos, otro punto donde me rindo y acepto lo suyo: es una grave equivocación "Memoria, Verdad y Justicia". La memoria es selectiva, traidora e injusta. En cambio, "Historia, Verdad y Justicia" permitiría ordenar cronológicamente los datos, los buenos y los malos, no los que selecciona arbitrariamente la memoria. Entonces, adhiero y pongo en mayúsculas: HISTORIA, VERDAD Y JUSTICIA.
Donde estuvimos de acuerdo es en la calidad del relato kirchnerista y su reivindicación de Montoneros como los héroes. En contraposición, el no peronismo no tiene relato alguno. Nada. Agregó un detalle sorprendente: su charla en una casa de Juntos por el Cambio se constituyó en la primera invitación del "no peronismo" a conversar públicamente sobre sus libros de investigación. A tanto llega el miedo a contradecir el relato kirchnerista que es, sin duda, un relato tan eficaz como parcial.
No es posible entender un solo relato como la verdad y la justicia y esto, que parece obvio, es una barrera infranqueable para los argumentos de la emoción, no los de la historia. No lo usan y queda un relato interesado como la verdad. Ya la sola denominación "no peronismo", da el registro de grupos informes que se oponen, pero no reducen, condensan y ofertan un cuerpo de relato que es un cuerpo de ideas, que es una visión coherente y continua.
Tal vez Macri sea el ejemplo de votar un espasmo como representante del "no peronismo". Sin relato no hay país y esa, sin dudas, es la importancia del país – parcial – que construye el kirchnerismo, para él; el total del peronismo, para mí. Acordamos hasta la importancia de Mitre y el primer "relato nacional". Después pueden aparecer las diferencias, pero el fundacional es el que lo permite.
Revisamos el Martín Fierro ("porque saber olvidar también es tener memoria") y nos asombramos de dos cosas. La primera de ellas, el uso parcial de Rodolfo Walsh, el hombre que ayuda en Cuba en Bahía de los Cochinos; que configura y perfecciona el aparato de inteligencia de montoneros; que dialoga con Born (Born en cautiverio, claro); que planifica el mayor atentado terrorista en Argentina hasta los ataques del terrorismo internacional en la década de los '90.
Rodolfo Walsh es un frío cerebro que sabe cómo asesinar y, a la vez, un fenomenal escritor que pelea y supera a Capote y Mailer en novela periodística. Parcializarlo es parte de un relato, no de una historia. Memoria selectiva. No historia.
La segunda, el vacío y hasta el miedo de contradecir el relato del kirchnerismo (perfeccionamiento del relato peronista que nos acompaña desde 1946, sostengo) cuando el total del periodismo reverencia a Walsh y, uno de los elementos que prueban el miedo… es Macri el que redenomina una estación del subterráneo con el nombre del militante montonero.
Estuvimos de acuerdo en un punto: los argentinos no conseguimos avanzar más allá de la década de los '70 en interpretación de la historia, para definir el presente y proyectar el mañana. Parado en lo que pienso concluimos con un desafío: lo suyo es bucear para que la historia sea cronológica y más completa que un relato, una saga necesariamente interesada, dado que es útil al convencimiento de los beneficios de un Partito Único.
Bueno… estupendo…El desafío es encontrar dos cosas: A) El relato del no peronismo; B) El origen (¿Raúl Apold? ¿Castiñeira? ¿Pritlusky?) del relato peronista. El desafío aparece porque no hay, en América, un fenómeno tan amplio, largo, eficaz. El peronismo y su relato nos tiñen, somos diferentes. Paráfrasis: "Los argentinos venimos de un relato". La historia agrega hechos diferentes, pero nadie se asoma a la historia. Apenas a la memoria.
Concluimos en el valor de aquel Luis Elías Sojit. Estaba solo, nadie se oponía a su relato. Decía "hoy es un día peronista", referido al domingo de sol por una razón absolutamente elemental: era el único que relataba. Nadie contradecía "su" domingo, así lloviese. Está en la memoria. Por ausencia de diferenciales pasó a la historia. Era un relato parcial pero sin objeciones. No es lo mejor, pero sucedía, sucede y… sucederá. La sordera es contagiosa.