Conversando con un psicoanalista

Los terribles dos años

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A medida que un pequeño se prepara para dejar el pañal, más obstinado se vuelve. Pero que sea obstinado no quiere decir que sea caprichoso: con esa obstinación está afirmando su carácter y se apresta para entregar su capacidad de renuncia. Por eso, lo que desde la mirada adulta varias veces consideramos como un berrinche, algo inmotivado que no debería ocurrir, es un paso fundamental en el crecimiento.

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