Por Jorge Bello (*)
Por Jorge Bello (*)
Llegados a este punto, hay que convidarlos a vacunarse, a todos, a todos los chicos y las chicas de 12 y más años. Porque de esta manera tendrán un protagonismo imposible de olvidar en la lucha contra la pandemia.
Es la hora de ellos, sin duda, de decidir con espíritu adulto. Pero a la vez es la hora de todos los demás. Padres y madres, y en especial abuelos y abuelas tienen aquí, ahora, la responsabilidad de promover la vacuna de sus hijos, de sus nietos. Y los tíos y los vecinos. Y los amigos tienen aquí un gran papel a jugar.
La vacuna no es una cuestión personal, ni es materia para opinar. La vacunación de estos niños y adolescentes es un asunto del barrio, de la comunidad. Tienen que vacunarse para que estén seguros, y para que así hagan seguros los ambientes donde estén, y sean por tanto bienvenidos.
Maestros y profesores tienen también una responsabilidad ineludible, tanto como la tienen quienes arreglan bicicletas, como quien vende galletitas en un quiosco. Tanto como el policía y el bombero, y el que te vende el pan. Todos en la comunidad debemos entender que ha llegado la hora de arremangarse, y levantar la voz para preguntar si estás vacunado.
Dale, ¡vacunate! ¡Por vos y por todos! Se trata de promover la responsabilidad de quien tiene 12 y más años. La oportunidad es de oro.
Los futbolistas de Colón y de Unión, unidos en un mismo corazón, bajo un mismo objetivo, también tienen que entender que deben aprovechar la posición en la que están para, desde allí, promover la vacuna. Salgan en la tele, y digan que ¡dale!, ¡hacete amigo, vacunate!. Es cosa de todos, y quien se quede con la boca cerrada, ¡ay!, quedará retratado.
La vacuna para ellos, Pfizer, es segura y eficaz. Además de ganar en salud, ganarán los entornos escolares, de primaria y de secundaria, porque serán más seguros. Y también serán más seguros los lugares de reunión social, los grupos de amigos, los que se juntan para estudiar, los que se dan un beso, y los que lo buscan.
Cada adulto, en su mundo, debe promover la vacuna. ¡Dale, hacete amigo, vacunate! Será fácil en ciertos barrios y en ciertas familias, pero no lo será tanto en otros barrios, bajo otros techos, bajo circunstancias adversas. Es aquí, precisamente, donde más hay que incidir.
La vacuna debe llegar incluso al que te robó la bicicleta, al que te arrebató la cartera, al que se escapa porque ya lo conocen. Quien los conozca, que se acerque. ¡Dale, vacunate!, yo te acompaño. Porque todos estamos en un mismo barco, y nadie se puede bajar.
El barrio, la esquina, el club, la plaza, la vía. Allí donde estén, quien tenga llegada, quien sepa que su voz será escuchada, éste tiene la gran oportunidad de contribuir a que la ciudad sea más sana, y en consecuencia más segura.
Nadie señale con el dedo, nadie busque culpables, porque ahora no se trata de impartir justicia sino pensar en la justicia social: quien la tiene fácil para vacunarse, que se vacune y que se lo diga a sus amigos. Quien lo tiene difícil, porque la vida le ha dado menos, a éste hay que ir a buscarlo, y hay que decirle que ¡dale, vacunate, hacete amigo!, yo te acompaño.
Cosa de todos, efectivamente, cada uno en su casa, en su barrio, en su esquina. Nadie se quede parado, nadie se siente en el umbral, todos salgamos a preguntar si estás vacunado.
Sólo podremos decir que la hemos hecho bien cuando el otro la hace bien. Entonces hay que ponerse las pilas, por la salud y la seguridad de ellos y de todos. Por los colegios y por las escuelas de formación, por el futuro.
Y el futuro ya está aquí. Esta vacuna, Pfizer, segura y efectiva, recibió en mayo la autorización de la Agencia Europea del Medicamento, y desde entonces se han administrado millones de dosis. En Barcelona, por ejemplo, el curso escolar empezó este septiembre, y comenzó estando vacunados algo más del 60% de los alumnos de secundaria. Eso sí, durante los meses anteriores, verano, todo el mundo se puso las pilas para conseguir este objetivo.
Francia no consiguió tanto, comenzó el curso escolar con el 50% de sus adolescentes vacunados. Argentina, estoy seguro, puede llegar a la mesa de Navidad con el 70% de sus chicos y chicas vacunados.
Si digo que el futuro ya está aquí es porque se espera para este septiembre que la farmacéutica Pfizer haga públicos los resultados de las investigaciones sobre seguridad y eficacia de su vacuna en niños de 5 a 11 años. Y para antes de fin de año, resultados similares en bebés y niños de entre seis meses y 4 años. Todo hace pensar, pero nada se puede hacer hasta entonces, que los resultados serán favorables a una vacunación infantil segura y eficaz.
De hecho, ya parece serlo. China ha comenzado a vacunar a niños de más de 3 años con su vacuna Sinovac. Lo hacen en base a sus propias investigaciones, y supongo que allá la autoridad confía en estos estudios y la gente confía en la autoridad. Y Chile ya aprobó la vacunación anticovid en niños a partir de los seis años.
(*) Médico de atención primaria.