Por Bernardo Carrizo y Juan Cruz Giménez (*)
Por Bernardo Carrizo y Juan Cruz Giménez (*)
Mitos, espejos y reflejos
Indagar en el pasado y en los pliegos de la historia implica ejercitar en registros y distorsiones del tiempo presente que siempre se condicen con las expectativas del observador. Esto mismo sucede en el campo de la historia de la educación entre nación y provincia. La fuerte imagen del mito de origen de la Ley Nacional N° 1420 de Educación Común merece una reflexión detenida, en tanto que se trata de una norma no exenta de disidencias (conflictos y polémicas) y su aplicación en territorios nacionales no obturó en modo alguno los senderos de la instrucción pública en las provincias. ¿Cuánto de mito de origen? ¿Cuánto de espejos y reflejos? Son algunas de las preguntas que intentamos responder a ciento cuarenta años de la sanción de la norma.
A partir de 1880, en coincidencia con la presidencia de Julio Argentino Roca, es posible confirmar una acelerada y densa construcción institucional tanto en nación como en las provincias para con el sistema educativo. En una seguidilla de acciones que abordaron a la educación como terreno político, es posible reconocer la creación del Consejo Nacional de Educación (1881), la realización del Congreso Pedagógico (1882), la creación de una serie de escuelas normales, la creciente presencia de inspectores nacionales y, como coronación, la sanción de la ley N° 1420 de Educación Común el 8 de julio de 1884. De esta manera, el tablero político-educativo se modifica sobremanera.
Sin embargo, desde la sanción de la Constitución de 1853, la administración de la educación elemental correspondió a cada provincia, por lo que se visibilizó una heterogeneidad en cuanto a las regulaciones sobre el área educativa. Dicha cualidad también visibiliza uno de los rostros posibles del federalismo. En los últimos años, diferentes investigaciones colocaron en debate una idea bastante extendida acerca de que, a partir de la ley N° 1420, había sido implementada la laicidad en Argentina. Pero dicha norma definía su injerencia solo para algunos espacios: Capital Federal, territorios y colonias nacionales. Si se observa más en detalle, poco tiempo después de la sanción de la ley nacional, Santa Fe, Córdoba y Salta hacían explícita la presencia de la educación religiosa en las aulas. Del resto de las provincias, la mayoría no hacía referencia alguna. Mientras Entre Ríos, y años más tarde, Mendoza y Santiago del Estero, se inclinaban por la condición laica de la educación.
A 150 años de la primera ley de Educación Común en Santa Fe
Como abordamos en notas anteriores, en Santa Fe hubo una férrea predisposición a abordar el área educativa que se tradujo en una secuencia de dispositivos normativos. Un primer decreto en 1866 y, pocos años después, la sanción de las leyes de educación de 1874 y 1876, para llegar a una tercera en el mismo año de sanción de la ley N° 1420. Los instrumentos normativos santafesinos, desde el inicio, establecieron la obligatoriedad de la educación elemental (hoy asimilable a la primaria). Si bien la ley santafesina sancionada el 16 de diciembre de 1884 -casi cinco meses después de la nacional- mantuvo ese criterio, declaró también "la necesidad primordial de formar el carácter de los niños por la enseñanza de la religión y las instituciones republicanas", respetándose las creencias de las familias ajenas al culto católico. Sin dudas, este criterio expone diferencias respecto de la ley nacional N° 1420 que establecía la enseñanza religiosa por fuera del horario de clases.
De esta manera, indagar respecto al sobreentendido carácter laico de la educación en las provincias permite tensionar representaciones difundidas en expresiones contundentes, impermeables y simplificadoras que dieron lugar a un relato compartido para explicar, no solo la educación, sino también la historia argentina. En Santa Fe no se corrobora la existencia de un fiel espejo respecto de los lineamientos nacionales laicos, lo cual exhibe las diferencias entre políticas estatales y la heterogénea resolución del vínculo Estados provinciales-Iglesia católica, uno de los rostros presentes al analizar a la educación como campo político.
Coyunturas conmemorativas y tareas pendientes
En estas líneas compartimos con lectores y lectoras algunas impresiones sobre archivos y fuentes de la historia de la educación en nación y provincia. Pero también preguntamos sobre nuestros días y el espacio provincial que habitamos. El sistema educativo provincial –a diferencia del nacional- está atravesando el 150° aniversario desde la sanción de la primera ley de Educación Común de 1874 (aún muy poco conocida y menos incluida en diseños curriculares de la formación docente). Sin embargo, el dato parece pasar desapercibido ante propios y ajenos. Es una tarea pendiente poner en valor la historia de la educación santafesina, pues una y otra vez ante cada pregunta, crisis e interrogantes sobre el campo escolar volvemos a ratificar la necesidad de encontrar respuestas en la historia de la educación. Una provincia que este año transita setenta y cinco años de la última ley de educación, sancionada en 1949. Tarea pendiente.
(*) Los autores son docentes e investigadores del Centro de Estudios de los Discursos Sociales (CEDIS), en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral (FHUC-UNL).