Anochece en las doradas playas de Smirna Beach, Estados Unidos. Un hombre surfea con su tabla cumpliendo el ritual de todos los domingos. Se levanta, se ducha y toma su bicicleta para ir hasta la playa. En su tablet puede verse la portada dominical del diario El Litoral, agendada en sus marcadores.
Enzo Trapani es –podría decirse- un caso único en el mundo. Santafesino –nacido en Barrio Roma- terminó su secundaria en el Colegio Simón de Iriondo. Un hogar santafesino de clase media. Su papá - taxista con largas jornadas de trabajo- le dio junto a su madre y hermana, el plafón para ingresar en la Universidad Nacional de Rosario en 1977, en la carrera de Medicina.
Allí egresa en el año 1983 para ejercer dos años en Santa Fe como médico. Es entonces cuando se abre una nueva posibilidad, la de radicarse en Estados Unidos para ejercer la medicina en la clínica de su primo. Y es la ciudad de Nueva Orleans donde comienza su historia.
Revalidar un título en otro país
Mientras la euforia por la democracia ganaba las plateas en los festivales en Argentina y las multitudes vitoreaban al equipo argentino en las calles durante el mundial 1986, Enzo comenzaba un derrotero por la Universidad de Tulane, para poder revalidar su título de médico. Entre los años 1992 y 1997 puede en concretar sus especialidades, tanto en medicina interna en Filadelfia, como más tarde en Mississippi, en neurología. Y así sigue su historial en aquellas lejanas pampas, donde el arte no tendría un rol menor.
Justamente, en los 90, Enzo comenzará a adentrarse en los misterios del arte. Y en ese proceso, la escultura y la pintura no les serán ajenas. Así fue como distintas publicaciones de Europa y Estados Unidos se hicieron eco de su labor. Simultáneamente, expone tanto en Estados Unidos como en Italia y otros países. Pero ya alumbraba en sus soliloquios, una mirada científica diferente, en la cual comenzaba a pergeñar ciencia, arte, color, luz y emociones.
Retornos a su tierra
Y es la sinergia medicina- arte, el curioso alambique en donde se fusionan sus ideas. En el año 2010 visita Santa Fe y El Litoral intitula la nota "Médico de día, artista de noche". Néstor Gallegos lo retrata.
En la entrevista puede leerse lo siguiente: "Mi gran comienzo fue en Berna, Suiza, exhibiendo con Carlo Maggio (el diseñador de ropa deportiva) en el año 2006. La otra gran exhibición fue en Milán en el 2007. Mi padre me enseñó esa gran lengua, preparé una charla y fue algo sensacional". Volvió a Santa Fe en 2012, a cuesta con sus telas, en donde aprovecha para exponer en la Ex Sala"Candace.
Hace unos años, Enzo comenzó a hablar a sus amigos sobre cuestiones atinentes a la salud, ambiente, mente y espíritu. Comienzan a circular borradores, mientras surgen las conferencias en su país por adopción. Toma contacto con editoriales como Amazon, para publicar su libro.
Y así, llega la primera tanda en inglés de su obra "The Pill on the Wall". Paralelamente, comienza a circular en las redes, el término "Enzology" con el cual bautiza su proyecto de forma iniciática.
En el Museo López Claro
Es uno de los últimos crepúsculos del mes de agosto 2022. Un hombre con campera, gorra y anteojos Ricky Sarkany golpea con una llave el pesado portal metálico que da ingreso al museo Municipal César López Claro. Al trasponer el umbral, es reconocido: Enzo Trapani, con su libro "The Pill on the Wall" bajo el brazo. Pasa. Se abraza al mate. Como en los distantes círculos iniciáticos del romanticismo y de las logias, saca su libro, expone sus ideas, mientras obsequia un ejemplar.
Similar a un pentateuco pleno de sincretismos, expresa sus visiones terapéuticas sobre las emociones, ondas de luz, física cuántica. El color como terapia. La física cuántica tiene también su lugar. Al salir, es la "hora blue". Enzo se sitúa en la plaza de Guadalupe, observa la bóveda celeste, y exclama: "Allí está Dios" (refiriéndose a la naturaleza y el aire).
Un abril diferente
Abril nos traerá los primeros días con menos luz solar y más noches. El bullicio electoral nos sonreirá desde los séxtuples, mientras Enzo prepara nuevamente sus valijas, para visitarnos y a principios de Abril. Cerrará su garaje, abandonando por un tiempo su Ferrari, la misma que lleva el logo de Colón con la cual pasea por las costas de su ciudad.
La ciudad de Santa Fe, le rendirá su debido homenaje en el mes de Abril, en el recinto de las leyes. Tributo debido a este hijo dilecto que con su sangre ítalo – argentina, le dio entidad nacional a sus presentaciones en museos, galerías, hospitales, y auditorios del mundo.
(*) Bloquero y fotógrafo.
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