Hace cincuenta años, El Litoral se sumaba a la conmemoración del cuarto centenario de la fundación de Santa Fe, publicando semanalmente una serie de artículos firmados por el reconocido historiador Leoncio Gianello, que desde hacía décadas era un habitual colaborador del diario, especialmente conocido por su "Historia de Santa Fe", quizá el libro que más llegada tuvo en las familias y en las escuelas sobre el pasado provincial en las décadas del '50 y del '60.
Era Gianello un académico de larga trayectoria que había producido una amplia bibliografía desde la década de 1940, dentro de la que se destacaron su biografía de Florencio Varela (1948) y su "Historia del Congreso de Tucumán" (1966), como estudios originales que demandaron un serio trabajo investigativo, o los cinco gruesos tomos del Diccionario Histórico Argentino, cuya autoría compartió con sus colegas Ricardo Piccirili y Francisco Romay. A estos títulos consagratorios se sumaron numerosas obras. Biografías, historia institucional, historia política, historia de la educación, historia de las provincias (Santa Fe y Entre Ríos), historia naval, historia de la historiografía, obras didácticas, fueron los temas en los que incursionó durante más de cuarenta años de producción.
Había nacido en Gualeguay en 1908 y se radicó en nuestra ciudad donde se graduó de abogado primero, doctorándose después, en la Facultad de Derecho de la UNL. Ejerció la docencia y tuvo un largo y variado desempeño político como legislador y ministro, participando de la fundación de la Escuela de Servicio Social de la Provincia y de la Universidad Católica de Santa Fe. Fue miembro numerario y vicepresidente de la Academia Nacional de la Historia y de la Real Academia de la Historia de España, entre muchas entidades de similar jerarquía, además de integrar nuestra Junta Provincial de Estudios Históricos de la que fue su presidente entre 1960 y 1966.
Tuve el gusto de conocerlo y de recibir muestras de su generosidad y su apoyo. Considerado como uno de los grandes historiadores de la región (se lo menciona junto a Cervera, Busaniche o Zapata Gollán) y valorado a nivel nacional, era de amplio criterio y de espíritu conciliador, aunque no participaba del revisionismo histórico del que sí formó parte su hijo del mismo nombre, con quien compartía el costado poético del que los dos dejaron valiosas producciones, lo mismo que su hija Susana Gianello de Olivera.
Los artículos de El Litoral de 1973
La serie de artículos "Estampas de Santa Fe" comenzó a publicarse semanalmente en El Litoral los días lunes a partir del 7 de mayo y hasta el 12 de noviembre. Este formato de "estampas" había sido ya explorado por Gianello con éxito en dos libros: "Estampas rivadavianas" (1946) y "Estampas sanmartinianas" (1950), a los que agregaría en 1977 sus "Estampas del Brigadier". El día previo al lanzamiento de sus notas periodísticas, el diario anunciaba el plan de asuntos que los artículos desarrollarían, en un recorrido que se iniciaba con los primeros intentos de poblamiento europeo en la región rioplatense, pasaba por la concentración de los españoles en la cuenca superior y su necesidad de "abrir puertas a la tierra" y la fundación de Santa Fe, para extenderse a los primeros tiempos de la ciudad, la "revolución de los siete jefes" y la fundación de Buenos Aires.
Todo este temario, parte del cual ya había sido estudiado por Gianello en su historia de Santa Fe, y al que también había dedicado artículos en la prensa en diversas épocas, le exigiría ahora escribir treinta notas. A estas agregaría todavía otro texto, aparecido el mismo 15 de noviembre en la edición especial del diario (El Litoral 400) dedicada a la conmemoración.
"Recopilación de los artículos de Leoncio Gianello publicados en El Litoral en 1973 en conmemoración del cuarto centenario".
En "Las puertas de la tierra", dice Gianello: "Juan de Garay une indisolublemente a la política de "Abrir puertas a la tierra". Tiempo antes de emprender su expedición fundadora ya no creía en riquezas de fábula y si acaso compartió en un principio esa fiebre contagiosa de quimera áurea, pensaba ahora en que el verdadero tesoro de esta Provincia Gigante de Indias que era el Río de la Plata, estaba en su tierra misma dispuesta a devolver con creces el esfuerzo del trabajo; en esos largos caminos de agua que llevarían hasta el mar, y por este hasta España toda esa riqueza. No, la Sierra de la Plata no existía para las gentes del Río de la Plata y era mejor que así fuese, porque la Sierra de la Plata podía, en cambio, levantarse con el honrado sudor de cada día: llevaban hacia ella el surco y el arado y sobre todo el abrir puertas a esta tierra para que volcara en la vieja Europa el siempre renovable tesoro de la fecundidad".
En este estilo, si se quiere retórico y un poco edulcorado, Gianello resumía parte de esa larga historia de 400 años, y no se apartaba de la verdad cuando ponía el énfasis en la riqueza de la tierra y el valor del trabajo, porque esas fueron las fortalezas que esta provincia hizo propias desde la estancia criolla hasta la chacra gringa y desde el trajín del "puerto preciso", abarrotado de yerba y tabaco paraguayo, hasta los modernos muelles exportadores del trigo y de la soja.
Gianello a treinta años de su fallecimiento
La firma de Gianello en estas notas que van recuperando nombres como el de Hernandarias o el del primer maestro Pedro de Vega, y destacando la composición social de los primeros pobladores (los mancebos de la tierra), era para los santafesinos valorada y familiar. No solo porque sus libros y manuales eran comunes en las bibliotecas familiares y públicas, y solían destacarse en los escaparates de Colmegna o Castellví, sino porque muchos habían sido sus alumnos, no solo en la Facultad de Derecho, sino en el Nacional, incluso en el turno noche, donde dejaba de ser el encumbrado académico, para compartir con sus alumnos sus fatigas e ilusiones.
Tuvo Gianello la suerte de contar con su hija Clotilde que desde su fallecimiento, del que se cumplen en este mes treinta años, se ha dedicado a ordenar, clasificar y sostener su obra. Así propició la reedición de "Delfina" (Editorial de Entre Ríos - 2011), su novela histórica, defendiendo sus derechos de autor, frente a un texto que consideró plagiario, y produjo un volumen que contiene el asombroso listado de sus obras, conferencias y otras actividades académicas en 2005.
De igual manera, Clotilde Gianello de Suárez coordinó en 2018 la edición de las "Estampas de Santa Fe" en un volumen de 144 páginas, agregando así otro título la larga lista de obras de su padre y rescatando un trabajo que dormía en las páginas de El Litoral de hace medio siglo, con un par de anexos sobre los fuertes de Corpus Christi y Buena Esperanza y unas notas sobre linajes de España y América.
Con gusto, participé del acto de presentación de este libro que tuvo lugar en nuestra Junta Provincial de Estudios Históricos en abril de 2018 y de evocación al amigo y maestro que, incansablemente escribía y publicaba, tanto para colegas e investigadores como para el lector interesado y el maestro que buscaba materiales para multiplicar su mensaje en las aulas de Santa Fe.
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos y desde el Centro de Estudios Hispanoamericanos.
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