Por Sonia Rosa Tedeschi (*)
Repaso de páginas de los periódicos El Federal E Pluribus Unum y El Federal Lex Populi Lex Dei (1829-1831)
Por Sonia Rosa Tedeschi (*)
En la etapa temprana de la construcción del estado provincial santafesino, la prensa fue una herramienta de acción política muy poderosa cuyo estudio revela rasgos de los modelos político-institucionales en debate, bases legales y legítimas de los gobiernos, representación política, formas de ejercer la autoridad, distribución del poder. Es ese vocabulario político expresado en los periódicos el que torna interesante el análisis en tanto son nociones históricas de gran densidad pero que a la vez constituyen conceptos vivos y de candente actualidad en los debates sociales.
Eran tiempos de enfrentamientos intensos entre unitarios y federales que, desde los inicios de la década de 1820, alternaron en distintos escenarios como congresos y campos de batalla para dirimir disputas internas y armar alianzas convenientes en un contexto internacional conflictivo en particular con el Imperio del Brasil. En el Congreso de 1824 ambos grupos se habían autoidentificados como partidos políticos con ciertas propuestas programáticas. La disputa entre ambos había alcanzado un inusitado grado de virulencia, alentada por una prensa injuriosa como elemento de presión, de interpelación, como campo de réplicas. En este espacio de discusión intervinieron redactores con función de publicistas de los sistemas que defendían y un compromiso con sus jefes partidarios a través de una intención, diríamos pedagógica, de argumentar y difundir idearios.
Cuando comenzó a sesionar la Convención Nacional de 1828 en Santa Fe, se instaló la Imprenta del Estado para difundir sus actas, partes militares, informaciones sobre la guerra entre las Provincias Unidas y el Brasil, noticias sobre las acciones violentas de Juan Lavalle en Buenos Aires, entre otros. Una vez disuelta esa reunión representativa, la Imprenta quedó en Santa Fe cedida por el gobierno de Buenos Aires y siguió publicando.
Las fuentes analizadas corresponden a algunos números de El Federal E Pluribus Unum y El Federal Lex populi, lex Dei (1829-1831), los que polemizaron fuertemente con periódicos unitarios como La Aurora Nacional (Córdoba) o El Pampero (Buenos Aires). El primer El Federal, acompañado en su título de la locución latina E pluribus unum ("Uno entre varios", también aceptado como "De muchos, uno"), se elevaba como una voz legítima y distintiva del grupo federal. Sus redactores fueron Baldomero García y José Francisco de Ugarteche, federales dorreguistas de estrechos vínculos con la elite dirigente santafesina. El segundo El Federal, que llevaba la expresión Lex populi, lex Dei (que podría traducirse como "la ley del pueblo, es la ley de Dios"), era de redacción anónima y aparición regular dos veces a la semana. Editados por la Imprenta del Estado en Santa Fe, llegaban a la Tesorería provincial los montos de sus suscripciones externas.
Luego de la revolución de mayo y hasta bien entrada la década de 1820, los escritos periodísticos centralistas y luego adscriptos al unitarismo asociaron al vocablo democracia con anarquía, desorganización, amoralidad, exaltación, tumulto, radicalización de las opiniones. En los mismos, la vinculación entre democracia y federalismo se comprobó en la visión negativa con respecto a los federales: anárquicos, ignorantes y perversos. Para esta facción, el federalismo configuraba un conjunto de pasiones violentas e irracionales que llevaban a la disolución del cuerpo social rioplatense.
Durante el pasaje entre décadas, en las páginas de los periódicos El Federal la democracia se fue definiendo como un sistema que no era el gobierno directo del pueblo sino que el poder era delegado en representantes y existían leyes por las que ese cuerpo social se organizaba. La relación se daba entre lo republicano y la democracia representativa, no la democracia directa. Es interesante observar que la noción de republicanismo en el sistema político institucional santafesino se vinculaba a la implantación de un sistema manifiestamente reconocido por las otras provincias lo que le daba amplia validez, a la existencia de un código que lo reglara -el Estatuto Provisorio de 1819- y al cumplimiento de requisitos básicos de acceso a la representación política como los procesos electorales que otorgaban legitimidad de origen a los cargos. En la práctica, el sistema desde 1820 hasta mediados del siglo XIX no se componía de una estricta división de poderes, sino que se lo puede caracterizar como de rasgos republicanos con un Poder Ejecutivo muy fuerte, una Junta Representativa con algunas funciones legislativas y una Justicia que no constituyó un Poder independiente en el período sino una mera administración controlada por el gobierno.
En el campo del discurso, las diferencias entre unitarios y federales siguieron manifestándose con excesiva agresividad, condenándose y descalificándose unos a otros. Volvían a aparecer aquellas potentes imágenes sobre los jefes federales que nos remiten a esas tempranas formas de condena después de la revolución: desde El Pampero y La Aurora Nacional se afirmaba que estos jefes ejercían su autoridad de manera ilegal, sin reglas ni leyes que regulen la vida social y política, sometiendo a sus pueblos carentes de ilustración y desconocedores de sus derechos.
Los ataques de ambos periódicos unitarios aludieron al gobernador Estanislao López como "vitalicio", "tirano", "déspota". Esos ataques apuntaron a su función ejecutiva a efectos de quebrantar el otro rol activo dentro del ámbito interprovincial que ya se prefiguraba en el caudillo. Dichos términos afectaban directamente las bases de legalidad y legitimidad que el orden político-institucional santafesino quería mostrar. El discurso de los periódicos El Federal replicó destacando la existencia de esas bases junto a las bondades del modelo republicano, fundamentándolo en el caso santafesino con el voto público que sostenía al gobernador como testimonio auténtico de la virtud del caudillo, con la base del consentimiento que sancionaba su autoridad y con el reconocimiento a su legitimidad de ejercicio dado que López satisfacía deseos, intereses y valores de la sociedad que gobernaba. El párrafo siguiente es elocuente:
"El carácter irritable de Santa Fe, no tolera la opresión de nadie, y ningún hombre manda en ella mucho tiempo, si no se apoya en el voto público. El Sr. López obtiene no solo el voto público, el amor entusiasta de los santafecinos: obligado de gratitud, obtiene también el mando que muchas veces ha renunciado (...)". El Federal E Pluribus Unum (Nº 4).
En cuanto al vocablo federalismo, comenzó a llenarse cada vez más de base teórica en términos de sistema beneficioso aplicable al conjunto de las provincias y posible de ajustarse a su realidad:
"(…) este sistema solamente puede garantir de un modo permanente, la unión, la independencia, la libertad de las provincias argentinas". El Federal Lex populi, lex Dei (Nº 10).
Los periódicos El Federal fueron canales oficiales de expresión libres de prensa opositora en Santa Fe. En el campo filosófico político discutido en la época, ambos intervinieron con debates de gran altura, cumpliendo con la función de publicitar el pensamiento y la obra de gobierno y formar una opinión más bien confundida con esos postulados y acciones. Tanto estos periódicos como los unitarios constituyen un muy buen observatorio para detectar las estrategias usadas para legitimar o no los proyectos político institucionales en pugna.
(*) Contenidos producidos para El Litoral desde la Junta Provincial de Estudios Históricos y el Centro de Estudios Hispanoamericanos.
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