Lo primero es preguntar. Plantear la pregunta y escuchar la respuesta, y darle valor, es de sabios. Es por esto que los chicos preguntan por qué, y los adolescentes se plantean a sí mismos el cómo y el cuándo. Unos y otros buscan respuestas, y hacen bien cuando dudan de la primera respuesta, rápida y bonita pero vacía, tal vez porque saben que tantas veces ciertas respuestas desaniman para seguir preguntando.
Antes de hacer, o de proponer, o de prometer, o de dar y regalar, hay que saber. Sin embargo, no me consta que ninguno les haya preguntado nada, y esto hace temer que habrá más de lo mismo, como hasta ahora, es decir, respuestas a preguntas que nadie preguntó, y esto implica más inmovilidad y más desesperanza.
Los chicos, los adolescentes, los jóvenes de hasta 25 años representan más de un tercio del total de la población argentina, y esto es una buena noticia. En Argentina hay más menores de edad que jubilados, y esto también es una buena noticia. Son buenas noticias porque son el síntoma de un país que tiene futuro, y que lo tiene al alcance de la mano. En cambio, allá donde los de siempre son gran mayoría, y es la realidad de muchos países y de no pocas instituciones, allá tienen los días contados.
Pese a que son el presente y el futuro, pese a que son la esperanza de un cambio largamente esperado, no recuerdo que les hayan preguntado cómo te gustaría que fuera tu mundo, tu país, tu entorno, tu ciudad, tu barrio, tu escuela, tu calle, tu plaza, tu casa, tu cama y tu barriga. Pero sí recuerdo cómo los atronaban con musiquita de feria, con partidos de fútbol, con cornetas que aturden y banderas en alto, con paros docentes, con pediatras que no hay, con las estridencias de quien habla, y grita, y vocifera, y escupe por no escuchar.
El mundo conoce numerosas experiencias de encuestas, dirigidas en particular al público infanto-juvenil, para saber qué piensan de ésto o de aquéllo, para saber qué les preocupa, qué mejoras quieren para el barrio, la escuela, etc. Es decir, qué quisieran que los políticos hagan por ellos. Si luego las respuestas se toman en serio, con ellas se pueden diseñar programas que beneficien a la gente en aquellos puntos que reclaman, y no en los temas que les interesen a los políticos de turno. Éstos deben tener en cuenta que el hecho de obtener una silla no implica que también obtengan ni la sabiduría y ni las habilidades que se requieren para hacer bien aquello que hace falta.
Entonces, hay que preguntar antes que hacer. Esto queda más allá del tinte político del político de turno, y cumple con la obligación primordial del político, que es servir a los demás. Preguntar, entonces, es necesario. Los resultados son sorprendentes.
Hace unos días se dieron a conocer las respuestas de una macro-consulta dirigida a chicos y jóvenes de entre 10 y 25 años de todo el mundo. Los organizadores se preparan así para el Foro Mundial para Adolescentes 2023 que tendrá lugar durante los días 11 y 12 de octubre, de manera presencial en París y por internet para todos a través de este enlace, en castellano: www.1point8b.org/es.
Hasta el mes pasado tenían recopiladas algo más de un millón de respuestas, la gran mayoría procedentes de países de renta media y baja, entre los cuales está Argentina. Se trata de responder con toda libertad a esta cuestión: "Para mejorar mi bienestar yo quiero..."
Las respuestas se agrupan luego en cinco temas: 1) Aprendizaje, competencias, educación, habilidades y empleabilidad; 2) Seguridad y un entorno de apoyo; 3) Buena salud y buena nutrición; 4) Conectividad, valores positivos y contribución a la comunidad; 5) Resiliencia (capacidad para adaptarse a la adversidad, a un trauma, una tragedia, amenaza, etc.).
No resulta sorprendente observar que casi la mitad de las respuestas se refieren al primer tema, es decir, a la educación como medio para mejorar el presente y aspirar a un futuro mejor. Es así entonces como queda visto que la educación es una prioridad para los chicos y jóvenes y que, por tanto, debe ser una prioridad para el político. Los votos, al fin y al cabo, son una confianza que se le deposita a un ciudadano para que éste, ya como político, responda a esa confianza haciendo lo que salta a la vista que hay que hacer. En el caso de los chicos y los adolescentes, esto es educación y salud, en especial para los más vulnerables.
Participación argentina
Mientras miles de voces infanto-juveniles de la India reclaman mejoras educativas y sanitarias a través de esta macro-encuesta, y otras tantas en África claman más o menos por lo mismo, son pocas, muy pocas las voces de América Latina que han respondido, pese a que se aceptan respuestas en todos los idiomas y procedentes de todos los países.
La participación argentina ha sido ínfima, como si a los chicos y jóvenes argentinos nos les interesara el presente o el futuro. Error. Lo más probable para justificar la mínima participación argentina en esta encuesta es porque no se enteraron, porque nadie les dijo nada. Como si hubiera una voluntad en la autoridad de mantenerlos ignorantes. Entonces, parece quedar bien a la vista que acá no hubo (como sí hubo en otros países) la voluntad de difundir la iniciativa en los ámbitos juveniles de todo el país a fin de recabar la opinión de los jóvenes argentinos. Esto es negligencia o incompetencia, o más probablemente la voluntad de no querer preguntar nada para no verse obligado a saber, y luego hacer en consecuencia.
Supongo que aún hay tiempo para participar. Y siempre habrá tiempo para aprender. Mientras tanto, el Foro Mundial para Adolescentes 2023 (www.1point8b.org/es) ultima sus preparativos. De entre los sólidos mensajes que ponen a consideración de los chicos y jóvenes, y por tanto de los políticos que sobre ellos deben asumir responsabilidad, remarco este en particular: "Hoy, el mundo tiene más jóvenes que en cualquier otro momento de la historia. Sin embargo, demasiados de los 1,8 mil millones de jóvenes (de 10 a 24 años) de hoy no están alcanzando su máximo potencial debido al fracaso de las políticas e inversiones actuales para satisfacer sus necesidades. La campaña 1,8 Mil Millones de Jóvenes por el Cambio es un audaz movimiento global que pregunta a los jóvenes qué desean para su salud y bienestar, y genera respuestas para que los responsables de la toma de decisiones transformen estas respuestas en políticas, inversiones y acciones".
Más de un millón de respuestas procedentes todas de voces infanto-juveniles que claman por respuestas serias y responsables porque ven oscuro el presente y más oscuro el futuro inmediato. La mayoría de respuestas proceden de jóvenes de 16 a 20 años. En versión en castellano, todas las respuestas se pueden consultar en este enlace. Pueden filtrarse las respuestas según el tema, según el país, según la edad o el sexo de quien responde. Para saber, por supuesto, antes de hacer.