José Curiotto
El proyecto que funciona en la ciudad de Santa Fe recibió una distinción a nivel internacional.
José Curiotto
@josecuriotto
Cuando en la campaña electoral de 2011 se planteó la propuesta de construir “Jardines Maternales” en la ciudad de Santa Fe, sonó a una idea difícil de llevar a la práctica. No sólo por lo que implicaba en materia de infraestructura sino, sobre todo, porque planteaba la necesidad de generar equipos técnicos para abocarse a una problemática que hasta ese momento no había sido abordada por la Municipalidad.
Seis años después, aquella idea no sólo pudo ser plasmada, sino que la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP) acaba de premiar a los Jardines Municipales de Santa Fe en el marco de la 8° Competencia Anual por el Premio Educación para el Desarrollo Sustentable 2017. Se trata de único caso distinguido en Latinoamérica.
Así, la experiencia de Jardines Municipales santafesinos recibirá un reconocimiento durante la Sesión Plenaria de la Asamblea y Conferencia Mundial 2017, en Opatija (Croacia), que se desarrollará entre el 19 al 24 de junio. El caso será incluido en la contribución de OMEP al Programa Mundial de Acción (GAP) sobre la Educación para el Desarrollo Sostenible (EDS) de UNESCO.
Actualmente funcionan 14 jardines municipales, mientras se trabaja en la construcción de dos nuevos establecimientos que pronto serán inaugurados en los barrios Padre Atilio Rosso y Alto Verde. En total, son 97 las salas en funcionamiento a las que asisten más de 2.000 niñas y niños de barrios en los que el municipio detectó fuertes necesidades.
Ya en 2014 el sistema de jardines de Santa Fe había recibido una distinción por parte del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), que apunta a destacar iniciativas implementadas en la gestión pública nacional, provincial o municipal. Se trató del “Premio a la Innovación en la gestión pública para la equidad y el crecimiento”.
El programa puesto en marcha por la Municipalidad plantea una respuesta concreta a uno de los problemas más graves que atraviesa la Argentina de las últimas décadas y que repercutirá inevitablemente en el futuro del país: vastos sectores sociales sumergidos en la pobreza y la marginalidad, fuera del sistema y carentes -si no reciben la debida contención- de toda posibilidad de adquirir las herramientas elementales para el desarrollo.
Este es, sin lugar a dudas, uno de los factores que favorecen el creciente clima de inseguridad y violencia en el país.
Los primeros años de vida de toda persona resultan clave. Según un informe elaborado por Unicef, “los resultados de una vasta gama de investigaciones en los campos de la antropología, la psicología del desarrollo, la medicina, la sociología y la educación ponen al descubierto la importancia fundamental que reviste el desarrollo en la primera infancia con respecto a la formación de la inteligencia, la personalidad y el comportamiento social”.
Si los niños y niñas de corta edad no reciben en esos años formativos la atención y el cuidado que necesitan, las consecuencias son acumulativas y prolongadas.
Desde la Fundación Conin, por ejemplo, se insiste en que las privaciones alimenticias y sociales afectan el desarrollo cerebral del niño, y esto se refleja en una disminución de su capacidad intelectual. Estas condiciones, tarde o temprano, dificultan los procesos de aprendizaje.
La decisión de instrumentar esta red de Jardines Municipales fue un acierto. Y más allá de quien gobierne circunstancialmente los destinos de la ciudad, deberá constituirse en una verdadera política de Estado.