Aprender de la historia: Marco Polo y el papel moneda
Aprender de la historia: Marco Polo y el papel moneda
Viernes 3.2.2023
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Última actualización 1:10
El libro "Il Milione" relata las maravillas que el viajero Marco Polo encontró en las tierras del Kublai Kan, emperador de China, a fines del siglo XIII. Muchas cosas lo habían sorprendido, pero indudablemente, la que más influyó en la construcción del Occidente moderno fue "el papel moneda", al que el mercader veneciano describe como una lámina negra derivada de la corteza del moral, que llevaba grabado su valor nominal y la firma de funcionarios, junto con el sello bermellón del emperador.
La introducción de este elemento en Europa llevó a que el comercio se expandiera y multiplicara, se incentivaran las exploraciones y viajes marítimos, en la ambición de buscar alternativas a la ruta de la seda. Viniendo al presente, en Argentina se habla de la posibilidad de emitir papeles por mayor valor nominal que mil pesos. Voces a favor y en contra se pronuncian, no solo con interés técnico sino también en la ambición de obtener alguna ventaja.
¿Quiénes se beneficiarían con la figura de un prócer estampada en un papel de cinco mil o diez mil pesos? Se afirma que los Bancos tienen costos operativos muy altos al movilizar tanta cantidad de papel moneda, que la recarga de los cajeros automáticos debe multiplicarse y que deben alquilar depósitos para guardar el dinero. El gobierno dice que se ahorraría en costos de impresión. Y los operadores de la economía informal, no siempre dentro del margen de la licitud, dicen que de no cambiar les complicaría las transacciones comerciales y se les encarecería el usar cheques por su carga impositiva.
Por otro lado, hay quienes sostienen que solamente deben circular dentro del mercado billetes de baja denominación, para operaciones de escasa cuantía. Que todas las demás operaciones deben ser bancarizadas, para que no haya evasión impositiva y que es lo que suele verse en los países desarrollados, donde el dinero electrónico, sucesor del dinero plástico, ha hecho que se mire con desconfianza a todo aquel que saque del bolsillo un fajo de billetes.
Pero también sabemos que la "bancarización compulsiva" del año 2001, en una economía cuya mitad de las operaciones se movían "en negro", dejó junto con la crisis política un saldo de empresas quebradas, desempleo y recesión. Hay, pues, argumentos de toda clase y depende del norte que se quiera alcanzar.
Creo que una medida transitoria -como puede ser la de emitir billetes de 5.000 o 10.000 pesos-, es un parche, si no se hace en un contexto de sanear la economía, hacer un programa de gasto público eficiente, estimular el empleo privado (en especial en provincias y municipios). Emitir sin cambiar nada, hará que en poco tiempo aparezcan billetes de mayor denominación, cambio de moneda, desaparición de ceros, o sea historia conocida.
Los costos de cambios más profundos deben ser asumidos por el sistema financiero que es el que más ha ganado en la Argentina de los últimos veinte años. Ampliar servicios (horarios, sucursales, empleados), abrir cuentas y entregar chequeras gratuitamente (incluso en sus opciones digitales).
El gobierno debería modificar el sistema tributario, eliminando el impuesto a los débitos bancarios. El sistema educativo debería incluir materias vinculadas con las finanzas y estimular el ahorro y la apertura de cuentas a mayores de 16 años. Las empresas deberían facilitar el acceso a terminales electrónicas y dispositivos portátiles a comerciantes y consumidores.
Antes del año 1000, en la provincia china de Sichuan, empezaron a circular unos trozos de papel que evitaban tener que llevar consigo kilos y kilos de monedas de hierro (luego de oro y plata). Marco Polo los conoció casi trescientos años después y describió que el Gran Kan podía convertir "mágicamente" la corteza de los árboles en dinero, imprimiendo su brillante sello rojo en ellos.
El ser humano tiene un diferencial sobre otras especies, que es su cultura. Se aprende de lo vivido, se transmite a otros, se comunican problemas y soluciones, se busca incesantemente un estado de satisfacción plena llamado felicidad y lo ideal es que podamos lograrlo junto al "otro", el vecino, el prójimo. Para algunos es una utopía o un sueño, pero ¿qué sería de nuestra existencia sin los sueños que le ponen poesía, sonrisas y un poco de magia a la vida?