Cristina abrió una puerta citando mal, con una frase demasiado personal, inútilmente puesta en una escena de tuiteo de conventillo, a la madre de Mauricio. Fea puerta la que abrió. Mauricio algo contestó a su modo, que no es el mejor ni el más claro, es el que puede dada su pésima construcción intelectual. La pelea del árbol genealógico, la educación familiar y la vida de relación es un tema que existe, claro que existe, pero que en muchos casos es mejor no ventearlo ya que, al aire libre, algunas cuestiones no son ni tan buenas ni tan sanas.
Eso llevó a muchos a preguntarse cómo es el sistema de afectos y relaciones de ambos. No es mi tema y, aun siendo sicólogo y siquiatra, más biógrafo e investigador -que nada de eso está en mi currícula- desecharía ese sector de sus biografías para las ubicaciones de ambos en la vida pública, su sistema de relaciones familiares, sociales, pero está claro que es diferente el uno y la otra. La casa de Franco Macri. La casa de los Fernández.
Citemos malamente a Jean Paul Sartre. Cada uno es aquello que hace con lo que le dieron/dejaron las generaciones anteriores. Esto es: los padres, la familia, la generación anterior de la que se viene con todo lo puesto. Franco Macri y sus casos de corrupción, como la condena por corrupción, aún en primera instancia, de CFK, junto a la biografía de ambos, cruzada por una realidad nacional que los puso en zonas diferentes de relaciones sociales y conocimientos, tienen un final que el azar resolvió… azarosamente.
Ambos son ex presidentes. Por diferentes caminos en un punto CFK y MM tienen una cuestión central insoslayable. El voto popular los puso en un sitio. En el mismo sitio. Los ex presidentes están, en este año y en estos días, decidiendo cuestiones partidarias. Ambos dijeron que no serían candidatos y ambos son "pater familias" de sus ahijados políticos.
Aclaremos, para oscurecer: "El "pater familias" era el ciudadano independiente, el que ejercía la autoridad y todos los mandos de la casa; nunca podía ser una mujer, siempre era un hombre. Bajo su control estaban todos los bienes y las personas que pertenecían a la familia. Y por supuesto era la persona física que tenía atribuida la plena capacidad jurídica para obrar según su voluntad y así ejercer la patria potestas, la manus, la dominica potestas y el mancipium, respectivamente, sobre el resto de las personas alieni iuris que estaban sujetas a la voluntad, sobre la mujer casada, sobre los esclavos y sobre otros hombres". Wikipedia dixit.
CFK y MM no abandonaron la paternidad de agrupaciones que se referencian en ellos. Con o sin latinazgos no podemos ejercer de tontos todo el tiempo; no es posible, para mirar la realidad, ponerse anteojeras tan grandes como para negar a los dos. Es visible su existencia, su influencia… su paternidad sobre los candidatos en acción. Están, son y actúan. El ser y el estar, los dos verbos copulativos, usados en todos sus tiempos.
Para bien o para mal, el resultado de la Argentina pos peste y la primera elección presidencial luego del Covid-19 los tiene como electores privilegiados. Es con los que los quieren mucho, poquito y nada que se corre el telón y aparece el escenario. La obra va a comenzar. Cuánto de CFK y de MM habrá en el próximo gobierno es una tarea que los analistas nos deben. No lo mencionan, deberían hacerlo… pero tranquilos: la realidad diaria lo mostrará en poco tiempo más.
En los cuerpos legislativos el asunto familiar es de mucha importancia y de extrema necesidad. Conversar es el verbo que hace falta. Parlamentar el verbo que define si vamos hacia el caos o un consenso en serio. Se repite: ¿Cuánto de CFK y de MM habrá en los cuerpos legislativos para que el diálogo exista? Hoy no se oye ni se ve… ni se espera. No hay diálogo, todo lo contrario. Allí debemos mirar sus herencias, los grupos familiares y tras ésa mirada la posibilidad de equilibrio y crecimiento.
El punto en donde deseo centrar esta nota es este: en ambos frentes políticos el eje es el padre de la familia. El perfil de CFK no admite dudas en cuanto a obcecación, cálculo, determinación y resoluciones impiadosas. No es de ofertar la otra mejilla ni aceptar razonamientos diferentes a los ya predeterminados. El cálculo político que observa acción de una parte y reacción por lo resuelto está en sus reflejos vitales.
Vive con ese cálculo dentro de su habitualidad. Su instrucción general es escasa, sus informaciones elementales y, por tanto, esquemáticas. Su familia depende de ella y ella es así. Punto. Hoy sigue siendo la titular familiar del peronismo y sus arrabales. El Perfil de MM es el de un muchacho a quien -por tareas de su padre- la vida le sonreía y, como aventura emocional, aceptó el desafío llamado Boca Juniors. Después el desafío Ciudad de Buenos Aires, finalmente el desafío Argentina. Triunfó.
Pocos reproches al triunfador. Balbucea, no construye bien las frases, es por su lenguaje -precisamente- que se puede aventurar que tiene un desarrollo intelectual con interruptus del pensamiento lógico y que, sin embargo, esto no le impide aceptar que lo consideren líder y actuar como tal. Quiere que su familia dependa de él y hace esfuerzos. Nada que se corresponda con lo inesperado, por el contrario, eso se espera de "El Mauri".
Busquemos puntos de encuentro. "El Mauri" es una personalidad en desarrollo, no tiene la fragua de CFK para construir, sostener y acrecentar un poder real. Aprende rápido. A MM igual que a CFK la relación hombre y circunstancias los lleva a que cuanto sucede en el día a día los obliga a la contradicción permanente. Uno y otro desenvuelven este carrusel: quieren irse pero no pueden, o no pueden irse porque no saben qué hacer llegados a este punto de su vida familiar. El egoísmo es una potencia dentro del comportamiento humano. Allí se los encuentra como semejantes.
Pero aclaremos ya: consideramos vida familiar la de relaciones con todos sus amistades, lealtades, seguidores, afiliados y personas de cualquier lugar de donde provengan y en el que se encuentren que, por evidente actitud, acepten a sus opiniones como decisiones y a sus decisiones como órdenes de cumplimiento efectivo.
El fondo de saco argentino es que ninguno de los dos es líder con discurso, herencia, proyecto, desarrollo teórico y cabe la pregunta: ¿Los dos liderazgos reales de Argentina no tienen pensamiento propio y línea argumental para sus seguidores? ¿Vivimos atados a la contradicción de dos jefes de familia que son solo circunstancias? Hoy, tanto una como otra familia (es decir ambos frentes) constituyen familias ensambladas donde este, el ensamble, es más un pegote para las fiestas que un abrazo del día a día.
Argentina depende de que esos hijos, malcriados, se liberen y conversen sin que les importe qué dirán sus padres putativos, "el Mauricio" y "la Cristina". Si logran hacerlo habremos resuelto las cuestiones con ellos, con sus hijos, que pronto estarán en el poder. Otra generación no, otra vez no. Si tenemos que esperar hasta la llegada de los nietos tal vez la senectud sea ominosa y el reloj de la sociedad haya atrasado demasiado.
Ninguno de ellos opta por la conversación y la democracia sin conversación es una obra teatral con final abierto pero peligroso. Compelidos al diálogo, encuentran la disculpa de los malos entendidos en que son jefes de familia, que el liderazgo es otra cosa. Como hijos aplicados deberíamos decirles que sí, pero íntimamente pensamos que no.
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