Desde este mirador del sur la cuestión es, como en los grandes concursos y premiaciones -donde parece decidido de antemano el ganador hasta que, al abrir el sobre, surge lo inesperado-, preguntarnos: ¿Habrá sorpresas para la próxima gobernación de Santa Fe? Se larga el año de las elecciones. Ya. El próximo gobernador es…
Obvio, nada es seguro, apenas presunciones. Sí, presunciones. De presunción, según la RAE: "Consideración o aceptación de una cosa como verdadera o real a partir de ciertas señales o indicios, sin tener certeza completa de ello". Y la primera presunción, tan incierta como todas, es que el peronismo no repetiría el triunfo y que, por lo tanto, la oposición estaría en mejores condiciones. Pero… citemos a Perón: "Los votos se cuentan de a uno" (Já, si lo sabrán el Midachi y los socialistas de Lifschitz).
El gobernador Omar Ángel Perotti no es el titular de un peronismo unido y fue un Frente, con pactos preexistentes, el que le ganó a Bonfatti, a cargo de la titularidad electoral de otro "frente". Repitamos: Perotti, representando un Frente, en 2019 le ganó a Bonfatti, que estaba representando a otro grupo, otra alianza. Nada de eso está en vigencia. Uno no puede, el otro no tiene buenas encuestas. Esos "frentes" no están más.
¿Qué pasa o que pasará en 2023? Todo está como decían las abuelas: todo está por verse. Y no se ve nada claro… todavía, aunque algunas cuestiones están en la superficie, al menos si se dice públicamente lo que se comenta en "mentideros serios". Eso estamos haciendo. Exponiendo entretelas.
La segunda presunción es que el próximo gobernador será del sur. La suma de votos de los cinco departamentos sureños, más la hidrovía y su relumbrón económico y político, más el peso específico de Rosario obligan a la ilusión o, peor, al espejismo. Puede ser que el próximo gobernador sea "sureño", de eso hablamos, pero caramba: puede ser que no suceda ya que nadie tiene la vaca atada y los votos cantados.
Primero, ubiquemos un doloroso recordatorio. El próximo gobernador estaba decretado. Gobernador entre 2023 y 2027, y luego candidato a presidente 2027 a 2031 por "la ancha avenida del medio": Roberto Miguel Lifschitz. Tenía todo planificado menos La Peste. Murió. Y con su muerte, esa inmensa atadura que el ingeniero sostenía se desató. Ni el socialismo es grande, ni hay socialista que pueda atar al radicalismo… y esto no es presunción. Sucede.
Advertencia: los nombres propios de los que se hace mención entran - todos- en el rubro "se presume" y ahí nos paramos. Se presume, pero… Aquel vehemente muchacho de la gobernación de Bonfatti, luego vehemente ministro en la gobernación de Lifschitz y más vehemente diputado provincial en la gobernación Perotti, viene con su archivo de ministro que tuvo a su cargo la Policía y, como funcionario, a Marcelo Sain . A Pullaro cuando se le pregunta por "su placard" jura que el mueble está limpio, visible y a disposición y dice: "Seré gobernador".
La vehemencia de Pullaro -de él hablamos- es visible. Además, toda vehemencia visibiliza mucho a quien la tiene como atributo y solo cabe preguntarse si servirá para consolidar una candidatura interna primero, después una nominación en las generales de Setiembre de 2023. Una duda: ¿Es la vehemencia un recurso positivo?
Pullaro es del sur profundo, sin inserción total en la provincia. Su "padrino" y hombre tranquilo es Felipe Michlig, senador provincial. El senador me ha dicho: "Entre los dos manejamos el espacio radical donde estamos". Tiene conexiones nacionales. Pullaro no tiene miedo de hablar de la derecha de Juntos por el Cambio y bailar esa milonga. De hecho la baila en público.
El otro muchacho del sur, que no es radical, pero lo recuerdan como tal, es Pablo Lautaro Javkin Guelman, intendente de Rosario. Suya es la segunda posibilidad de una candidatura a internas, una elección general y una gobernación.
Javkin depende de quién teje dentro del espacio "Región Rosario", el sector radical donde están María Eugenia Schmuck, Franco Bartolacci y "los amigos mediáticos" que lo quieren a Pablo. Esos lo respaldan. También un importante miembro de su gabinete tiene experiencias de gobierno en el PP español. Eso define. Javkin es un progresista de derecha. Barletta extiende las espaldas hasta Santa Fe y las conexiones nacionales.
Javkin depende de su espalda. La espalda está bien cuidada y hay allí un juego de sonrisas necesarias con Carolina Losada, tan "leprosa" como Javkin, tan radical, tan llena de votos provinciales, tan senadora nacional, tan triunfante en las encuestas que, quien tenga esa foto a su lado tiene bastante.
Hagamos un pero respecto a Losada. Sí, un pero… ¿Y si juega de candidata en una fórmula mixta con Rodríguez Larreta? Un pero, con un interrogante más: ¿Y si quiere ser -en serio- la primera mujer gobernadora? Tiempo para aprender tiene; muchos están dispuestos a ayudarla.
Javkin no tiene una buena Intendencia como respaldo, pero (sigamos con los pero) tampoco tiene un alto grado de conocimiento más allá de Rosario. Pero… es del sur. Eso pesa… eso pesaría. El radicalismo tiene dos nombres del sur. Hasta allí se avanza sin resquemores.
Los otros nombres que se mencionan -el del senador Scarpín y el del diputado Angelini (habría otro)- no tienen la dimensión mencionada pero… esto es política regional en Argentina. Recordemos que el actual presidente fue ungido desde un tuits un día sábado y allí está, es el presidente de Argentina hasta el 10 de diciembre de 2023. Por eso se mencionan candidatos con el "tal vez" junto a su apellido.
El peronismo, dependiendo del sur/sur tiene como nombre primero a Lewandovsky, senador nacional, antes senador provincial, antes comentarista deportivo. Hasta ahora dijo "Ni". El peronismo dependiendo del sur, tiene, o tenía, como posible nombre a Fantino (se repite, posible), pero parece que no será así (*).
Tan mediático como el "Gallego" Lewandovsky o Carolina Losada, Fantino no es sur/sur. Sus tiempos de conductor de televisión vienen en un claro "stand by" y una gobernación es claramente más, mucho más. Fotos hay muchas, rumores también, datos reales poquísimos.
Cualquiera que entienda, desde el periodismo, la entretela del poder, sabe que sin Perotti no hay candidatura triunfante en el peronismo (es casi un imposible). Pero, ay, Perotti no es del sur y acaso, simplemente acaso, su corazón no esté en estos nombres.
Hay más, Perotti podría contestar: "El que gane una interna tendrá mi apoyo". Pero ay, ay, ay, tal vez el gobernador sea parte de una interna con una lista de diputados provinciales y entonces… ¿Única lista? Se repite el interrogante: ¿Perotti candidato a primer diputado provincial y lista única? ¿O Perotti a internas? Hum…
Deberían, los que practican las adivinanzas en política, resolver entre Bussatto, Cleri, Mirabella, Tonioli o algún nombre que entusiasme al gobernador… Pero, perdón, debe entusiasmarlo algún nombre o su juego es como el que practicó Lifschitz: lista de diputados provinciales y a esperar. Atención: nos plantamos en estado de presunción y, según jugamos en esta columna, presumimos que el gobernador debe ser del sur. Pero (siempre hay un pero) eso es lo básico de la presunción: que no es certeza.
Dejamos para el cierre una situación anómala. En la provincia de Santa Fe no hay claramente bipartidismo. El FPCyS era "excéntrico". El Frente de Todos "no era de todos" y JxC existía.
La intención de voto de Javier Milei, un fuera de juego de la política, es alta, muy alta… con un "espacio" aún irregular, sin candidatura a gobernador o diputados, en una elección separada de la nacional donde se le reconoce un piso del 18 al 22% en la provincia. ¿Qué pasa si Milei juega en las elecciones provinciales de septiembre… con alguien del sur?
Para cerrar nómina, la pregunta sobre la mención de la "centro izquierda" reconoce una instancia: lucharán por una, dos o más diputaciones; nombrarán sus asesores y, con declaraciones altisonantes, ocuparán espacios en los medios formales e informales.
De la izquierda se puede hablar de memoria. No hay sorpresas ni obituarios. Vida tranquila bajo el sol burocrático. Nunca esperaron que al abrir el sobre digan: "El candidato a gobernador ganador es" (Hay otros que sí, que viven emocionados la apertura del sobre, la esperan desesperadamente, si se permite el abuso de la palabra esperar). El gobernador debería ser del sur. Esperemos.
(*) Finalmente, Alejandro Fantino confirmó el 30 de diciembre de 2022 a un medio online de la ciudad de Buenos Aires que no se lanzará a la política el año próximo y se bajó de la pelea por la gobernación de Santa Fe. Dijo que estudiará cuatro años para presentarse y no definió en que partido o frente lo haría. De todas formas, lo actuado no invalida nuestros conceptos, en cuanto hablamos de premoniciones. Hasta septiembre de este año falta.