Editorial Sudamericana acaba de publicar un libro titulado: "Rosario. La historia detrás de la mafia narco que se apoderó de la ciudad". Lo firma Germán de los Santos y acompaña Hernán Lascano. Hay un detalle en el encabezado que debe señalarse ya, ya mismo: "…que se adueñó". No es mañana, no es un potencial. Se adueñó.
De los Santos es un periodista especializado en este tema: la narco criminalidad. Narcotráfico. Drogas. Violencia urbana. No persigue a Uturunco ni al Che violentando Bolivia. No es la historia de Chicho Grande, Chicho Chico y Agatha Galiffi. No es la Zwi Migdal, ni la mafia siciliana o la calabresa. Es Rosario y es ahora.
En su libro anterior, "Los Monos," el almanaque conspiraba contra el socialismo que era gobierno provincial y municipal. Compartir almanaque con un libro que denuncia la existencia de una organización criminal impune y creciendo es algo que el socialismo (en rigor el FPCyS) no ha explicado todavía. No creo que pueda, intentarán el olvido, que es más fácil. Rosario es muy olvidadiza. La provincia también.
Este segundo libro resuelve esa pregunta. El por qué está claro: "La mafia narco que se apoderó de la ciudad". Sobre esta aseveración -muy bien documentada - deberán responder los actores políticos, los empresarios, los gremialistas, los periodistas, los dirigentes de futbol, los emprendedores inmobiliarios y, con algo más que palabras, la justicia y ese engendro oscuro: el MPA, Ministerio Público de la Acusación. Que el gobierno nacional, los gobiernos nacionales sucesivos fracasaron o se han complicado no necesita demostración, se ve en el día por día y se presiente hacia el porvenir. Perseguir el narcotráfico es una indelegable obligación federal, nacional. Hola….
En la página 223 del libro, al comienzo del segundo párrafo, Germán dice: "En Rosario hay una constante. Los hechos violentos no se anticipan, pero casi siempre se descubre a sus autores". Son campanazos. Se deben oír. El autor lo recuerda. Hay sorderas selectivas y masivas. Busquemos causas, una causa.
Sin ser un especialista en mafias, tampoco en procesos que la sociedad elabora y le sirven para redimirse, es posible pensar que el efecto mafioso es el del miedo. Una potencia oscura, de la que no se sabe su tamaño y su límite, nos amenaza y es mejor aceptar las órdenes (amenazantes) que exponerse al misterio. El miedo es el eje.
En la tapa del libro el ilustrador eligió una foto para el diseño de portada donde se ven soldados avanzando de izquierda a derecha y en la pared se lee: "MI MALDAD… TU MIEDO". La mayúscula de la pintada en la pared es parte del rigor conceptual del libro. Del miedo como fenómeno personal a la aceptación de vivir con miedo hay un paso. Por ese camino todos nos acercamos a una convivencia que nos convierte en miedosos; finalmente socios pasivos de una realidad de la que sabemos poco, excepto que existe… y la aceptamos.
Maximiliano Pullaro es gobernador electo y, esto es parte de su biografía, tiene al menos doce años firmes de actuación pública. Diputado y ministro. Aún hoy es diputado provincial. Hay más pasado, porque desde joven actuó en el entramado sociopolítico de la provincia. Es su biografía. Cuando asuma en diciembre deberá enfrentar, ya con la presión del aluvión de votos por detrás, varios problemas que no están resueltos.
La coparticipación es, se insiste de modo infructuoso porque nadie lo quiere entender, una cinta de Moebius que remite al lugar de partida, un "engaña pichanga", el "cuento de la buena pipa", un "frastraslafra" porque desde 1994 (Reforma Constitucional) está en el limbo que permite extralimitarse al gobierno nacional. Pullaro tiene una tarea: la firmeza. En general los diputados nacionales traicionan a la provincia, es un clásico. Se verá. Creo que se quedará solo pidiendo justicia en la Coparticipación.
Otro tema de Pullaro es el de las economías regionales, con sus caminos y sus impuestos. No está bien resuelto. Son buenas. Dejan gente en el lugar, eliminan inmigración interna, ponen laburo y tranquilidad. Que la gente no emigre es un bien intangible pero pesadísimo. Tendrá que laburar.
La comunicación de la provincia es necesaria. Un hombre del sur profundo (él lo es) sabe que nada se sabe, nada se conoce del norte/norte. Parece socrático, es trágico, cuestión de esdrújulas. En Santa Fe solo sabemos que no sabemos nada. Hoy, en este mismo momento, los medios de comunicación del sur hablan poco de Pullaro, y los del norte/norte poco y nada del sur. Solo una dependencia de medios nacionales pone el tema en otro plano.
Debe agregarse lo inevitable que es tan visible que no lo quieren ver. El siglo XXI, en comunicaciones, es un arma política inatajable. Las redes, la nube. Y "pisar" el territorio. Un dicho de mi tío Tino (Teodoro Faustino), jefe de Policía en Rosario en 1950: "Hijo: estudiá, el que no sabe es como el que no ve". El sur está ciego sobre el centro y el centro norte. Una provincia muy larga que se ignora íntimamente. En el sur no hay "parte de tareas diarias" sobre el gobernador. Ejem, sobre las actividades de la mafia sí.
El sistema de salud provincial está deformado. El capricho del sur, convertido en política de Estado municipal primero, provincial después, pone a Rosario con una carga en salud que descompensa la provincia. No se advierte una solución a corto plazo que equilibre el plano inclinado. La Salud Privada no está en buen estado de conservación. Costos, insumos, prestaciones. Todo en derrape constante y, por si esto fuese poco, la "salud gremial" pide ayuda y los efectores nacionales hacen más anuncios que curaciones.
En la trilogía de cuestiones elementales que debe atender Pullaro tiene que incluirse educación, que no es una huelga temprana, como todas las de los meses de marzo, año tras año, ufff… sino un cambio de currícula -y de capacitación- que está en quiebra con los valores y los lenguajes del siglo XXI.
Todo esto es nada si nos ciframos en este punto: contrabando de droga al exterior. Llegadas y embarques. Dinero que circula. Bandas y banditas. El cambio de Jefaturas se impone, ya que actualmente muchos jefes policiales dependen de los criminales presos (imprescindible lectura de ambos libros: "Los Monos" primero, "Rosario y la mafia narco" después).
Pullaro va para gobernador sabiendo que Sergio Berni y Patricia Bullrich vinieron con tanquetas y patearon bunkers… y el mundo siguió andando. El mundo de la droga, obvio. Pullaro sabe que lo que llaman "multicausal" es educación, trabajo, salud y honestidad policial. Pero, además, tarea diaria consecuente. Finalmente un pacto entre cuánto se puede y un límite mundial: existe, bueno, existirá, bueno… cuidar que no crezca, que no domine, que siga siendo delito, que se castigue, que se combata, que se persiga, que la sociedad reciba el mensaje: "el crimen no paga". No queda impune el delincuente.
El estado no mira para otro lado ni se excusa. Pullaro sabe que si oferta y cumple con un relato -real, real, real… del presente y el porvenir– pueden dentro de cuatro años escribir otro libro: Rosario, una sociedad que resurgió de la droga, la corrupción y el prevaricato.
Las actuales autoridades locales han elegido el camino más fácil, peligroso y nocivo: "somos víctimas, no podemos hacer nada". Victimizarse es cómodo y cruel. Para un libro diferente es necesario eliminar la comodidad y el facilismo que aparece cuando la culpa la tienen otros. Una excusa que, en general, es mentirosa. Santa Fe espera el nuevo libro sobre el tema, hay fecha de publicación: diciembre de 2027.
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