Por Luis Chizzini Melo
Por Luis Chizzini Melo
La Entrevista de Guayaquil constituyó el punto final del “Plan Continental” elaborado y comandado por el General San Martín. Fue a través de este plan que el Padre de la Patria, tal cual lo había planeado e informado al gobierno en 1814, cumplió sus objetivos de liberar el Virreinato del Río de la Plata y a Chile, culminando con la liberación del Perú de las fuerzas realistas, “Objetivo final de la operación”, según anticipara el propio San Martín.
Durante años, el significado de la mencionada entrevista se convirtió en un tema rodeado de misterio y enigmas que dividió las posturas de diferentes historiadores. Muchos autores analizaron en profundidad este encuentro y se logró aclarar la mayoría de las incógnitas planteadas.
La declaración de la Independencia del Perú, aquel 28 de julio de 1821, hito indispensable para terminar con la amenaza realista en la zona, dependía de disponer de las fuerzas necesarias para aniquilar las fuerzas realistas y consolidar el fin de la campaña.
El historiador Ricardo Levene no comparte que lo tratado sea un misterio. A su juicio, la historia puede reconstruir la parte principal de la entrevista a través de importantes documentos cuya crítica interna o de veracidad debe hacerla el historiador. Esta postura es compartida por Leoncio Gianello en su obra “Estampas Sanmartinianas”.
Entre los antecedentes que mencionamos se encuentran tres cartas: —La de San Martín a Bolívar de agosto de 1822 reproducida por Gabriel Lafond en su libro “Viaje por las dos Américas”, publicado en París en el año 1840. En ella nuestro héroe patrio aclara el objetivo de la reunión y los temas más importantes, tales como “satisfacer los intereses de ambos Estados y la enérgica y rápida finalización de la guerra”. —La segunda carta es la de San Martín al General Miller en abril de 1827, en la que manifiesta que el objetivo era pedir apoyo de recursos al General Bolívar para terminar la guerra del Perú. Auxilio que consideraba una justa retribución por el apoyo que el Perú había prestado a Colombia. —La tercera carta es la de San Martín al General Guido de diciembre de 1827, haciendo referencia a documentos que justifican la resolución de adoptar un “Renunciamiento histórico”.
Cabe aclarar que el original de la carta publicada por Lafond nunca fue encontrado. Los historiadores de Colombia buscaron desacreditar la existencia de la carta mencionada, porque consideraban que desprestigiaba al General Bolívar; pero trabajos de investigación y tesis existentes sobre el tema determinaron la importancia de dicho documento.
En Buenos Aires, producto de la Crisis generada en 1820 y luego del Acta de Rancagua, San Martín se niega a detener la operación que estaba desarrollando para retornar a enfrentar a los caudillos haciendo honor a su señera frase: “Jamás desenvainaré mi sable por problemas políticos contra mis hermanos”. Sí aclaró al gobierno de Buenos Aires que, finalizada la Independencia del Perú, retornaría su ejército a sus órdenes.
En Chile, O’Higgins, uno de los organizadores de esta segunda etapa del Plan Continental, tenía serios problemas por violentas internas políticas, a los que se sumaba la falta de recursos para apoyar la campaña.
En Perú, San Martín tenía conflictos con jefes que estaban a sus órdenes como Lord Cochrane, entre otros, y por internas políticas producto de las medidas de gobierno que se adoptaban. Sostuvo negociaciones, como lo demostró en “Miraflores” y “Torre Blanca” con el Virrey Pezuela y en “Peuchauca” con el Virrey De La Serna, sin perder de vista que el objetivo era la Independencia de estas tierras de cualquier poder extranjero.
Con el objetivo de finalizar las operaciones que venían realizando Bolívar desde el norte, con una destacada acción militar, y San Martín desde el sur, se realiza el encuentro en Guayaquil. La reunión se destacó por las medidas de contrainteligencia, el secreto, la disciplina, la reserva y sobre todo la imposición de ideas claras; aunque los “objetivos”, aunque claros, tenían puntos que se contraponían producto de ambas personalidades y ambiciones particulares. Allí se resolverían las acciones a llevar a cabo.
Mencionaremos algunas secuencias del accionar de ambos próceres, previo a la entrevista:
San Martín entrega el gobierno el 19 de enero de 1822, delegándolo en Torre Tagle y el 8 de febrero de 1822 parte a Guayaquil. Bolívar no se presenta al encuentro, alegando cuestiones estratégicas debido a la resistencia en Pasto. Por esa razón, la reunión no se realiza y San Martín retorna a Lima.
En el ínterin, San Martín envía una misión compuesta por García del Río y el Doctor Pairosien a Chile y a Buenos Aires, para que adhirieran a un gobierno monárquico, pero fracasaron.
Bolívar continúa con su campaña y el 7 de agosto, con el triunfo de Boyacá, libera a Colombia, anexando a Venezuela y a Nueva Granada. En 1821, avanza el General Antonio Sucre sobre Guayaquil, que desde 1820 había declarado su Independencia.
A órdenes de Bolívar, se producen los triunfos de Carabobo en 1822, Riobamba -con la conducción del General Lavalle- y Pichincha, razón por la cual Quito se incorpora a Colombia.
Características Durante los días 26 y 27 de julio, se desarrollan dos reuniones entre ambos Generales a puertas cerradas. El primer día la reunión se prolongó durante una hora y media. Al otro día, duró cuatro horas.
San Martín necesitaba un refuerzo de diez mil hombres y Bolívar le ofrece mil quinientos hombres. Por ese motivo, San Martín le ofrece al mencionado Comandante servir a sus órdenes, más el General venezolano no lo aceptó.
Por la noche, se organiza una recepción donde al momento del brindis Bolívar eleva su copa “por los dos hombres más grandes de América, San Martín y yo”. A continuación, San Martín brinda por “la terminación de la guerra, por la organización de nuevas repúblicas y por la salud”.
San Martín asume con grandeza la respuesta de Bolívar, sin resentimiento y dando un paso al costado. Sus personalidades eran opuestas. Solo coincidían en que ambos eran grandes estrategas, aunque Bolívar era más táctico en la conducción y San Martín más de la alta conducción y de grandes objetivos estratégicos.
La humildad de San Martín como rasgo fundamental de ofrecerse para servir a sus órdenes hizo que Bolívar considerara que no había lugar para ambos. Esto no generó resentimiento alguno en nuestro héroe.
Con su accionar, San Martín evidenció que Bolívar quería agregar a Guayaquil a su territorio, como lo hizo a posteriori, ya que este puerto era, y es aún, un centro comercial, progresista y muy importante para el turismo.
San Martín tenía una situación económica en Perú que no permitía financiar las operaciones. Sin el apoyo del gobierno de Buenos Aires y de Chile y solo con el esfuerzo de Perú no alcanzaba.
Dejamos en claro que, según Colombres Mármol, las disputas en el análisis de ambos conductores se desarrollan a partir de 1905, al pretender presentar a dos seres humanos perfectos y desconocer que tenían defectos como cualquier persona, sin destacar sus innumerables virtudes, que resultan hoy difíciles de emular.